La Aemet alerta de una masa de aire ártico: ¿es mejor apagar y encender la calefacción o dejarla a una temperatura fija?

Con la llegada de la ola de frío, vuelve a surgir la duda de todos los años: cómo encontrar el mejor equilibrio entre el confort y el gasto al utilizar la calefacción

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¿Es mejor apagar y encender
¿Es mejor apagar y encender la calefacción o dejarla a una temperatura fija? (Shutterstock)

La llegada de una masa de aire ártico prepara una semana de frío intenso en buena parte de España, con mínimas que caerán bajo cero, nevadas copiosas en la cordillera Cantábrica y los Pirineos, y heladas generalizadas en el interior y el norte peninsular. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) avisa de la llegada de “temperaturas prácticamente de pleno invierno” y máximas que, en varias capitales del centro y norte, apenas superarán los 5 °C, mientras en áreas del sur y litoral mediterráneo el frío también se hará notar. Los vientos fuertes y el temporal marítimo complicarán aún más la sensación térmica. Ante este panorama, miles de hogares apuestan por encender la calefacción para contrarrestar el frío, y vuelve el debate sobre la forma más eficiente de utilizarla.

¿Es mejor apagar y encender la calefacción o dejarla a una temperatura fija?

El descenso marcado de las temperaturas reaviva cada año el debate doméstico sobre cuál es la mejor estrategia de uso de la calefacción. Ante la previsión de jornadas enteras con mínimas bajo cero y máximas por debajo de los 10 °C (50 °F) en gran parte del país, surge la duda que comparten millones de personas: ¿resulta más eficiente mantener la calefacción encendida a baja potencia sin interrupciones, o conviene apagarla siempre que la vivienda queda vacía o durante la noche y encenderla solo cuando sea necesario?

El razonamiento tradicional sostiene que una temperatura constante evita picos de consumo, ya que la vivienda nunca llega a enfriarse del todo. Sin embargo, análisis técnicos y recomendaciones del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE) revelan que esta costumbre implica un gasto innecesario. Toda vivienda, incluso las mejor aisladas, pierde calor constantemente cuando la temperatura interior es superior a la exterior. Al mantener el sistema siempre encendido, las diferencias sostenidas entre ambientes aumentan la demanda de energía.

Cuando la calefacción se apaga por ausencia o descanso nocturno, la temperatura baja y el ritmo de pérdida de calor disminuye, porque ese gradiente es menor. Durante ese periodo, el sistema no consume energía, y la vivienda pierde menos calor. Al volver a encender la calefacción, el esfuerzo de recuperar la temperatura habitual suele ser corto y el gasto es inferior al registrado al mantener el sistema encendido muchas horas seguidas.

El IDAE recomienda apagar la calefacción por la noche o al salir de casa y recurrir a ropa de cama cálida o textiles térmicos para mantener el confort. El dato técnico resulta elocuente: reducir solo 1 °C en la temperatura del hogar puede suponer un ahorro del 7 % en climatización. Además, los termostatos programables, cronotermostatos o sistemas inteligentes facilitan una gestión más flexible y adaptada a los horarios, optimizando la reducción del consumo sin afectar la comodidad.

Otro aspecto clave para el rendimiento del sistema es el aislamiento térmico de la vivienda. Ventanas con doble cristal, cerramientos estancos y sellado de rendijas reducen notablemente las pérdidas de calor, favoreciendo un entorno más eficiente con independencia de la estrategia elegida para la calefacción.