Los gatos no llevan 10.000 años domesticados, sino mucho menos: vienen de África y los trajeron los romanos

Los gatos domésticos vinieron en dos oleadas desde el norte de África, aunque tampoco se descarta Egipto como su origen

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Los gaots domésticos llevan entre
Los gaots domésticos llevan entre nosotros 2.000 años, no 10.000. (Freepik)

Hay que olvidar lo que nos enseñaron los libros de historia. Los gatos domésticos no acompañaron a los primeros agricultores europeos hace 10.000 años, sino que hicieron su entrada en Europa hace apenas dos siglos, transportados desde el norte de África en barcos del Imperio Romano.

La historia de la domesticación y expansión del gato doméstico ha dado un giro radical con la publicación de un estudio internacional publicado en la revista Science, donde se analizaron 87 muestras de ADN de gatos antiguos y modernos. “Nuestros gatos, los que tenemos en casa, son inmigrantes tardíos que conquistaron Europa miles de años después de lo que creíamos, y sus raíces genéticas se hunden profundamente en el norte de África”, afirmó marco De Martino, investigador de la Universidad de Roma Tor Vergata y autor principal de la investigación.

El equipo de investigadores secuenció por primera vez el ADN nuclear de huesos de felino antiguos, permitiendo distinguir entre linajes maternos y la composición genética completa de los animales. Los resultados sorprendieron a los investigadores: muchos gatos neolíticos que se creían domésticos en realidad eran salvajes. “No eran domésticos en absoluto, sino gatos monteses europeos”, explicó De Martino. Es decir, la presencia de huesos de gatos en asentamientos neolíticos no implica domesticación. Eran “vecinos salvajes” que ocasionalmente se acercaban a los humanos.

Gato callejero se acerca a
Gato callejero se acerca a una persona. (Dilara Senkaya/Reuters)

Dos oleadas de llegadas

El estudio identifica dos grandes oleadas de introducción del gato africano a Europa:

  • Primera oleada: durante el primer milenio antes de Cristo. Los gatos monteses del noroeste de África llegaron a Cerdeña, donde dieron origen a la población silvestre que aún existe en la isla.
  • Segunda oleada: hace unos 2.000 años, en época romana. Los gatos se dispersaron a lo largo de rutas comerciales, militares y marítimas, llegando desde el norte de África al Mediterráneo, Europa central y Gran Bretaña. “Prácticamente, es con los romanos cuando se produce esa expansión del gato doméstico por Europa”, señaló Marta Moreno, arqueozoólofa del CSIC y coatura del estudio.
Los gatos domésticos de hoy
Los gatos domésticos de hoy en día llegaron hace 2.000 años. (Imagen Ilustrativa Infobae)

La ‘autopsia’ romana de los gatos

Los barcos romanos, cargados de grano y mercancías, necesitaban protección frente a las ratas. Los gatos norteafricanos se convirtieron en una “herramienta biológica” esencial. “El gato no llegó ‘caminando’ lentamente a través de los siglos, sino que fue un viajero frecuente en las galeras imperiales, una herramienta para el saneamiento y la protección de alimentos”, explicó De Martino.

Así, el estudio diferenció entre dos términos altamente confundidos: domar y domesticar. Un animal domado tolera a los humanos, mientras que un animal domesticado es una especie entera que ha cambiado genéticamente para convivir con nosotros. En definitiva, los gatos neolíticos no habían completado esa transformación.

No obstante, la influencia de Egipto tampoco ha sido descartada. “Egipto, y el norte de África en general, funcionaron quizá no solo como lugar de origen, sino como una ‘escuela de perfeccionamiento’ para gatos domésticos”, apuntó De Martino.

Gato egipcio. (Imagen Ilustrativa Infobae)
Gato egipcio. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Por qué los otros estudios se equivocaban

Antes de la expansión definitiva del gato doméstico norteafricano, existió una intensa hibridación entre gatos monteses europeos y felinos llegados de otras regiones. “Antes de que el verdadero gato doméstico norteafricano barriera a la competencia, hubo mucha hibridación. Los gatos monteses europeos y los recién llegados del este se cruzaban. Lo cual explica por qué los estudios anteriores, basados solo en ADN mitocondrial, se equivocaban”, indicó De Martino.

Sin embargo, estos híbridos no dieron lugar a la línea de los gatos domésticos actuales, sino que constituyeron callejones evolutivos sin continuidad.

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Los resultados del estudio obligan a redefinir la cronología y el mapa de la expansión felina. “Redefinimos el momento de la dispersión de los gatos al identificar al menos dos oleadas de introducción a Europa”, concluyó De Martino.