Una mujer de 59 años pasa de vivir en la calle y depender de comedores sociales a recibir cientos de ofertas de trabajo en todo el mundo: “No estoy acostumbrada a esto”

La vida de Elena ha dado un giro de 180 grados a sus casi 60 años donde las ofertas laborales le dan una esperanza para salir de la precariedad

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23/07/2014 Pobreza, pobre, indigente, mendigo, sin techo, persona pidiendo en la calle EUROPA ESPAÑA SOCIEDAD

Elena, una mujer de 59 años licenciada en Pedagogía, ha visto cómo su situación de indigencia ha despertado una ola de solidaridad tras compartir su historia con el diario italiano La Nazione. Con una pensión mensual de 346 euros y sin empleo, ha relatado que ha tenido que dormir en bancos de parques, utilizando su mochila como almohada para evitar robos, y ha dependido de comedores sociales para poder alimentarse.

A pesar de enviar su currículum a numerosas empresas, no ha recibido llamadas para trabajar, lo que la ha llevado a una situación límite. La difusión de su caso ha provocado una respuesta masiva, no solo en Italia, sino también en España, donde cientos de personas han intentado localizarla para ofrecerle un contrato de trabajo, ayuda económica o alojamiento gratuito. Según ha explicado Elena a La Nazione, la muerte de su madre y los problemas familiares con su hermana la empujaron a la indigencia, recurriendo a Cáritas para poder comer y destinando su pensión a cubrir los gastos más básicos.

Elena ha manifestado su disposición a aceptar cualquier tipo de empleo, aunque ha pedido a las empresas interesadas que, si es posible, ofrezcan dos vacantes, ya que desea que su pareja, también en situación de indigencia, pueda trabajar junto a ella. “Estoy enamorada de él y no tenemos intención de separarnos. Él es albañil y ha tenido empleos precarios”, ha declarado al diario italiano. Además, ha descrito las dificultades de vivir en la calle y cómo se están preparando para el invierno con mantas y sacos de dormir proporcionados por Cáritas.

Solidaridad y expectativas ante el futuro

A pesar de las adversidades, Elena ha subrayado que mantiene la esperanza y confía en que su situación cambiará pronto. “Estoy convencida de que empezaré el año 2026 con un empleo y celebrando mi boda”, ha afirmado en declaraciones recogidas por La Nazione. Aunque le gustaría ejercer en el ámbito de la educación, ha reconocido que está dispuesta a trabajar en cualquier sector, salvo en el cuidado de personas mayores dependientes, ya que le recordaría la etapa en la que cuidó de su madre enferma. La reacción de la sociedad ante su caso le ha resultado inesperada y positiva.

Las madres solteras sufren más riesgo de pobreza: “No podemos vivir con una jornada reducida, necesitamos recursos”.

“Me ha sorprendido de una manera positiva la reacción de la gente, reconozco que no me la esperaba, no estoy acostumbrada a esto”, ha explicado Elena al medio italiano. Ha señalado que tiene la intención de contactar con quienes le han ofrecido ayuda y que está abierta a nuevas oportunidades laborales, siempre que pueda permanecer junto a su pareja. “Desde hace meses vivo en la calle con mi novio, compartimos lo poquito que tenemos. Le amo, no quiero que se quede solo, de modo que tendrá que venir conmigo”, ha añadido.

A la espera de una oportunidad laboral y un hogar

Actualmente, Elena y su pareja están pendientes de recibir las ofertas de empleo y la promesa de un alojamiento sin coste, mientras se adaptan a la llegada del invierno. “Estamos apuntados en una empresa de búsqueda de empleo temporal y estamos esperando que nos llamen, necesitamos centrarnos en nosotros mismos.” Han explicado con esperanza de que todo empiece a funcionar.

Unas 3.000 personas viven y
Unas 3.000 personas viven y duermen en las calles de Roma, una situación dramática que ha empeorado con la pandemia de coronavirus y el frío y las fuertes lluvias del invierno y que algunas organizaciones tratan de paliar. EFE/ Paula Bernabéu

“Estoy pendiente de toda esa gente que ha llamado a Fraternidad Bindi para ofrecernos su ayuda, espero que sea para poder darnos un contrato de trabajo”, ha detallado Elena a La Nazione. Si finalmente logran acceder a un empleo y una vivienda, Elena espera poder celebrar su boda en 2026. “No tengo casa, tampoco trabajo y me da miedo el futuro" ha concluido en sus declaraciones a La Nazione, representando a un gran sector de la población que por desgracia vive en la calle.