Una monja opina sobre ‘LUX’, el disco de Rosalía: “Lo esperaba más religioso”

La presencia de símbolos sagrados en la estética de la artista despierta expectativas y debate sobre espiritualidad y arte contemporáneo

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Una monja opina sobre LUX
Una monja opina sobre LUX (Montaje Canva Infobae)

La imagen de Rosalía vestida con un hábito de monja en la portada de uno de sus discos no ha pasado desapercibida. Tampoco para una monja, que ha analizado públicamente el trabajo de la artista catalana desde una mirada espiritual y cultural. Su reflexión, compartida en una conversación con el creador de contenido @charlyokei, ofrece una lectura distinta sobre el uso del imaginario religioso en la música actual.

Desde el primer momento, la portada llamó poderosamente su atención. La figura de Rosalía vestida como una monja despertó en ella una expectativa concreta. El símbolo, explica, es potente y cargado de significado. Por eso esperaba encontrar una presencia más explícita de lo religioso en el contenido del disco.

Según relata, la iconografía utilizada por la artista conecta de forma directa con la tradición católica y con una simbología profundamente arraigada en la cultura española. El hábito, la mirada devocional y la puesta en escena evocan espiritualidad. Esa estética llevó a la religiosa a anticipar un mensaje más claramente vinculado a lo sagrado.

Sin embargo, al escuchar el álbum, su percepción fue distinta. La música no respondía exactamente a lo que la portada sugería. La expectativa construida desde la imagen no se correspondía, en su opinión, con una propuesta religiosa directa o explícita.

Durante la conversación con @charlyokei, la monja subrayó que este contraste no implica una crítica negativa. Para ella, los artistas no siempre muestran todas sus claves de lectura. Parte del mensaje queda abierto a la interpretación del oyente. En consecuencia, los símbolos no funcionan de una única manera. Rosalía juega con un imaginario muy reconocible, pero lo reinterpreta desde una lógica artística.

Las influencias religiosas en ‘LUX’

Más allá de la opinión expresada en la conversación, el debate permite identificar influencias religiosas concretas en el universo artístico de Rosalía. Su imaginario no remite tanto a una práctica religiosa literal como a figuras simbólicas asociadas al misticismo y a la espiritualidad.

Una de las referencias recurrentes que señalan algunos analistas culturales es la figura de las santas. Iconos como Santa Teresa de Jesús o Santa Catalina de Siena forman parte del imaginario visual católico en el que el cuerpo y la fe aparecen entrelazados. Estos elementos se reconocen en la estética del disco. Este enfoque conecta también con el pensamiento de Simone Weil, filósofa y mística francesa. En el plano musical, esa simbología aparece de forma explícita en títulos y letras como Mio Cristo Piange Diamanti o Sexo, Violencia y Llantas, donde Rosalía remite a la distinción de dos mundos: cielo y tierra.

Rabia al Adawiyya y Simone
Rabia al Adawiyya y Simone Weil en 'Lux'.

La utilización de estos referentes no introduce un mensaje doctrinal. Funciona como una apropiación estética y conceptual que dialoga con la espiritualidad interior de la artista. El lenguaje religioso se convierte en una herramienta de diálogo. El símbolo activa una memoria colectiva formada por siglos de iconografía religiosa, literatura mística y pensamiento espiritual. Desde una lectura cultural, la propuesta se inscribe en una tradición artística donde lo sagrado se reinterpreta.

Teología de la liberación, teología queer y nuevas lecturas de lo sagrado

Frente a las lecturas que interpretan el uso de símbolos religiosos como una postura conservadora, existen tradiciones dentro del propio cristianismo que han cuestionado el poder de la Iglesia y han usado ese mismo lenguaje con un sentido crítico. Una de ellas es la teología de la liberación, nacida en América Latina en la segunda mitad del siglo XX.

La teología de la liberación propuso una fe centrada en los pobres, en el cuerpo y en la vida cotidiana. Alejó lo religioso del dogma y lo acercó a la experiencia humana y a la justicia social. En este enfoque, los símbolos cristianos dejan de ser instrumentos de control y se convierten en herramientas para hablar del sufrimiento y de la dignidad.

Rosalía presenta 'LUX', su nuevo álbum.

Esa forma de resignificar lo sagrado abrió el camino a otras lecturas posteriores, como la teología queer. Esta corriente retoma el lenguaje religioso desde identidades disidentes y cuestiona la exclusión histórica de determinados cuerpos. Lo religioso deja de marcar lo permitido y se transforma en un espacio de reapropiación.

Esta mirada ha sido desarrollada también en el arte contemporáneo. El artista colombiano Carlos Motta ha explorado estas tensiones entre fe, sexualidad y poder. En su performance Réquiem, utiliza formas litúrgicas para denunciar la violencia simbólica que ha ejercido el cristianismo sobre los cuerpos queer. Asimismo, propone un espacio de reconciliación para aquellas personas que queer que viven la fe.

Desde esta perspectiva, el uso de iconografía religiosa en la cultura popular no tiene por qué entenderse como una defensa de valores tradicionales. Puede leerse como una reapropiación crítica de un lenguaje muy arraigado en la memoria colectiva. Este recorrido, de la teología de la liberación a la teología queer, permite entender lo sagrado como un lenguaje abierto. Un lenguaje que puede servir para hablar de dolor, identidad o transformación sin necesidad de asumir una fe institucional ni una doctrina cerrada.