Feijóo pide elecciones y no moción de censura, pero la llave a Moncloa sigue siendo seducir a Junts: “¿Hay algo más democrático que poder votar?"

“El Gobierno sale a la calle contra los jueces. Nosotros salimos a la calle a favor de la independencia judicial y de la decencia de nuestro país”. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, calienta las calles y presiona al Gobierno para que convoque un adelanto electoral, en un momento de mucha tensión por el encarcelamiento del exministro José Luis Ábalos y el bloqueo político de Junts en el Congreso de los Diputados.

En realidad, la petición que lanza el líder de la oposición es algo que lleva manifestando desde el día uno de legislatura, cuando deslegitimó el bloque que invistió a Pedro Sánchez en 2023. Han sido varios los motivos, pero su propósito, no obstante, no está en los planes del presidente del Gobierno, que mientras dependa de él tratará de agotar la legislatura (aunque ya hay signos de que quizá no sea así). Más allá del apoyo popular, a Feijóo le quedan pocas carta con la que jugar, especialmente cuando ya ha agotado el máximo arma que puede utilizar un adversario político. Y en este contexto, la única vía es terminar el Gobierno a través de una moción de censura, la misma fórmula que derrocó al último presidente del PP.

Para llevarla al Congreso, Feijóo ha reconocido que no le faltan ganas, le “faltan votos”. Y en este sentido, el PP trata de seducir a los exsocios del Gobierno: Junts per Catalunya. El apoyo de los de Puigdemont fue clave para investir a Pedro Sánchez el pasado 2023. No obstante, nunca ha sido considerado el muro de carga de la legislatura porque en el Congreso se ha comportado más bien como una oposición. Ahora lo será con mayor intensidad, después de que la formación independentista anunciase que bloquearía todas las iniciativas legislativas que el Gobierno llevase a la Cámara Baja “porque Sánchez no ha cumplido con el acuerdo de investidura”, critican.

De momento, Junts ha optado por desgastar al Gobierno mediante asfixia parlamentaria, pero Feijóo confía en que la formación, tarde o temprano, acabe sumándose a una moción de censura. Lo que el PP parece ignorar que para los de Puigdemont es algo sencillamente imposible: en todas las ecuaciones entra Vox. Feijóo, mientras tanto, insiste en que no quiere ser presidente a través de una moción de censura. Quiere hacerlo en las urnas: “¿Hay algo más democrático que poder votar?”, repite cuando es preguntado por esta cuestión.

El sueño de Feijoó necesita de un milagro

Tampoco puede decirse que se haya trabajado hasta ahora el apoyo de los nacionalistas catalanes: hasta ahora no ha habido ningún tipo de negociación directa o indirecta. Es más, las relaciones entre ambos partidos no atraviesan sus mejores momentos, principalmente porque el PP ha abanderado durante dos años la oposición a la ley de amnistía que permitiría regresar al líder posconvergente.

El pasado 28 de enero de 2023, bajo el lema “Una España fuerte”, el PP convocó a los ciudadanos a abarrotar las calles contra los acuerdos entre el PSOE y los nacionalistas catalanes. Las exitosas concentraciones lograron prolongarse durante días y concentraron a cientos de miles de personas en la capital. De ahí que el PP las haya exhibido en el muro de la calle de Génova 13 desde entonces.

Aunque los encuentros directos no hayan sucedido y Feijóo hable de elecciones, el líder popular seguirá lanzando anzuelos a la espera de pescar en aguas revueltas. La última ocasión ha llegado este viernes, cuando el dirigente popular pidió a la patronal Foment que presionase al partido para que ayudase a derrocar al Gobierno.

Turull responde a Feijóo y tacha de maltrato sistémico al PP

Pero su petición ya ha sido contestada y rechazada. El secretario general de Junts, Jordi Turull, le respondió al presidente del PP que “no pidiese ayuda a los empresarios, sino que les pida perdón” por lo que tacha de maltrato sistémico, después de que el popular pidiera el viernes votos para presentar una moción de censura.

En el Consell Nacional de Junts de este sábado, dijo que esas declaraciones son una “osadía” y que debería pedir perdón a los empresarios por, según él, haberlos invitado a abandonar Cataluña y no haber pedido aún que vuelvan.

Insistió en por qué debe disculparse Feijóo ante Cataluña: “Perdón a los catalanes por todo lo que hicieron desde las alcantarillas del Estado para matar civilmente y políticamente a tantos líderes catalanes. Perdón a los catalanes por todo su boicot a que el catalán pueda ser una lengua oficial a Europa”, añadió.