El sueño hippie de una familia que terminó por unas setas venenosas: una pareja educa a sus hijos en una cabaña de un bosque, pero las autoridades les obligan a trasladarse

Según el Tribunal en Italia, la separación no obedece a la ausencia de escolarización tradicional, sino al “perjuicio grave para la integridad física y psíquica de los niños”

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La vivienda en el bosque.
La vivienda en el bosque. (Redes sociales)

Catherine Birmingham y Nathan Trevallion vienen de mundos acomodados. Ella es una ex amazona australiana de 45 años que ha trabajado como instructora de equitación de máximo nivel. Él, un chef y empresario británico especializado en la venta de muebles de lujo. Se conocieron en Bali, Indonesia, paseando por la playa a sus siete perros, y se trasladaron a Italia a vivir el sueño de los veranos mediterráneos. Pero todo cambió con el nacimiento de sus hijos, y en 2021 decidieron dar un giro radical a su vida. “Creemos que los niños deben crecer lejos de la toxicidad de la sociedad occidental y de la tecnología, pero al mismo tiempo les hemos enseñado a respetar la naturaleza, así como las diversas culturas y religiones”, han contado al diario italiano Il Messaggero.

Y así, compraron una casa —que también podría llamarse cabaña— en un bosque cercano al pueblo de Palmoli, de cerca de 1.000 habitantes, y se fueron a vivir allí con sus tres hijos. “Instalamos paneles solares para la energía eléctrica, obtenemos el agua del pozo y para calentarnos tenemos la chimenea. No vivimos aislados en el bosque, sino que hacemos la compra en el supermercado una vez a la semana”, han señalado. Y los menores, según ellos, “son más felices y están más satisfechos, pero no viven aislados del mundo. Ya han aprendido a conocer plantas y animales, así como a cocinar y a tejer, y ahora estudian en casa con una maestra”. Todo terminó, sin embargo, por una intoxicación por culpa de unas setas venenosas.

Ahora, un tribunal de menores en Italia ha ordenado trasladar a los niños junto a su madre a una comunidad educativa para un periodo de observación. La medida se ejecutó en colaboración con trabajadores sociales y las fuerzas de orden, como resultado de una investigación iniciada tras la hospitalización de la familia por la intoxicación con unas setas y sucesivos controles por parte de los carabineros. Según el Tribunal, la separación no obedece a la ausencia de escolarización tradicional, sino al “perjuicio grave para la integridad física y psíquica de los niños”, y señala que la privación de la interacción con sus iguales es un factor que puede provocar “graves consecuencias psíquicas y educativas a cargo del menor”. Los jueces subrayaron que “la deprivación del enfrentamiento entre pares en edad escolar puede tener efectos significativos en el desarrollo del niño, tanto en ámbito escolar como no escolar”.

Las condiciones de la vivienda han sido otro eje central del fallo. La familia habitaba una antigua casa de campo, descrita por el Tribunal como un “edificio ruinoso y sin servicios”, complementado por una pequeña caravana donde dormían los niños. El informe pericial presentado por los padres fue calificado de “insuficiente en demostrar condiciones del inmueble idóneas para proteger la integridad física de los menores”. Las autoridades detectaron “ausencia absoluta de instalaciones eléctricas e hidráulico/sanitarias, además de la falta de acabados”, lo que, según la resolución, “conlleva una presunción legal de peligro para la seguridad y la integridad física de los menores”.

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“No vivimos aislados”

Los padres han mostrado su desacuerdo con los argumentos judiciales y han defendido la idoneidad de su estilo de vida. En su entrevista con Il Messaggero, el padre ha afirmado: “Como pueden ver, estamos en la carretera provincial, a pocos pasos del pueblo”. Y la madre ha añadido: “Los niños están serenos, en excelente salud y seguidos por una pediatra. Los llevamos al parque, conocen a otros niños. No vivimos aislados”.

La defensa presentará un recurso y desmintió la ausencia de documentos sobre la educación en casa: “No se trata de un caso de violencia o degradación, sino de una familia económicamente independiente que ha elegido un estilo de vida alternativo, impulsada por un ideal de libertad y respeto a la naturaleza”.

A nivel político, la decisión ha generado reacciones en el Gobierno. Giorgia Meloni expresó estar “alarmada” ante la medida y solicitó al ministro de Justicia, Carlo Nordio, que evalúe la posible intervención de inspectores, mientras que el vicepresidente y líder de la Liga, Matteo Salvini, criticó abiertamente la actuación de la justicia: “Me parece una elección vergonzosa, absurda, peligrosa para la salud de los niños. Haré todo, incluso yendo al lugar si es necesario, para regresar a esos niños a casa”.