El mural de Justa Freire, pionera en la educación en España, destruido al menos cuatro veces por símbolos franquistas: “El barrio lo vuelve a levantar”

La maestra defensora de la educación pública y mixta dejó una huella notable en la memoria en los barrios obreros

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El legado de Justa Freire,
El legado de Justa Freire, pionera en la educación en España (Montaje Infobae, Fundación Ángel Lorca, Cárcel de Ventas)

El barrio madrileño de Aluche ha sido testigo de un fenómeno persistente: la repetida destrucción del mural que homenajea a Justa Freire, considerada una de las figuras más relevantes en la renovación de la educación pública en España. Según ha recopilado la UGT en una de sus últimas publicaciones de redes sociales, la pintura ha sido vandalizado al menos en cuatro ocasiones, aunque vecinos de la zona aseguran que han perdido la cuenta. Sin embargo, su reconstrucción es igual de constante, ya que el homenaje a la maestra se ha convertido en un símbolo fundamental para los vecinos.

“Su vida representaba esa Madrid que innovaba y luchaba por la educación accesible en los barrios obreros” por este motivo, “cada vez que lo vandalizan, el barrio vuelve a levantar el mural una y otra vez”, destacan desde UGT. Aun así, su recorrido y compromiso con la igualdad y la enseñanza, que estuvo marcado por la República, la prisión y la posguerra, ha quedado diluido en el colectivo español.

Esto se debe a sus ahijados, Carmen y José María Cabello, quienes mantuvieron su legado oculto durante años, para que “no lo pudieran descubrir en momentos históricos delicados”, describe la Fundación Ángel Llorca. No fue hasta el 15 de enero de 2011 que los hermanos decidieron desvelar el secreto tan bien guardado, para que los españoles fueran también testigos de su labor.

Alumnas de la Escuela Normal
Alumnas de la Escuela Normal de Zamora, 1914. Justa Freire, arrodillada, es la tercera por la izquierda (Fundación Ángel Llorca)

“Una de las primeras maestras becadas para estudiar nuevas escuelas en Europa”

Justa Freire nació en Moraleja del Vino (Zamora) el 4 de agosto de 1896, en el seno de una familia de origen campesino. Su trayectoria docente arrancó apenas cumplidos los catorce años, tras haber superado las pruebas de acceso a la Escuela Normal de Zamora en 1910. Pronto se trasladó a Madrid, donde aprobó las oposiciones a magisterio público y asistió a clases en la Universidad Central. Nueve años después, Freire debutó en su primera escuela como maestra propietaria en Casillas (Ávila), y desde 1921 ejerció en el Grupo Escolar Cervantes, en la barriada madrileña de Cuatro Caminos, bajo la dirección de Ángel Llorca.

A partir de entonces, su carrera se caracterizó por la adopción de nuevos métodos pedagógicos, inspirados en ideas europeas y materializados gracias a becas de la Junta de Ampliación de Estudios, que le permitieron conocer las corrientes educativas de Francia, Bélgica y Suiza. “Justa fue una de las primeras maestras becadas para estudiar nuevas escuelas en Europa”, detalla la Fundación Ángel Llorca. Su análisis la hicieron ver la importancia por una “escuela mixta, creativa y pública”, una propuesta disruptiva para la época, pero que fomentaba en sus aulas.

En los años de la Segunda República, su labor se extendió. No obstante, la Guerra Civil interrumpió en el Grupo Escolar “Alfredo Calderón” del que era directora. De esta manera, lo convirtieron en una residencia infantil y, posteriormente, en cuartel. Freire, exiliada a Valencia, participó en la organización de colonias escolares para menores refugiados en la zona de Levante hasta el final del conflicto armado.

El legado de Justa Freire,
El legado de Justa Freire, pionera en la educación en España (Montaje Infobae, Fundación Ángel Lorca, Cárcel de Ventas)

Encarcelada en la prisión de Ventas por “auxilio a la rebelión”

Finalizada la guerra, en mayo de 1939, fue detenida y llevada a la prisión de Ventas, acusada de “auxilio a la rebelión”. Aunque inicialmente fue liberada tras recibir numerosos avales, un consejo de guerra la condenó a seis años y un día, por su posición como docente influyente y su amistad con otras figuras del mundo institucionista, como Ángel Llorca. De acuerdo con un recuento de la Cárcel de Ventas, Freire logró continuar enseñando dentro de la prisión, primero en la escuela ‘Santa María’ y después en la de ‘Santa Teresa’: “Se integró en la red de maestras encarceladas que se entregaron a la tarea de educar y mejorar en lo posible la vida de sus compañeras más jóvenes”, indica uno de los documentos históricos recogidos por la Fundación Ángel Llorca.

Su labor dejó una huella notable en la memoria de excompañeras, como Mercedes Núñez Targa o Juana Doña, quienes recordaban las canciones y actividades organizadas por la maestra en circunstancias extremas: “Conservo aún los poemas y los cuadernos que Justa nos hacía escribir durante las noches”, relató una de ellas en uno de los documentos a lo que tuvo acceso la Fundación en 2011.

Excarcelada en 1941, Justa fue oficialmente depurada y suspendida del magisterio público. Por lo que se vio obligada a dedicarse a clases particulares, antes de ser acogida en el Colegio Británico de Madrid gracias a la intervención del hispanista Walter Starkie. No fue readmitida en la docencia pública hasta 1953, tras solicitar revisión de su expediente, aunque siempre privada de cargos en Madrid.

La reina Letizia participa en actividades educativas en el CEIP Cortes de Cádiz.

Una lucha en las calles: Justa Freire frente a Millán-Astray

En 2018, una calle del distrito de Latina adoptó el nombre de Justa Freire, una decisión tomada por el gobierno de Carmena con el fin de cumplir con la Ley de Memoria Histórica (2007). Pero la decisión fue revertida en 2021 por sentencia del Tribunal Superior de Justicia, recuperando el nombre anterior de José Millán-Astray, el militar español fundador de la Legión y jefe de la Oficina de Prensa y Propaganda del bando nacional. El cambio encendió de nuevo la reivindicación vecinal y sindical.

El motivo que llevó al juez a desautorizar la propuesta elaborada por el Comisionado de la Memoria Histórica del Ayuntamiento de Madrid: No participó en combates, aunque quedó fuera de consideración que la propaganda franquista funcionó como un instrumento clave del bando golpista para construir la imagen del enemigo que facilitó la represión posterior. En la actualidad, el mural dedicado a la maestra se ha convertido en el símbolo de resistencia y reivindicación educativa a la que se aferraba Justa Freire. Del mismo modo, los vecinos de Aluche, que a pesar del vandalismo con simbología franquista que ha deteriorado en varias ocasiones la pintura, siguen reconstruyéndolo “una y otra vez”