El campo español vuelve a tirar del carro: bate récords de renta y exportaciones y sitúa a España como potencia agrícola europea

Es líder mundial en superficie y producción de olivar, el primer productor de frutas y hortalizas de la UE, el tercero por valor generado en el sector agrario y el cuarto por volumen de empleo

Guardar
Una viña del Marco de
Una viña del Marco de Jerez. (Montaje Infobae)

El campo español sigue siendo uno de los pilares de la economía nacional. Tras años marcados por la incertidumbre climática, el encarecimiento de los costes y la volatilidad de los precios, el sector agrario y la industria alimentaria han resistido y han reforzado su posición como motores de riqueza, empleo y exportaciones. Así lo refleja el informe El Sector Agrario y la Industria Alimentaria en España: Principales rasgos y análisis regional en 2024, elaborado por Analistas Económicos de Andalucía, sociedad de estudios del Grupo Unicaja.

El estudio señala que España es hoy una potencia agraria de primer orden en la Unión Europea, con una estructura productiva diversa, una fuerte orientación exterior y un papel clave en la cohesión territorial. Así, en 2024, el Valor Añadido Bruto (VAB) del sector agrario español superó los 40.000 millones de euros, creciendo por segundo año consecutivo en términos reales. Esta cifra sitúa a España como el tercer país de la UE por valor generado en el sector, con una aportación del 2,8% al VAB nacional, un punto por encima del promedio comunitario.

Detrás de este resultado está el peso de comunidades autónomas como Andalucía que concentra más del 30% del valor añadido agrario, seguida de Castilla-La Mancha, Castilla y León y Galicia. En regiones como Castilla-La Mancha, Extremadura o la propia Andalucía, el sector agrario representa más del 6,5% de la economía regional, muy por encima de la media española, lo que subraya su importancia estratégica para el desarrollo local.

El 3,5% del empleo nacional

El sector agrario dio trabajo en 2024 a unas 752.000 personas, lo que equivale al 3,5% del empleo total, una proporción similar a la del conjunto de la UE. España es el cuarto país europeo por volumen de ocupados en el campo, con Andalucía y Murcia como principales polos de empleo agrario.

Sin embargo, el informe advierte de una tendencia preocupante: por tercer año consecutivo, el sector agrario fue el único en el que descendió en empleo, con una caída del 2%, especialmente acusada en comunidades como Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cataluña y la Comunidad Valenciana. La mecanización, la falta de relevo generacional y los ajustes tras los años de sequía explican parte de este retroceso.

Líder mundial en producción de olivar

España también mantiene su liderazgo en superficie agrícola utilizada dentro de la UE, con 16,7 millones de hectáreas en 2024, de las que casi un 22% son de regadío. Un tercio de esta superficie se dedica a cereales, mientras que el olivar ocupa alrededor de 2,8 millones de hectáreas, confirmando el papel central de este cultivo.

Castilla-La Mancha, Castilla y León y Andalucía concentran más del 64% de la superficie cultivada, y dominan producciones clave como los cereales y el aceite de oliva. No en vano, España es líder mundial en superficie y producción de olivar y el primer productor de frutas y hortalizas de la UE.

El año 2024 fue especialmente positivo para el aceite de oliva: la producción creció más de un 60%, hasta rozar los 1,4 millones de toneladas, tras la fuerte caída del año anterior por la sequía. Andalucía acapara más del 80% de esta producción, consolidando su papel como corazón oleícola de Europa.

También aumentaron las producciones de hortalizas, frutas y cereales. El tomate sigue siendo el cultivo hortícola más relevante, mientras que en frutales destacaron las naranjas dulces, con un crecimiento cercano al 9%. En cereales, la recuperación fue notable, con Castilla y León liderando la producción nacional de trigo, cebada y maíz.

Ganadería: crecimiento moderado y ajustes por precios

En el ámbito ganadero, España se mantiene como una de las grandes potencias europeas. El porcino sigue siendo la cabaña con más efectivos, con Aragón y Cataluña a la cabeza, mientras que el ovino pierde peso, especialmente en regiones tradicionalmente productoras.

El valor de la producción animal alcanzó en 2024 los 28.241 millones de euros, el 41,8% de la producción agraria total, aunque con un ligero descenso respecto a 2023 debido a la bajada de precios. Aun así, las producciones ganaderas crecieron un 1,6%, destacando el aumento en aves, huevos y bovino.

España lidera la UE en renta agraria

Uno de los datos más destacados del informe es el de la renta agraria, que sitúa a España como el primer país de la Unión Europea en este indicador. En 2024 alcanzó los 36.760 millones de euros, un 11,2% más que el año anterior, gracias al aumento de la producción vegetal y al descenso de los consumos intermedios, tras la moderación de los precios de insumos.

Andalucía vuelve a ocupar un lugar central, con más de un tercio de la renta agraria nacional, seguida de Castilla y León y Castilla-La Mancha. La estructura productiva explica estas diferencias: mientras en Andalucía domina claramente la producción vegetal, en regiones como Aragón, Galicia o Castilla y León la ganadería tiene un mayor peso.

El valor total de la producción agraria (vegetal y animal) ascendió en 2024 a 67.483 millones de euros, con un crecimiento del 2,9% en términos corrientes, frente al descenso registrado en la UE. Este aumento se explica por un fuerte repunte de las producciones, cercano al 11%, que compensó la caída media de los precios, superior al 7%.

Especialmente llamativo fue el crecimiento del valor de la producción vegetal, que aumentó un 5,8%, impulsado por los cereales y el aceite de oliva, con incrementos superiores al 45%. En cambio, los precios agrícolas cayeron de forma generalizada, salvo en productos como el aceite, el vino o las patatas.

Más allá del campo, el informe pone el foco en la industria agroalimentaria, una de las grandes fortalezas de la economía española. El sector agrario y la industria alimentaria generan conjuntamente alrededor del 5% del VAB nacional y el 6% del empleo, superando claramente la media europea.

La industria alimentaria, un gigante silencioso

La industria de alimentación y bebidas es la principal rama de la industria manufacturera en España. Con una cifra de negocios cercana a los 179.000 millones de euros y casi 500.000 empleos, representa más de una quinta parte de la facturación y del empleo industrial del país.

Cataluña lidera el sector en facturación y empleo, seguida de Andalucía y Castilla y León. La industria cárnica destaca como la principal rama, aunque en regiones como Andalucía sobresale la fabricación de aceites y en Galicia la industria del pescado y los lácteos.

Las exportaciones baten récord

Las exportaciones del sector agroalimentario español vivieron en 2024 uno de los años más dulces al alcanzar un récord histórico de 71.793 millones de euros, el 18,7% del total exportado por España. El crecimiento fue del 6,1%, con aumentos generalizados en casi todas las comunidades.

Andalucía y Cataluña lideran las ventas exteriores, con algo más del 21% cada una. Frutas, hortalizas, carne de cerdo, aceite de oliva y cítricos encabezan el ranking de productos exportados.

Los países de la Unión Europea siguen siendo los principales destinos, aunque destacan los fuertes crecimientos hacia países como Estados Unidos, impulsados por el aceite de oliva.

Menos consumo y más gasto

En el lado del consumo, las familias españolas destinaron en 2024 el 15,8% de su gasto total a alimentos y bebidas no alcohólicas. El consumo en volumen cayó ligeramente, pero el gasto aumentó debido a los precios, especialmente en productos como el aceite, la fruta fresca o el pescado.

La estructura del gasto apenas varió: la carne sigue siendo el principal capítulo, seguida del pescado y la fruta. El informe constata, no obstante, cambios en los hábitos, con un mayor peso de los platos preparados y una reducción en el consumo per cápita.

El informe de Unicaja concluye que el sector agrario y la industria alimentaria afrontan el futuro con fortalezas evidentes, pero también con desafíos estructurales: el cambio climático, la sostenibilidad, la falta de mano de obra y la necesidad de innovación. En un contexto de incertidumbre global, el campo español vuelve a demostrar que no es solo pasado y tradición, sino también presente y futuro de la economía nacional.