El rey Carlos III ha retirado esta semana los últimos honores reales a su hermano Andrés Mountbatten-Windsor, quien ha sido despojado de todos sus títulos y se encuentra en plena negociación con el monarca para su próximo traslado a un nuevo alojamiento fuera de Royal Lodge.
Tras años de escándalos y presiones, la casa real británica ha formalizado la retirada de los últimos títulos y distinciones que Andrés Mountbatten-Windsor conservaba, según ha publicado la London Gazette. El comunicado oficial, fechado el 1 de diciembre y con efecto retroactivo al 30 de octubre de 2025, especifica: “El rey ha ordenado que el nombramiento de Andrew Albert Christian Edward Mountbatten-Windsor como Caballero Compañero de la Muy Noble Orden de la Jarretera, fechado el 23 de abril de 2006, sea cancelado y anulado y que su nombre sea borrado del Registro de dicha Orden”.
Además, se ha eliminado su condición de Caballero Gran Cruz de la Real Orden Victoriana, ambos honores concedidos por la difunta reina Isabel II. La decisión se ha hecho pública tras un proceso iniciado a finales de octubre, cuando el Palacio de Buckingham anunció la intención del monarca de retirar a su hermano todas las distinciones, títulos y honores restantes.
La caída de Andrés de Inglaterra
La retirada de honores se produce tras años de escándalos vinculados a la figura de Andrés, especialmente por su relación con Jeffrey Epstein, el financiero condenado por delitos sexuales. La presión sobre el exduque de York se intensificó después de que una jueza rechazara su intento de desestimar la demanda por agresión sexual presentada por Virginia Giuffre, víctima de Epstein. Andrés llegó a un acuerdo extrajudicial con Giuffre, cuya cuantía no se ha hecho pública, y ha negado reiteradamente cualquier conducta ilícita.
Desde noviembre de 2019, tras una entrevista en la BBC sobre su relación con Epstein, Andrés se ha visto apartado de la vida pública y, en enero de 2022, la reina Isabel II le despojó de sus títulos militares y patronazgos.
Exigencias sobre su residencia
El proceso de retirada de privilegios incluye la exigencia de abandonar Royal Lodge, la mansión de treinta habitaciones situada cerca del castillo de Windsor, donde Andrés residía junto a su exesposa Sarah Ferguson. El contrato de arrendamiento de setenta y cinco años que Andrés mantenía con la Corona le otorgaba derechos sólidos sobre la propiedad, lo que ha obligado a la familia real a negociar su salida voluntaria. El exduque había invertido 9,9 millones de euros (8,5 millones de libras esterlinas) en la residencia y esperaba poder legar el contrato a sus hijas, las princesas Beatriz y Eugenia, hasta 2078. Sin embargo, tras la decisión del rey, Andrés ha accedido a abandonar la vivienda, aunque la mudanza podría retrasarse hasta febrero.
Las negociaciones para su nuevo alojamiento en la finca de Sandringham, propiedad privada del monarca en Norfolk, han generado nuevas tensiones. Fuentes citadas por Mirror han señalado que “Andrés exige una casa sustancial de seis o siete dormitorios en la finca de Sandringham, con personal completo, incluyendo cocinero, jardinero, ama de llaves, chófer y seguridad policial”. Un antiguo cortesano ha afirmado en declaraciones recogidas por el mismo medio: “Conociendo a Andrés, esto siempre iba a ser una cuestión de dinero. Básicamente, le están comprando el contrato de arrendamiento, así que regateará hasta el último detalle del acuerdo”.
El impacto de la pérdida de estatus ha sido especialmente duro para Andrés, según testimonios recogidos por la prensa británica. Un antiguo miembro del personal ha asegurado a Mirror que “lo más difícil para el duque de York no fueron las acusaciones de conducta sexual inapropiada. Fue que le despojaran de sus títulos reales y perder su papel clave en la familia real. Nunca lo ha superado”. A pesar de la retirada oficial de los honores, Andrés sigue insistiendo en que el personal le trate con los títulos reales, según han revelado fuentes internas al citado medio. Su único título restante es el de vicealmirante de la Marina Real, tras veintidós años de servicio, aunque existen presiones para que también le sea retirado.
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