Así es ‘The Base’, el grupo terrorista neonazi internacional que recluta a través de internet y combina adoctrinamiento con entrenamiento paramilitar

La operación de la policía en Castellón reveló cómo la organización neonazi The Base utiliza una estructura jerarquizada y el adoctrinamiento en línea para consolidar células violentas, combinando la instrucción paramilitar con la circulación de armas en territorio español

Guardar
Los artículos incautados durante la
Los artículos incautados durante la intervención (Policía Nacional)

Una investigación largamente trabajada en Castellón ha permitido desarticular la primera célula de The Base en España, una organización terrorista neonazi que ya está en la lista negra de la Unión Europea. El juez de la Audiencia Nacional Antonio Piña ha ordenado prisión provisional sin fianza para David Dionis Gandía, arrestado junto a otros dos integrantes tras una operación policial que incluyó registros simultáneos y la incautación de armas, munición, equipamiento paramilitar, propaganda ‘aceleracionista’ y neonazi, e instrucciones para fabricar armas con impresoras 3D.

El juez considera probado que Dionis dirigía la implantación y consolidación del grupo en España, manteniendo una “continua labor de captación y adoctrinamiento” bajo los postulados extremistas y violentos del grupo. En el auto judicial se destaca que el acusado estaba en contacto directo con el líder internacional, Rinaldo Nazzaro, y asumía de hecho la estrategia marcada desde la cúpula: formar células conocidas como “unidades insurgentes” y promover “ataques selectivos para desestabilizar los Estados en los que se encuentren incardinadas”.

La Fiscalía respalda el ingreso en prisión, señalando que existen “indicios de la posible comisión de los delitos que se imputan y la concurrencia de los fines constitucionales legitimadores de la medida”, aunque la defensa intentó - sin éxito - la libertad provisional o la imposición de medidas menos gravosas. El juez considera necesaria la prisión ante el riesgo de fuga, la reiteración delictiva y la posibilidad de influir en las pruebas, “dado el carácter jerarquizado de la organización criminal y su papel prioritario dentro de la misma”.

La Policía Nacional ha desarticulado
La Policía Nacional ha desarticulado en Castellón la primera célula terrorista supremacista blanca y de caracter aceleracionista detectada en España, que ya había "manifestado su disposición a realizar atentados" siguiendo los postulados de 'The Base' (Europa Press)

‘The Base’, una organización terrorista de neonazis aceleracionistas

Los hechos documentados durante la investigación superan el adoctrinamiento digital. El grupo operaba con entrenamientos tácticos en las afueras de Castellón y acumulaba armas y material médico de combate. Las autoridades observaron un acopio “anormal de diversos tipos de armas y objetos lesivos”, y no solo almacenaban material: se ha comprobado la presencia y uso de estas armas en vía pública, “lo que supone un peligro grave para la seguridad añadido a su radicalidad y violencia”.

Sobre el plano económico, la célula recibía apoyo financiero desde la matriz internacional y colaboraba en el sostenimiento de las actividades en España a través del tráfico de cocaína y marihuana. El auto del juez subraya que el grupo está implicado “en múltiples actos violentos”, incluidos los protagonizados por Dionis y los otros detenidos, Jesús Estrada y David Azor, como un desplazamiento a Madrid donde planearon dar una paliza a una persona “por simple venganza”. También queda constancia del “carácter extremadamente violento” del líder, que no dudaba en incitar a la acción física contra terceros, según reflejan conversaciones y mensajes intervenidos en la investigación.

El fenómeno de ‘The Base’ no es nuevo, pero su aterrizaje en España ha tensionado todas las alarmas policiales por la gravedad de los hechos y la radicalidad de su doctrina. El grupo fue creado en 2018 por Rinaldo Nazzaro - alias ‘Norman Spear’ o ‘Lobo Romano’, un estadounidense afincado en Rusia - y en poco tiempo extendió su influencia a Estados Unidos, Australia, Sudáfrica, Ucrania y, progresivamente, a Europa, donde ya había protagonizado atentados frustrados y sabotajes. El ideario de ‘The Base’ recoge lo peor del supremacismo blanco y el “aceleracionismo”: sus miembros defienden la creación de un etnoestado “blanco” y consideran la diversidad y lo que llaman mestizaje una amenaza. Están convencidos de que la sociedad moderna es decadente y buscan forzar su colapso mediante la violencia y la polarización. Según el profesor Matthew Feldman, especialista en movimientos extremistas, ‘The Base’ adapta la estructura de células independientes y lobos solitarios igual que el yihadismo, y emplea tanto el Internet público como redes cifradas o la dark web para captar, adiestrar y coordinar a sus miembros sin dejar huellas claras. El objetivo final, tal y como detalla Feldman, es “derrocar los gobiernos estatales mediante una guerra racial”, avanzar en la construcción de “un nuevo orden revolucionario nazi” y eliminar cualquier elemento externo a su idea excluyente de comunidad blanca.

El grupo, estimado en un centenar de miembros, conecta con jóvenes desarraigados, a menudo aislados socialmente, que buscan pertenencia y encuentran en el discurso de ‘The Base’ una guía y una hermandad. Especialistas como Laura Méndez alertan sobre lo sencillo que resulta para estos grupos captar nuevos adeptos en internet, sobre todo a través de canales como Telegram, la dark web o comunidades online, donde la radicalización puede ser horizontal y cualquier usuario acabar convirtiéndose en agente de reclutamiento. “Lo peligroso del aceleracionismo - explica Méndez - es que ni siquiera requiere jóvenes muy politizados. Es una ideología simple y emocional, con gran potencial de atracción simplemente por su carácter antisistema”.

El caso de Castellón evidencia el paso de lo online a lo real, como apunta Sergio Gracia: “The Base es hoy un caso esencial de estudio. Porque demuestra el salto de lo online a lo real”. Entre los métodos documentados figuran la propaganda digital, el reparto de manuales de guerrilla y armas impresas en 3D, los entrenamientos en naves abandonadas y la incitación directa a perpetrar atentados que rompan el orden democrático. Todo ello bajo la batuta de una dirección internacional asentada en Rusia y envuelta en redes de contactos y sistemas cibernéticos difíciles de rastrear.

Ni la operación en Castellón ni las recientes intervenciones en Italia y Holanda parecen ser el final de la historia. La policía española se mantiene alerta, con Europol pidiendo vigilar de cerca este fenómeno. Todo apunta a que The Base ha llegado para quedarse y que la ofensiva digital, la captación y la violencia coordinada seguirán en el radar de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en los próximos tiempos.