España apoya la lucha contra el narcotráfico, pero insiste en la legalidad internacional ante la escalada de la “guerra contra el narcoterrorismo” de los Estados Unidos

El 2 de septiembre de este año, el presidente estadounidense Donald Trump publicaba en sus redes sociales un vídeo en el que una lancha, según decía, cargada de droga con destino EE.UU., era impactada por un proyectil explosivo. Sus once tripulantes, según Trump, eran “narcoterroristas del Tren de Aragua” que operaban bajo las órdenes del presidente venezolano Nicolás Maduro y no sobrevivieron el ataque.

Este fue el primero de muchos, y desde entonces han muerto 90 personas en ejecuciones extrajudiciales similares, tensiones en auge, llegando la administración Trump a afirmar, a modo de respuesta a una pregunta sobre una posible declaración de guerra, que “simplemente” van a “matar a las personas que estén trayendo drogas” a los Estados Unidos. Si bien no parecen barajar una guerra convencional, lo que si está sobre la mesa es empezar “con los ataques por tierra. Será mucho más fácil” de esa manera conseguir su objetivo de deshacerse de “esos hijos de puta”.

El Gobierno reitera su apoyo a la lucha contra el narcotráfico, pero insiste en la importancia de la legalidad internacional

El Ejecutivo español ha dejado clara su postura este miércoles frente al incremento de la tensión internacional por la operación de Estados Unidos contra Venezuela. Durante una comparecencia en la comisión de Exteriores del Senado, el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Diego Martínez, dejó claro que España respalda la prioridad de combatir el narcotráfico y la delincuencia organizada con herramientas jurídicas y policiales, pero defendió al mismo tiempo un enfoque “colectivo y multilateral” orientado al respeto del derecho internacional.

La cuestión fue planteada por el senador del Partido Popular (PP), José Antonio Monago, quien mostró preocupación por la última orden del gobierno estadounidense de bloquear todos los petroleros venezolanos sancionados. Monago advirtió que la resolución de Washington generó un aumento en la tensión regional, lo que podría amenazar la estabilidad y los intereses españoles en la zona. Aprovechando su intervención, el senador popular criticó también la supuesta “condescendencia” del Gobierno con el régimen de Nicolás Maduro y afirmó que esa postura “no contribuye a reducir las tensiones sino que las pudre y alimenta la impunidad”.

En respuesta, Diego Martínez detalló que frente a la creciente inestabilidad en el Caribe, la Unión Europea, por impulso de España, ha promovido una alianza en favor de la seguridad ciudadana. Esta hoja de ruta quedó fijada durante la IV cumbre UE-CELAC del pasado noviembre, con el ánimo de avanzar hacia una solución multilateral “en consonancia con el derecho internacional y las normas internacionales de los derechos humanos”. El secretario de Estado subrayó que, si no se actúa bajo este enfoque, el riesgo es entrar en ese “escenario en el que ya estamos”, marcado por el aumento de las tensiones globales.

Martínez reiteró también el “firme compromiso” de España con la democracia y los derechos humanos en Venezuela. La posición española apuesta, de este modo, por compaginar la lucha contra delitos transnacionales con un marco de cooperación internacional basado en el respeto a las normas y los acuerdos multilaterales.

La escalada de tensiones en el Caribe

Hace alrededor de una semana, los Estados Unidos incautaron un petrolero frente a las costas venezolanas, acto que desde el gobierno del país denunciarán ante la ONU al considerarlo una “grave violación del derecho internacional”. La Cancillería venezolana emitió también un comunicado en el que acusaba a Trump de estar tratando de “imponer de manera absolutamente irracional un supuesto bloqueo militar naval a Venezuela con el objetivo de robarse las riquezas que pertenecen a nuestra patria”.

“En sus redes sociales, asume que el petróleo, tierras y riquezas mineras de Venezuela son de su propiedad. Y en consecuencia, Venezuela debe entregarle todas sus riquezas de inmediato”, añadió. Venezuela calificó la incautación de acto de “piratería” y acusó a Estados Unidos de medidas de fuerza. El gobierno de Maduro denunció el “secuestro” de la tripulación y el “robo” del buque por parte de las autoridades estadounidenses.

Además, Maduro insistió públicamente en su rechazo a las motivaciones de Washington: “Su verdadera intención, que ha sido denunciada por Venezuela y por el pueblo de los EE.UU. en grandes manifestaciones, fue siempre apropiarse del petróleo, las tierras y minerales del país a través de gigantescas campañas de mentiras y manipulaciones”, sostuvo el dirigente venezolano. Maduro aseguró igualmente que Venezuela ejerce pleno derecho internacional sobre sus riquezas y la libre circulación marítima.

Este martes, el anuncio estadounidense de un bloqueo total y completo a todos los buques petroleros sancionados que entren o salgan de Venezuela marcó una nueva escalada en la confrontación política y económica entre Estados Unidos y el país sudamericano. La orden, emitida por el presidente estadounidense Donald Trump a través de la red social Truth Social, remeció el tablero diplomático el martes al remarcar, en palabras del propio mandatario, que “Venezuela está completamente rodeada por la mayor armada jamás reunida en la historia de Sudamérica”.

Según informó Reuters, Trump justificó su decisión acusando a Venezuela de apropiarse de activos estadounidenses, entre ellos petróleo y tierras. El mandatario estadounidense sostuvo que el país latinoamericano está involucrado en “terrorismo, narcotráfico y trata de personas”. “Por lo tanto, hoy ordeno un bloqueo total y completo de todos los buques petroleros sancionados que entren o salgan de Venezuela,” publicó Trump. El presidente detalló también que el impacto de este despliegue militar - refiriéndose a un cerco con “la mayor armada jamás reunida” - solo aumentará hasta que, según él, el gobierno venezolano devuelva todos los activos a Estados Unidos.

Así, Trump acusa una vez más al gobierno encabezado por Nicolás Maduro de financiarse a través de petróleo presuntamente sustraído, y de utilizar esos recursos para actividades ilícitas. “Utilizan el petróleo robado para financiarse a sí mismos, el terrorismo relacionado con las drogas, el tráfico de personas, los asesinatos y los secuestros”, escribió el presidente estadounidense.

Entre las naves desplazadas destaca el USS Gerald Ford, el portaaviones más grande del mundo, con una tripulación de miles de soldados estadounidenses. El despliegue militar responde, según Washington, al creciente tráfico de drogas en la región, así como al movimiento de otras sustancias ilegales hacia territorio estadounidense.