El cometa 3I/ATLAS, un “eslabón perdido” que alcanzará su punto más cercano a la Tierra el 19 de diciembre

El astrofísico español Josep María Trigo considera a 3I/ATLAS “una especie de eslabón perdido, un objeto prístino que escapó de su sistema planetario hace miles de millones de años” y tacha de “desgracia” la especulación sobre el objeto que ha dominado la narrativa mediática

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12/09/2025 Esta imagen del cometa
12/09/2025 Esta imagen del cometa interestelar 3I/ATLAS fue capturada por la cámara de campo amplio del telescopio espacial Hubble el 21 de julio de 2025. SOCIEDAD INVESTIGACIÓN Y TECNOLOGÍA NASA, ESA, D. JEWITT (UCLA)J. DEPASQUALE (STSCI)

El telescopio Vera C. Rubin capturaba este pasado mes de junio el 3I/ATLAS, el tercer objeto interestelar en llegar al Sistema Solar (o en ser detectado haciéndolo), un mes antes de su detección oficial por el ATLAS (el Sistema de Alerta Temprana de Impactos Terrestres de Asteroides, por sus siglas en inglés). La trayectoria del cometa lo ha acercado a Júpiter, Marte y Venus, permitiendo a distintos observatorios, tanto terrestres como satelitales, observarlo con todo el detalle que su distancia ha permitido.

Desde el primer momento, el cometa dio pie a mucha especulación en clave de ciencia ficción debido a sus particularidades y, a pesar de que el consenso científico ha sido siempre el considerarlo un cometa, aunque raro, que “hace cosas de cometas” (según Tom Statler de la NASA); la voz más mediática ha sido la de Avi Loeb, astrónomo de Harvard, quien - como ya hizo en su día con ‘Oumuamua - no ha parado de insistir en ningún momento en el potencial “alienígena” del objeto, enumerando hasta 14 “anomalías” las cuales, viene a decir, podrían ser “marcas tecnológicas” de no encontrarse una explicación más mundana. Pero es el único que dice tal cosa.

3I/ATLAS, un “eslabón perdido” que se acerca a la Tierra antes de continuar su camino

Este viernes, 19 de diciembre, 3I/ATLAS alcanzará su punto más cercano a la Tierra antes de continuar con su recorrido hacia las profundidades del espacio. Quedará bastante lejos, de cualquier manera - a unos 270 millones de kilómetros, el doble de la distancia que separa la Tierra del Sol - y no supone riesgo alguno, asumiendo, claro, que Loeb se equivoca. Es un momento perfecto para que los mayores telescopios aprovechen para estudiarlo.

Este punto sigue siendo bastante lejano, lo que dificulta que se distinga a simple vista, si bien es visible para telescopios de tamaño medio en estos días. Trigo contextualizó la dificultad así: “No es fácil de ver, al no ser muy brillante”. Para localizarlo con éxito, es necesario recurrir a lugares alejados de la luz de las ciudades, conocer previamente su posición entre las estrellas o utilizar instrumentos que orienten directamente hacia sus coordenadas.

Lo cierto es que 3I/ATLAS es un objeto peculiar, de mucho interés científico, y no necesita de las hipótesis estrambóticas de ningún astrónomo para merecer atención. Podría ser, según explicó a EFE Josep María Trigo-Rodríguez - investigador del Instituto de Ciencias del Espacio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y del Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña (IEEC) -, “una especie de eslabón perdido, un objeto prístino que escapó de su sistema planetario hace miles de millones de años”.

Es posible, de hecho, que sea el cometa más antiguo jamás observado, incluso hasta 3.000 millones de años más antiguo que el Sistema Solar - que a su vez tiene 4.600 millones de años de antigüedad -, según han calculado los astrónomos basándose en la trayectoria del objeto, señala la Agencia Espacial Europea en su página web.

“Una ventana a cómo se forman los planetas fuera del Sistema Solar”

Es debido a esto que ha sido - y será todavía - estudiado por todos los medios al alcance, incluyendo los telescopios espaciales Hubble y James Webb, el satélite Tess, la misión Mars Express, el observatorio solar y heliosférico (SOHO) o la sonda europea Juice. El objetivo de poner tantos ojos sobre este objeto es comprender cómo viaja a través del Sistema Solar y conocer su composición, lo que “abre una ventana a cómo se forman los planetas fuera del sistema solar”, según explica Gerónimo Villanueva, científico planetario del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la Nasa.

El cometa 3I-Atlas se acerca a la Tierra

Una de las particularidades de este objeto, detectada más recientemente por el equipo de Josep María Trigo, es la presencia de volcanes de hielo en erupción, un fenómeno conocido como criovulcanismo, aunque el estudio no sido revisado todavía por otros científicos independientes. También el aumento de su brillo al acercarse a su máxima proximidad al Sol durante el mes de octubre despierta especial interés. Quienes estudian su evolución creen que ese cambio se debe a procesos internos. “Lo que le hace diferente de otros cometas es que está experimentando procesos de alteración acuosa, lo que solemos llamar corrosión, al quedar empapado en agua y otros volátiles”, explicó Trigo.

Los datos recogidos permiten conocer cómo cambió la luminosidad del cometa al variar su distancia con respecto al Sol. El grupo investigador comprobó que 3I/ATLAS “despertó de su letargo prácticamente a la distancia en que esperaríamos que el hielo de agua comience a sublimarse de manera eficiente”. Trigo relató que el seguimiento continúa noche tras noche, centrando la atención en cómo, después de cruzar el perihelio, disminuye la actividad de emisión de gas y polvo.

Sobre la hipótesis alienígena de Loeb, Trigo quiso aseveró que “la comunidad de estudio de los cuerpos menores está enfadada y preocupada. Lo que hemos vivido es una desgracia para la ciencia y para los que nos dedicamos a divulgarla, porque se nos pone en duda y acusa de ‘ocultar’ cosas”. A su juicio, “es una pena que ciertos colegas hayan promovido tales hipótesis sobre la naturaleza artificial del 3I/ATLAS sin ninguna razón, con toda la evidencia obtenida con grandes telescopios sobre la naturaleza cometaria del objeto”.