Carmela y Rocío Martínez Oliart, las discretas hijas de Joaquín Sabina que son su apoyo tras su adiós a los escenarios

Las jóvenes, fruto de su relación con Isabel Oliart, han crecido lejos de los focos y en ocasiones han tenido una relación distante con el artista

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Joaquín Sabina en una imagen
Joaquín Sabina en una imagen de archivo. (Foto AP/Rebecca Blackwell, archivo)

La despedida de Joaquín Sabina es ya historia de la música española. No solo por el peso simbólico del adiós, con el que en andaluz cierra más de cinco décadas cantando, componiendo y desafiando al propio tiempo, sino por la carga emocional que envolvió el Movistar Arena de Madrid durante el concierto final de la gira Hola y adiós, celebrado este domingo 30 de noviembre. Allí, con miles de personas coreando versos que forman parte de las vidas de todos sus fans, el artista cerró un ciclo vital.

Ahora el de Jaén comienza una nueva etapa en la que se presupone que su vida familiar tendrá mayor importancia. Entre todos aquellos que le quieren destacan sus hijas Carmela y Rocío, fruto de su relación con Isabel Oliart. Dos jóvenes que nunca han querido aprovechar la notoriedad de su padre ni vivir bajo el paraguas del apellido Sabina. De hecho, conservan el apellido original de su padre, Martínez. Sobre esto, el propio cantautor contó en una entrevista que les propuso en su día adoptar el apellido artístico con el que él se hizo famoso, pero ellas lo rechazaron con contundencia: “Ni hablar”, le respondieron. Una decisión que revela la identidad independiente que ambas han construido lejos de los focos.

Las hijas de Joaquín Sabina
Las hijas de Joaquín Sabina le visitan en la clínica Ruber Internacional. (Ángel Díaz Briñas / Europa Press)

Aun así, sus caminos han coincidido con los del artista en más de una ocasión. Carmela ha encontrado su sitio en la industria audiovisual. Trabaja en la productora Estela Films, es académica de la Academia de Cine y ha ejercido como directora de producción en diversos proyectos. En 2014, cuando presentó el cortometraje Epitafios, padre e hija posaron por primera vez juntos ante las cámaras. Él puso voz musical a la pieza; ella, su talento detrás de la organización. Desde entonces, la complicidad profesional entre ambos ha asomado de vez en cuando, como ocurrió con Tiempo después, de José Luis Cuerda, donde Carmela participó en producción y Sabina compuso la canción original.

Rocío, en cambio, ha elegido un perfil todavía más reservado. Se sabe que escribe poesía, practica yoga y que desarrolla su vida creativa casi en secreto. Pero aunque no participe en el universo profesional de Sabina, sí lo hace en el emocional. Carmela lo resumió hace unos años en una frase que sorprendió a muchos: “Es un padrazo de mayor”. Una declaración que dejaba ver la evolución de un artista que, durante décadas, se reconocía mejor en las noches largas que en las rutinas familiares.

Más allá de lo cotidiano, Carmela y Rocío han sido inspiración directa para su padre. Les dedicó Ay! Carmela y ¡Ay! Rocío, les coló en versos y referencias dentro de temas como A mis cuarenta y diez, y las implicó en el videoclip de Lo niego todo. A ellas en una ocasión les preguntaron por sus canciones favoritas del repertorio paterno, cada una lo tuvo claro: Rocío se queda con La canción más hermosa del mundo; Carmela, con Y sin embargo.

Joaquín Sabina en el Auditorio
Joaquín Sabina en el Auditorio Nacional de en la Ciudad de México, el 27 de enero de 2025. (EFE/José Méndez)

Pero quizá lo más revelador del vínculo entre Sabina y sus hijas no esté en las canciones ni en las fotografías públicas, sino en la naturalidad con la que conviven con su figura. Ni presumen de ser hijas de quien es considerado un icono musical, ni reniegan de ello. Han construido una relación que se sostiene en la intimidad, en la complicidad y en un sentido del humor muy propio de su padre. Sabina contó una vez en la revista Rollin Stone que “a veces yo les hago putadas, por ejemplo, si me las encuentro en un semáforo por la calle, bajo la ventanilla y les grito: ‘Y nos dieron las diez…’ Y se quieren meter bajo tierra”, comentó entre risas.