Las claves del caso de la madre y su bebé desaparecidas en 1987, reabierto este año: la Policía da por terminada la búsqueda en una balsa tras dos días de operativo

El trabajo de localización en la antigua mina de Berbés se cierra a la espera de que la Policía comunique mañana los resultados a la autoridad judicial

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Un centenar de efectivos de la Policía Nacional y la UME buscan desde primera hora de la mañana de este martes a Maritrini Suardíaz y su hija Beatriz en la balsa de Berbes, en Ribadesella (Europa Press)

La Policía Nacional ha dado por concluido el dispositivo de búsqueda en la balsa de agua de la antigua mina de Berbés, en el concejo asturiano de Ribadesella, donde durante dos días se han desarrollado trabajos para tratar de localizar los cuerpos de María Trinidad Suardíaz y su hija Beatriz, de trece meses, desaparecidas en 1987 en la provincia de León. Según informó un portavoz policial, el resultado del operativo se comunicará mañana jueves, una vez sea trasladado previamente a la autoridad judicial.

El despliegue, que ha contado con la participación de la Unidad Militar de Emergencias (UME), comenzó a primera hora del martes y se ha prolongado durante toda la jornada del miércoles. Los equipos se centraron en el drenaje de la balsa para facilitar el acceso al fondo, dado que se tenía constancia de la presencia de dos vehículos sumergidos y existía la sospecha de que en su interior pudieran encontrarse restos relacionados con la desaparición.

A pesar de la dificultad añadida por la gran cantidad de lodo acumulado, los especialistas confiaban este miércoles en poder acceder por completo a la zona acotada. La balsa se encuentra junto a la bocamina de una antigua explotación de fluorita en Berbés, una zona costera del oriente asturiano que ya había sido inspeccionada en el pasado, aunque sin la tecnología ni los medios que ahora se han movilizado.

Un caso reabierto tras décadas sin respuestas

El operativo se puso en marcha después de que el Juzgado de Instrucción número 4 de Gijón reabriera el caso el pasado mes de abril, a petición de la Policía Nacional, tras la localización de dos vehículos en el interior de la balsa. Ese hallazgo otorgó relevancia al testimonio de vecinos que, en su día, aseguraron que el marido de la mujer y padre de la niña habría arrojado dos coches desde un barranco tras la desaparición.

María Trinidad Suardíaz, de origen asturiano, y su bebé desaparecieron en 1987 en Matadeón de los Oteros, en León, donde residía la familia. La mujer había presentado una denuncia por maltrato contra su marido antes de desaparecer. Desde entonces, las investigaciones trataron sin éxito de localizar indicios en las propiedades del hombre: primero en la vivienda de Matadeón de los Oteros, en 2017, y posteriormente en la casa de Berbés, en 2018. Ninguna de estas actuaciones permitió avanzar en la causa, que terminó archivada provisionalmente.

Agentes de la UME rastrean
Agentes de la UME rastrean la balsa de Berbes (Xuan Cueto / Europa Press)

La reapertura judicial llegó tras un informe de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), fechado el 15 de octubre de 2025, en el que se detallaba la imposibilidad de continuar con las diligencias acordadas por falta de medios técnicos. Ese informe motivó que la juez dictara, el 28 de octubre, un auto en el que ordenaba disponer “los medios necesarios” para seguir con la búsqueda, incluyendo la colaboración de los organismos que fueran precisos. Esa instrucción es la que ha permitido movilizar a la UME y reforzar el dispositivo con personal especializado en rescates y trabajos en entornos de difícil acceso.

Interrogatorio al principal sospechoso

En paralelo a los trabajos en la balsa, la Policía Nacional interrogó la semana pasada a Antonio da Silva , conocido como “El Portugués”, marido de María Trinidad y principal sospechoso de la desaparición. El encuentro tuvo lugar en una residencia de ancianos de Zamora, donde el hombre, de 81 años, permanece ingresado. Según fuentes policiales, los investigadores esperaban que Da Silva aportase información relevante sobre el paradero de la mujer y la niña, máxime cuando un eventual delito estaría ya prescrito y no conllevaría ingreso en prisión.

Sin embargo, durante el interrogatorio el sospechoso “ni confirmó ni desmintió” su posible implicación. Los agentes trataban de esclarecer si, tal como apuntan algunos testimonios, pudo introducir los cuerpos en uno de los vehículos localizados en la balsa antes de arrojarlo por un barranco de unos cuarenta metros de altura.

Dos días de rastreo intensivo

El operativo desplegado en Berbés arrancó alrededor de las 8:00 horas del martes con la llegada de numerosos vehículos y medios de la Policía y la UME. La intervención, que podía prolongarse varios días según las previsiones iniciales, se centró desde el primer momento en drenar la balsa, de varios metros de profundidad, para recuperar los coches hundidos. En el interior de esos vehículos podrían hallarse restos o indicios que permitan avanzar en un caso sin resolver desde hace casi cuatro décadas.

Agentes de la UME rastrean
Agentes de la UME rastrean la balsa de Berbes (Xuan Cueto / Europa Press)

La zona ha permanecido acordonada mientras los equipos trabajaban con maquinaria pesada y sistemas de extracción para rebajar el nivel del agua. Las labores han requerido maniobras complejas debido al terreno irregular, la presencia de lodo y la antigüedad de las estructuras mineras.