Demoras y sobrecostes farmacéuticos en la sanidad de Ceuta y Melilla: el Tribunal de Cuentas critica la “ausencia de planificación” de Ingesa

Los hospitales de las ciudades autonómicas han llegado a pagar un 400% más por los medicamentos

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Farmacia de un hospital. (Canva)
Farmacia de un hospital. (Canva)

El Tribunal de Cuentas ha publicado su informe sobre el gasto farmacéutico de los hospitales en las ciudades autónomas entre 2022 y 2023, en el que estudia la operativa y legalidad de las compras de productos farmacéuticos en hospitales. Tras analizar la gestión farmacéutica de Ceuta y Melilla, el organismo fiscalizador lo tiene claro: el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) gasta demasiado en medicamentos y ello se debe a su falta de planificación.

Las conclusiones de los consejeros destacan “la ausencia de planificación” en los aprovisionamientos farmacéuticos para los hospitales. “Durante los ejercicios 2022 y 2023 no existían planes de salud específicos para cada área ni un plan de contratación aprobado que sirviera de guía para la previsión de necesidades y la programación de adquisiciones”, explican en el informe. Esto ha hecho que los gestores de Ingesa, que controlan la sanidad de las ciudades autónomas, usen el mecanismo de compra directa de medicamentos, lo que ha supuesto sobrecostes considerables en la adquisición de estos productos.

Los centros sanitarios adquirieron esos años gran parte de sus suministros a partir de compras directas. En el Hospital Universitario de Ceuta, suponen el 49% del total de provisiones de farmacia hospitalaria, mientras que en el Hospital Comarcal de Melilla alcanzan el 91%. Los medicamentos conseguidos por esta vía supusieron diferencias de entre el 10 y el 50% en el precio original en la mayoría de casos, si bien se registraron hasta seis ocasiones en las que el precio doblaba el inicial, con extremos de hasta 400%. En Melilla, los pedidos directos costaron 18,6 millones de euros y en Ceuta, 8,3 millones.

“Se han identificado hasta 285 artículos de uso común en los dos hospitales con diferencias de precio, después de descuentos, que llegan a ser superiores al 50% en catorce ocasiones y al 100% en quince”, indican en el informe. Estos sobrecostes supusieron, además, demoras en la conformidad y pago de los suministros en Ceuta y Melilla.

Mientras tanto, el consumo de medicamentos genéricos y biosimilares, más baratos y esenciales para controlar el coste farmacéutico, fue “poco importante sobre el total adquirido”. La compra de estos fármacos representó el 4,17% del gasto conjunto de Ingesa, con una tendencia que evoluciona a la baja.

Procedimientos diferentes y sin homologación entre ciudades

Imagen de archivo: El Hospital
Imagen de archivo: El Hospital Comarcal de Melilla, en Melilla (España) a 14 de noviembre de 2020. (ÓSCAR GIMÉNEZ/Europa Press)

El Tribunal de Cuentas destaca también la falta de “procedimientos de gestión homogéneos y normalizados” entre las dos ciudades autónomas, así como la obsolescencia tecnológica y la falta de interoperabilidad de las aplicaciones informáticas. Las carencias de los sistemas de información son varias y estas “impiden la formación de un expediente electrónico” y dificultan “la trazabilidad de las compras” y la revisión de la contabilidad.

“Estas deficiencias procedimentales se extienden a los medicamentos sujetos a condiciones especiales de financiación, impidiendo conocer los posibles retornos derivados, entre otros, de los acuerdos de precio-volumen y techos de gasto”, indican.

El Tribunal de Cuentas considera que “existe un amplio margen de mejora” en cuanto al uso racional del medicamento. Entre ellas, resalta la constitución y actuaciones de órganos y comisiones que controlen los procesos de calidad, potenciar el uso de biosimilares, avanzar en la redosificación y la homogeneización de los procedimientos hospitalarios en materia farmacéutica.