“El mercado no tiene tracción alcista”: el gas barato anticipa que enero podría tener una de las facturas de luz más bajas desde 2020

El abaratamiento del gas, las reservas llenas y el impulso renovable dibujan un invierno energético más calmado, aunque los analistas piden prudencia ante posibles repuntes

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El gas barato anticipa que
El gas barato anticipa que enero podría tener una de las facturas de luz más bajas desde 2020. (Canva)

La recta final de 2025 y el arranque de 2026 llegan con un panorama energético inesperadamente favorable tras varios años marcados por la inestabilidad y los picos en la factura eléctrica. Si el gas europeo mantiene su coste actual, entre 28 y 32 euros por megavatio hora (MWh), enero se convertiría en uno de los meses con la luz más barata desde el inicio de la crisis energética de 2020. Una previsión que, aunque todavía depende del comportamiento del mercado internacional, invita al optimismo.

Antonio Aceituno, director ejecutivo de Tempos Energía, ha resumido la situación con claridad. “El primer trimestre de 2026 sería hasta un 35% más barato que la media de los inviernos 2020-2024, además de convertirse en el primer invierno ‘normalizado’ desde la crisis energética”, explica en un comunicado. Su reflexión apunta a un escenario que, después de años inestables, empieza a recuperar cierta normalidad.

El actual descenso del precio del gas no es casualidad. Europa llega al invierno con los almacenes de Gas Natural Licuado (GNL) prácticamente llenos, siendo el nivel más alto de los últimos ocho meses. Noruega, su principal suministrador, ha mantenido un flujo constante sin incidencias, y la demanda desde Asia, especialmente de China, se mantiene baja. Esta combinación ha relajado la presión sobre los mercados.

Un invierno tranquilo, siempre que el gas se mantenga estable

Aun así, Aceituno introduce una nota de prudencia. Pese a que el gas está “excepcionalmente barato”, recuerda que “el invierno no está ganado y cualquier vector puede desembocar en tensión en los precios”. Es decir, basta un incidente geopolítico, un repunte inesperado de la demanda o un problema logístico para que el gas suba con fuerza. Si el TTF, el índice de referencia europeo, se acercase a los 40-45 €/MWh, la luz podría encarecerse rápidamente. “Los precios podrían subir casi hasta un 50% con respecto a un invierno benigno”, advierte, llegando a puntas de 110–120 €/MWh.

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Lo que sí está claro es que el mercado no muestra señales de querer subir. El TTF ha caído a 28,83 €/MWh, uno de los niveles más bajos desde 2022, y acumula un descenso del 43% desde que arrancó 2025. Incluso comparándolo con su mínimo histórico de febrero de 2024, apenas ha aumentado un 25%. Para el analista, “es evidente que el mercado no tiene tracción alcista”.

La fuerza del viento abarata la luz

Y, mientras el gas aporta calma, las energías renovables están poniendo de su parte para abaratar la electricidad. El mercado mayorista español, conocido como pool, cerró noviembre con un precio medio de 57,23 €/MWh, un 45% menos que hace un año. La clave ha sido una producción eólica especialmente fuerte, ya que el viento generó casi un 67% más que en octubre.

Este impulso permitió que el gas quedara desplazado en muchas horas del día, reduciendo el coste final. Como señala Aceituno, “el mercado es volátil pero amable y mostrándose nítida la tendencia bajista”. La hidráulica también ha contribuido, aumentando un 13% su aportación y actuando como un colchón en los momentos de mayor demanda.

Pero el escenario no está libre de riesgos. La dependencia del viento sigue siendo determinante, ya que “basta con que se apague para que el mercado vuelva a dispararse por encima de los 110 euros el megavatio hora”, según alertan desde Tempos Energía. Por eso, aunque noviembre ha sido un mes “estructuralmente más barato”, su continuidad dependerá de cómo se comporte el clima en los próximos meses.

España, entre los países con
España, entre los países con la electricidad más barata de Europa gracias a las energías renovables, fotovoltaica y la eólica. (Canva)

Los mercados de futuros refuerzan esta sensación de estabilidad. Para 2026, se prevén precios medios de 59,10 €/MWh en el primer cuatrimestre, 39,10 €/MWh en el segundo, 61,19 €/MWh en el tercero y 68,46 €/MWh en el cuarto, niveles que recuerdan a la etapa previa a la crisis.

¿Un regreso real a la normalidad?

Si no hay sobresaltos, Europa podría vivir este invierno con una factura energética con unos precios más parecidos a los de antes de la crisis. El gas barato, la fuerte presencia renovable, y un petróleo que se mantiene estable, dibujan un escenario que parecía impensable apenas hace dos años.

Aun así, los expertos insisten en la cautela. El mercado energético ha demostrado en múltiples ocasiones que puede cambiar de rumbo en cuestión de días. De momento, eso sí, la tendencia parece dar un respiro muy necesario tanto a hogares como a empresas.