Los príncipes de Gales continúan en pie de guerra tras su mudanza a Forest Lodge: el descontento de sus vecinos

El príncipe Guillermo y Kate Middleton hacen frente al malestar del vecindario, un mes después de haberse trasladado a la mansión en Windsor Great Park

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La reina Isabel de Inglaterra,
La reina Isabel de Inglaterra, el entonces príncipe Carlos, el príncipe Enrique, el príncipe Guillermo y Catalina, duquesa de Cambridge, junto a otros miembros de la familia real británica, observan al equipo acrobático aéreo Red Arrows de la Royal Air Force durante el desfile Trooping the Colour (REUTERS/Hannah Mckay/Archivo)

Las celebraciones navideñas en el seno de la Casa Real británica llegan este año envueltas en una nueva polémica. Más allá de las polémicas de Andrés Mountbatten-Winsdor, por las que ha perdido sus títulos, y la incógnita de si su distanciamiento institucional implica también un alejamiento familiar, un nuevo foco de atención recae en los príncipes de Gales y sus tres hijos. Y es que su reciente mudanza vuelve a poner en entredicho la normalidad de las fiestas que tradicionalmente se celebran en Windsor.

El príncipe Guillermo y Kate Middleton abandonaron Adelaide Cottage, una residencia marcada por episodios complicados para la familia. En esa vivienda recibieron el diagnóstico de cáncer de Carlos III y de la propia princesa de Gales. Allí mismo, también afrontaron el impacto mediático que supuso la publicación del libro del príncipe Harry, Spare. Con la vista puesta en un nuevo inicio, los royals británicos se han instalado en Forest Lodge, aunque su traslado no estuvo exento de controversias. Es precisamente esa polémica la que reaparece ahora, cuando se ultiman los preparativos de la Navidad en Windsor.

El príncipe Guillermo y Kate
El príncipe Guillermo y Kate Middleton en una imagen de archivo

La prensa británica ha sacado a la luz que el detonante ha sido la apertura, el 27 de noviembre, de The Christmas Tree Shop en Windsor Great Park, un parque real de casi 2.000 hectáreas situado al sur de la ciudad. Se trata de una tienda para vender árboles de Navidad cultivados de forma sostenible en Gran Bretaña y que pueden llegar a medir hasta 5 metros. Además, venden también coronas hechas a mano, ramas frescas de acebo y muérdago, luces decorativas e, incluso, vino espumoso procedente de los viñedos de Windor Estate. Sin embargo, las indicaciones para llegar al establecimiento han cambiado respecto a años anteriores y ahí se origina la polémica relacionada con los príncipes de Gales.

La polémica que rodea a los príncipes de Gales

La proximidad de la casa en la que actualmente residen los príncipes de Gales con sus hijos a la tienda ha dado lugar a que se refuercen los protocolos de seguridad. Entre las medidas adoptadas, se ha establecido una nueva ruta de acceso para evitar que los vehículos circulen junto a la residencia de Guillermo y Kate. Ese desvío, que supone añadir dos kilómetros adicionales al recorrido habitual, ha generado malestar entre algunos vecinos, que no solo lo consideran un inconveniente, sino también un riesgo.

Los príncipes de Gales y
Los príncipes de Gales y sus hijos en Forest Lodge (INFOBAE ESPAÑA).

“Ya he visto algunos accidentes donde la gente ha conducido por el lado equivocado de los conos”, ha expresado un cliente del comercio al Daily Mail. “Un coche estuvo aparcado y en marcha ambos días con lo que parecían ser dos agentes de paisano en su interior para impedir que alguien entrara en los terrenos de Forest Lodge. La tienda está justo al lado, así que no es de extrañar que los príncipes de Gales estén muy atentos por si alguien se anima a echar un vistazo”, ha apuntado otro vecino de la zona.

El descontento de los vecinos de Forest Lodge

Antes del traslado, ya se había establecido una zona de exclusión alrededor de Forest Lodge, una decisión que causó malestar entre residentes que solían pasear con sus mascotas por esa área. Para reforzar el perímetro, se levantó una valla de madera que delimita el bosque y las áreas verdes próximas a la residencia, y se instalaron cámaras de vigilancia especiales. Además, el acceso público a una parte del parque fue bloqueado de manera permanente, amparado en la normativa que protege las tierras de la Corona, consideradas propiedad privada del rey Carlos III o de su heredero inmediato.

El hijo de Carlos III se está encontrando con diferentes problemas que están derivando en una crisis de popularidad

A finales de octubre, poco después de instalarse en su nuevo hogar, los príncipes reunieron al personal implicado en el traslado para agradecer su dedicación. Los convocaron en el pub The York Club, donde ofrecieron bebidas y aperitivos en un encuentro privado que no trascendió públicamente al no formar parte de su agenda oficial.