
A partir del 1 de enero de 2026, será obligatorio llevar la baliza V16 en el coche. Este dispositivo, que emite una luz amarilla intermitente, está llamado a sustituir a los triángulos de emergencia para señalizar el vehículo cuando hay una avería o accidente en carretera. Al colocarla en el techo, la señal es visible en la distancia, incluso con malas condiciones de visibilidad, y el conductor ya no tiene que bajar del vehículo ni caminar por la calzada, con el riesgo que eso suponía. La normativa exige que todas las balizas estén homologadas y, además, sean capaces de enviar su ubicación directamente a la DGT. No tener la baliza V16 o usar un modelo que no cumpla estos requisitos podrá traducirse en sanciones económicas.
Qué es y cómo funciona la baliza V16
La baliza V16 responde a una idea sencilla: mejorar la seguridad y evitar que los conductores tengan que bajarse del automóvil a la hora de señalizar una emergencia. Conseguirlo ha sido una prioridad, sobre todo porque los accidentes tras salir del coche a colocar los triángulos suponen cada año un goteo de víctimas. La nueva baliza reduce ese riesgo y, al poderse activar a través de la ventanilla y fijar en el techo, el proceso se vuelve más ágil y seguro.
Este dispositivo compacto emite destellos visibles en 360 grados durante al menos 30 minutos y se activa de inmediato al entrar en contacto con la carrocería. Funciona tanto con lluvia como con niebla y, por exigencia de la actual normativa, incorpora una tarjeta SIM y un chip GPS. Gracias a ese equipamiento, transmite la ubicación exacta del coche inmovilizado a la plataforma DGT 3.0. De este modo, los avisos llegan a los sistemas de tráfico, paneles informativos y navegadores de otros conductores en tiempo real. La SIM incluida garantiza la conectividad - sin cuotas ni recargos - durante un mínimo de doce años. Además, no se recopila información personal, ya que el único dato enviado es la localización del vehículo en el momento de la incidencia.
La baliza debe ir siempre en un sitio accesible desde el asiento, como la guantera o uno de los laterales. El maletero no sirve, ya que el objetivo es evitar cualquier pérdida de tiempo en una situación de emergencia. Para asegurarse de cumplir con la ley, solo se permiten balizas homologadas y conectadas, que figuran en el listado oficial de la DGT. El precio ronda entre los 30 y los 40 euros y, antes de comprarla, conviene consultar que el modelo seleccionado aparece en la lista pública de dispositivos válidos.

El certificado de homologación: un papel que puede evitar disgustos
En los controles rutinarios de carretera, mostrar la baliza V16 es tan importante como enseñar el seguro o la ITV. Los agentes revisan que el dispositivo sea el adecuado y esté autorizado, algo que, en muchos casos, puede demorarse si el conductor solo tiene la baliza suelta en la guantera, sin la caja ni ningún documento.
La clave, en estos casos, está en un papel sencillo: el certificado de homologación, un documento que puede descargarse en la página web de la DGT si el modelo de baliza está homologado. Tenerlo a mano facilita cualquier control y puede marcar la diferencia. Se trata de un documento oficial que deja constancia de la marca, el modelo, el fabricante, la dirección física y el código vinculante del informe que acredita la validez del dispositivo. También aparece un número alfanumérico único para ese modelo de baliza concreta, ya que todos los que sean iguales comparten el mismo código.
El certificado incluye una declaración firmada, en la que el laboratorio confirma que el dispositivo responde a los requisitos marcados por los dos Reales Decretos que rigen el asunto: el Real Decreto 159 de 2021, que dicta la sustitución de los triángulos de emergencia por las balizas luminosas, y el Real Decreto 1030 de 2022, que concreta todas las obligaciones técnicas, desde la intensidad de la luz hasta la capacidad de comunicarse con la DGT 3.0 de manera autónoma.
Cuando un agente pide la baliza en un control y se tiene a mano ese papel oficial, el trámite resulta mucho más simple. El agente puede revisar de inmediato los datos de homologación y comprobar que el dispositivo es legal, sin depender de terminales u otros procesos que retrasen el viaje. El certificado actúa así como la prueba más directa de que la baliza cumple todo lo exigido por ley, y evita discusiones y posibles sanciones por dudas o malentendidos.
Las cuantías no son menores. Circular sin la baliza V16 conectada a partir de 2026 implica 80 euros de multa si todavía no ha hecho falta usarla en una emergencia. Si se sufre una avería y se utiliza un modelo no homologado, los viejos triángulos, o directamente no se señaliza el incidente de ninguna forma, la sanción será de 200 euros, sin pérdida de puntos.
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