El Gobierno pasará del enfado a la acción tras la condena al fiscal general: “Alguien no ha calculado bien esta jugada”

La derrota de Pedro Sánchez cose sin embargo la coalición e impulsa al Ejecutivo en su relato de una guerra político-mediático-judicial

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El Tribunal Supremo ha condenado a Álvaro García Ortiz, fiscal general del Estado, a dos años de inhabilitación por revelación de secretos.

Faltaban unos minutos para las dos de la tarde este jueves cuando saltó la noticia de mayor relieve político de 2025, de corte histórico. El Tribunal Supremo ha condenado a Álvaro García Ortiz, fiscal general del Estado, a dos años de inhabilitación por revelación de secretos. El fallo, con el voto particular en contra de dos de los siete magistrados, establece asimismo una multa de 7.200 euros y el pago de una indemnización de 10.000 euros al empresario Alberto González Amador, pareja de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, por daños morales.

La noticia supone un espaldarazo para el PP en su estrategia contra el Gobierno, señalando un “atropello” a la separación de poderes; en particular para Díaz Ayuso, de la misma forma que una absolución lo habría significado en sentido opuesto. No se puede obviar que trasciende del Poder Judicial, primero de todo porque es el Ejecutivo el que nombra al fiscal general. La condena obliga de hecho a que ya esté buscando relevo, que no puede hacerse efectivo hasta que se conozca la sentencia que abrigue o justifique los cargos, y que será leída con lupa dada su trascendencia.

"Tenemos el deber de respetar el fallo, pero no lo compartimos", declara el ministro de Justicia.

“Es inocente, siento desolación”

Félix Bolaños compareció brevemente en Moncloa, en tono grave. El suyo, es ministro de Justicia, debía ser un mensaje medido. Cómo mostrar el enfado sin menoscabar el proceso ni a sus responsables. Lo hizo así: “El Gobierno tiene el deber legal de respetar el fallo, pero también el deber moral de decir que no lo compartimos. Siempre hemos defendido la inocencia del fiscal general. Sin embargo, el Poder Judicial ha hablado. (...) La discrepancia con esta sentencia no puede conllevar una desconfianza generalizada en las instituciones”.

“Voy a morderme la lengua y voy a ser prudente”. Óscar López abandonaba un acto cuando le abordaron los micrófonos. Acababa de conocerse la condena y quería leer los detalles. Es ministro, pero también líder del PSOE en Madrid, es decir, oposición directa de Díaz Ayuso. Por la noche, en Hora 25, en la Cadena SER, dejó de morderse la lengua: “El fiscal es inocente. He sentido mucha desolación, hartazgo, descreencia. Si son capaces de condenar a alguien sin pruebas, qué será lo siguiente, ¿liberar a alguien con todas las pruebas?”

Álvaro García Ortiz, fiscal general
Álvaro García Ortiz, fiscal general del Estado, en el juicio en el Tribunal Supremo. (EFE/J.J. Guillén)

Una semana casi redonda para el PP

Se refiere López a González Amador, que afronta el juicio por fraude fiscal y falsedad documental. “Para recochineo, encima —continuó el ministro—, se ha comprado el ático. Y encima pasa esto. A mí me parece muy grave, la verdad. (...) Es muy deprimente para los demócratas. Se ha tratado de desviar el foco de donde está el delito para montar una operación de victimización. (...) Yo esta mañana me he planteado que sin reglas del juego claras, no puede ser. El mensaje es claro: si tocas a Ayuso, como dice Miguel Ángel Rodríguez, vas p’alante”.

El PP ha tenido una buena semana, salvando la detención y dimisión del presidente de la Diputación de Almería por el presunto cobro de mordidas en contratos de mascarillas durante la pandemia del Covid-19. Nuevo informe de la UCO sobre Santos Cerdán, ya en libertad pero con un horizonte judicial más comprometido; la petición de Anticorrupción de 24 años de cárcel para José Luis Ábalos y, en último término, la condena a García Ortiz. Ábalos y Koldo García han sido citados el próximo jueves, 27 de noviembre, para revisar si esta vez sí deben entrar en prisión.

Alberto Núñez Feijóo pide la
Alberto Núñez Feijóo pide la dimisión de Pedro Sánchez tras la condena al fiscal general. (Europa Press)

“Fue un peón del Ejecutivo”

Habló Alberto Núñez Feijóo: “Álvaro García Ortiz fue un peón en la estrategia política del Ejecutivo”. Pidió la dimisión de Pedro Sánchez, y también que pida perdón a los españoles. Y habló Díaz Ayuso: “Hoy el mundo sabe lo que está pasando en España”. La sucesión de acontecimientos ha dado hecho el discurso al PP, pero también al Gobierno. Sánchez ha sufrido una derrota, pero en el relato que viene manteniendo, especialmente desde sus cinco días de reflexión, todo encaja, de modo que hará de un varapalo, un refuerzo para la movilización.

Mantienen el presidente y sus ministros de forma recurrente que existe en la derecha una conjura político-mediático-judicial para tumbar el legítimo designio de las urnas. En este sentido, tumbar al fiscal general de la forma descrita ya por Óscar López no sería sino una demostración. En esto, Sumar está de su lado. Defiende la formación de Yolanda Díaz que si la pretensión es desbaratar el gobierno de coalición, el efecto será el contrario: coserlo. Podemos también se ha alineado, aparcando discrepancias: “Han asesinado civilmente al fiscal general”, zanjó Ione Belarra.

Pedro Sánchez y las vicepresidentas
Pedro Sánchez y las vicepresidentas María Jesús Montero y Yolanda Díaz. (Fernando Villar/EFE)

“No derribarán a la mayoría progresista”

En una entrevista inadvertida en la SER, ya cerca de la medianoche, el ministro Ernest Urtasun confirmó que esta condena “no va a derribar a la mayoría progresista”, que quienes intentan conseguirlo “por todos los medios” van a fracasar. “La sentencia transmite la imagen de que hay sectores que quieren colaborar en hacer caer al Gobierno, y eso produce una sensación de defenderlo más que nunca”. Alineado con la teoría de la conjura, califica de “golpe” la decisión del Supremo, pero no como algo necesariamente negativo para la izquierda en términos de apoyo.

Considera el de Sumar que lo que la derecha puede considerar un éxito, corre riesgo de ir en su contra por “disparatado” y “evidente”: “Alguien no ha calculado bien esta jugada”.