Un cajero automático se traga la tarjeta de un hombre de 78 años y le roba 4.900 euros

Los ladrones consiguieron cambiar el límite de retiro de efectivo para sacar la mayor cantidad de dinero posible

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Robo en cajero automático. (Europa
Robo en cajero automático. (Europa Press)

En los últimos años, los robos en los cajeros han dejado de ser simples hurtos oportunistas. En la actualidad, la tecnología ha sido aprovechada por los delincuentes para reinventarse. Manipulan las máquinas, interceptan los datos y se hacen pasar por empleados de confianza, todo con el fin de persuadir a las víctimas y quitarles todos sus ahorros, como le ocurrió a un jubilado la semana pasada.

La mañana del 13 de noviembre parecía rutinaria para un hombre de 78 años de Lessines, en Bélgica. Salió temprano de casa para ir al cajero y retirar 100 euros. Estaba junto al supermercado Proxy Delhaize. No imaginaba que, en cuestión de horas, perdería prácticamente todos los sus ahorros de una vida.

Según relato su hijo a La Libre todo ocurrió en segundos. “Mi padre sacó 100 euros. Pero después de recuperar el dinero, la máquina se tragó su tarjeta, Otras personas en el edificio tuvieron la misma desafortunada experiencia”, explicó el joven.

El hombre, confundido y nervioso, intentó reaccionar. Llamó al número gratuito del servicio. Pero nadie respondió. “En su pánico, mi padre no pensó en contactar con Card Stop para bloquear la tarjeta. Después se fue a casa”, contó. No obstante, los estafadores ya estaban actuando.

Los ladrones robaron cerca de
Los ladrones robaron cerca de 5.000 euros. (Freepik)

La llamada que cambió todo

Apenas llegó a su domicilio, sonó el teléfono fijo. “Era alguien del banco diciéndole que tenían su tarjeta y que no se preocupara. Obviamente, le creyó”, narró su hijo. No había motivos para desconfiar. Todo parecía encajar. Mientras el hombre recuperaba la calma, al otro lado de la ciudad los estafadores se movían con una precisión quirúrgica. A las 10:20 de la mañana, apenas una hora después del incidente, se retiraron 2.400 euros en Lessines. Al día siguiente, otros 2.500 euros en Seneffe. Dos golpes rápidos, calculados, invisibles.

Solo entonces la familia comprendió lo que ocurría. “Una vez informado, le pedí a mi padre que bloqueara su tarjeta a través de Card Stop, lo cual se hizo el viernes por la mañana”, explicó el hijo. La denuncia se presentó el miércoles por la mañana. “La madre un amigo fue víctima recientemente de la misma estafa”, recordó.

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Una advertencia para proteger a los más vulnerables

“Este método es muy despiadado: una persona recupera las tarjetas y los códigos robados para vaciar las cuentas de las víctimas. Además, los estafadores lograron cambiar el límite de retiro de mi padre para recuperar la mayor cantidad de dinero posible. Hay toda una logística detrás de esta estafa”, denunció.

Pero el caso del jubilado de Lessines no es un hecho aislado, sino una señal de alerta que las autoridades belgas ya están investigando. La familia insiste en que compartir su historia es crucial para que las demás sepan y tengan cuidado a la hora de sacar dinero. “Si testifico, lo hago para evitar que esta estafa les suceda a otras personas, especialmente a las personas mayores”, explicó.

Además, advierte del peligro de esta modalidad delictiva, que combina manipulación tecnológica y engaño telefónico: “Este método es muy insidioso y muy cruel: alguien recupera las tarjetas y los PIN ingeridos para vaciar las cuentas de las víctimas”.