Postura de la tortuga: un ejercicio de yoga para expertos que alivia la rigidez muscular y destensa la espalda

Hacer bien esta asana supone todo un reto

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Mujer feliz. (Adobe Stock)
Mujer feliz. (Adobe Stock)

En los últimos años, el yoga ha ganado una enorme popularidad. A pesar de ser una disciplina con más de 5.000 años de historia, continúa ofreciendo grandes beneficios tanto para el cuerpo como para la mente.

Para muchas personas, se ha convertido en una forma eficaz de desconectar del día a día, algo especialmente valioso en un momento en el que el estrés y la ansiedad se encuentran en niveles históricos.

Uno de los puntos positivos es que, gracias a la amplia variedad de ejercicios y estiramientos que hay, resulta sencillo encontrar una rutina que se ajuste a tus necesidades. Si eres una de las personas que necesita llevar su entrenamiento a otro nivel, una de las asanas más complicadas es la postura de la tortuga.

Beneficios postura de la tortuga

La postura de la tortuga es una asana avanzada que aporta múltiples beneficios. Uno de los más destacados es el alivio de la rigidez lumbar y de la espalda baja, ya que estira la columna y masajea suavemente los nervios, ayudando a reducir dolores y tensiones. Además, mejora la flexibilidad de la columna y de las caderas.

El yoga combina ejercicio físico y meditación para mejorar fuerza, postura y flexibilidad. Favorece la respiración consciente, reduce ansiedad, fortalece huesos y articulaciones, mejora el sueño, la inmunidad y la salud cardiovascular, aportando equilibrio emocional y bienestar integral.

Este ejercicio también activa la circulación sanguínea y fortalece los músculos de brazos, abdomen, glúteos y piernas, lo que contribuye a tonificar el cuerpo y mejorar la postura. La presión que ejerce sobre el pecho y el abdomen estimula los órganos internos, favoreciendo la respiración profunda y la digestión.

A nivel mental, el kurmasana ayuda a reducir el estrés y a relajar el sistema nervioso, lo que puede mejorar la calidad del sueño y proporcionar una sensación de calma y bienestar general.

Postura de la tortuga, ejercicio
Postura de la tortuga, ejercicio de yoga. (theyogacollective.com)

Cómo hacer la postura de la tortuga

  1. Siéntate con las piernas extendidas hacia adelante y abiertas en forma de “V”, manteniendo la espalda recta y la columna bien alargada.
  2. Inclina lentamente el torso hacia adelante, manteniendo la respiración profunda y constante.
  3. Desliza los brazos hacia adelante y hacia el suelo, procurando que pasen por debajo de las piernas si te es posible.
  4. Acerca el pecho y la cabeza hacia el suelo, relajando la barbilla y manteniendo la postura cómoda.
  5. Una vez estable, estira los brazos hacia atrás junto al cuerpo, manteniendo la apertura de caderas, espalda y hombros.
  6. Mantén la postura durante varias respiraciones profundas, concentrándote en la sensación de relajación y calma.
  7. Para salir de la postura, dobla suavemente las rodillas, lleva los brazos a los lados y vuelve a la posición inicial, relajando todo el cuerpo antes de incorporarte.

Contraindicaciones y casos en los que hay que tener cuidado

A pesar de sus beneficios, es una postura avanzada que requiere de especial precaución. No es recomendable para quienes tengan músculos muy rígidos o débiles, especialmente en la zona lumbar, las caderas o los isquiotibiales, ya que la postura podría provocar molestias o lesiones.

Tampoco se aconseja a personas con ciática severa, ya que la presión sobre la región lumbar puede agravar los síntomas. Las mujeres embarazadas deben evitar esta asana debido a la presión que ejerce sobre el abdomen, y quienes tengan lesiones en caderas, hombros, cuello o muslos deberían abstenerse.