Un hombre es detenido por robar una docena de monos para presuntamente revenderlos: “Lo más probable es que no actuara solo”

Casos parecidos están siendo motivo de preocupación entre la comunidad científica y los trabajadores de protección animal

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Grupo de monos titíes. (Adobe
Grupo de monos titíes. (Adobe Stock)

Un hombre ha sido acusado de robar monos titíes de un centro de investigación en la región del Bajo Rin, según confirmó una fuente cercana a la investigación. El joven ha sido imputado formalmente y puesto en prisión preventiva, de acuerdo con la misma fuente, que validó así la información publicada por el diario Dernières Nouvelles d’Alsace.

El sospechoso fue arrestado la semana pasada en la región de Lyon y, según los investigadores, sus motivos son considerados “despreciables”. De acuerdo con la fuente consultada, quería revender los monos, y se encontraron pruebas digitales que mostraban a los animales puestos a la venta. A día de hoy, los titíes —que en su etapa adulta pesan entre 300 y 500 gramos— no han sido recuperados.

La investigación sugiere que el detenido podría no haber actuado en solitario. “Lo más probable es que no actuara solo”, declaró una fuente cercana al caso. Aunque otras dos personas fueron inicialmente arrestadas, ambas fueron puestas en libertad sin cargos posteriormente. La brigada de investigación de Estrasburgo continúa trabajando para identificar a posibles cómplices.

El lugar del robo

Universidad de Estrasburgo - Wikimedia
Universidad de Estrasburgo - Wikimedia

Los hechos se remontan a septiembre, cuando una docena de monos desaparecieron del centro de monos de la Universidad de Estrasburgo, situado en un fuerte construido por los alemanes en 1870, en Niederhausbergen (Bajo Rin). Este centro, fundado en 1978, ocupa siete hectáreas de terreno boscoso y alberga a unos 800 animales de distintas especies, atendidos por un equipo de unas treinta personas. Los monos allí alojados se emplean en diversos campos de investigación, que van desde la biomédica hasta el estudio del comportamiento animal.

La desaparición de los animales y la posterior detención del sospechoso han generado preocupación tanto entre la comunidad científica como entre quienes trabajan en la protección del bienestar animal. Aunque la prioridad de los investigadores sigue siendo localizar a los titíes robados, el avance del caso apunta a que la red detrás del delito podría ser más amplia de lo que inicialmente se pensó.

El caso de los 17 tamarinos robados

Mono tamarinos león - EFE
Mono tamarinos león - EFE

El descubrimiento en Eslovaquia de uno de los 17 tamarinos león robados del zoo de Beauval en 2015 ha vuelto a poner en marcha una investigación que llevaba años cerrada. El animal fue identificado gracias a su microchip original, lo que permitió confirmar que había sido “blanqueado” en Alemania mediante la colocación de un segundo chip para simular que había nacido en un criadero. Tras recibir la confirmación de la Oficina Francesa de la Biodiversidad, la policía contactó con el director del zoo, Rodolphe Delord, quien expresó sentimientos encontrados: la alegría por haber localizado al primate, pero también la tristeza por las familias separadas y por la posibilidad de que algunos animales hayan muerto.

Pese a su importancia, la repatriación del tamarino lleva casi un año bloqueada por desacuerdos administrativos entre Francia y Eslovaquia, ambos países de la Unión Europea. Este nuevo hallazgo podría llevar a revisar el sobreseimiento decretado en 2017 y dar un nuevo impulso al caso del robo, recordado por la precisión con la que fue ejecutado y por el enorme riesgo que supone para una especie cuya población salvaje apenas supera el millar de ejemplares.