Todo sobre la zamioculca: una planta fácil de cuidar, resistente y relacionada con el feng shui

Originaria del este de África y acostumbrada a climas tropicales, esta planta es capaz de adaptarse a diferentes entornos y es estupenda para decorar cualquier habitación

Guardar
Planta zamioculca - Adobe Stock
Planta zamioculca - Adobe Stock

La zamioculca se ha consolidado en los últimos años como una de las plantas de interior más apreciadas, no solo por su aspecto atractivo y su relación con corrientes como el feng shui, sino también por la facilidad de sus cuidados. Esta especie destaca por su resistencia, lo que la convierte en una opción idónea para quienes se inician en la jardinería o disponen de poco tiempo para dedicar a sus plantas. Su capacidad para adaptarse a diferentes entornos y su bajo nivel de exigencia han hecho que su presencia en los hogares sea cada vez más habitual.

Aunque es originaria de África y está acostumbrada a climas tropicales, ha demostrado una notable capacidad de adaptación a las condiciones de interior en latitudes como la nuestra. Si bien en su hábitat natural puede alcanzar hasta un metro de altura, en maceta suele desarrollarse hasta los 70 centímetros, siempre que se respeten sus necesidades básicas. No obstante, su crecimiento es lento, por lo que la paciencia es fundamental para quienes decidan incorporarla a su colección de plantas de interior.

Antes de profundizar en los cuidados específicos, es imprescindible advertir que la zamioculca es una planta tóxica. Por este motivo, no se recomienda su presencia en viviendas donde haya niños pequeños o mascotas, ya que su ingestión puede resultar perjudicial.

Cuidados esenciales de la zamioculca

De estas formas, nuestras plantas estarán más saludables

La estructura de la zamioculca la distingue de otras plantas suculentas. Este brillo natural elimina la necesidad de utilizar abrillantadores: basta con limpiar sus hojas con un paño húmedo para retirar el polvo y favorecer la fotosíntesis. Tanto los tallos como las hojas actúan como reservas de agua, lo que explica su extraordinaria tolerancia a la sequía y su bajo requerimiento de riego.

En cuanto a la luz, la zamioculca es especialmente versátil. Puede desarrollarse en espacios con escasa luz solar e incluso adaptarse a la iluminación artificial, aunque su crecimiento será más vigoroso en ambientes bien iluminados. La intensidad de la luz influye directamente en el tono verde oscuro de sus hojas, pero es fundamental evitar la exposición directa al sol, ya que podría dañarla.

Respecto al sustrato, esta planta no exige condiciones específicas. Se adapta tanto a sustratos universales como a aquellos destinados a plantas verdes, siempre que se garantice un buen drenaje. El trasplante, sin embargo, requiere especial atención. La zamioculca desarrolla un sistema radicular voluminoso y leñoso que puede ocupar rápidamente el tiesto. Por ello, se recomienda trasplantarla cada dos años a un recipiente mayor, preferiblemente en primavera, para favorecer su desarrollo continuo.

Freepik
Freepik

La temperatura es otro factor determinante. Acostumbrada a ambientes cálidos, la zamioculca tolera sin dificultad temperaturas superiores a 30 grados. Sin embargo, es muy sensible al frío y su bienestar puede verse comprometido si la temperatura desciende por debajo de 15 grados. Nunca debe exponerse a temperaturas inferiores a 5 grados.

El riego debe ser moderado, ya que la zamioculca prefiere la sequía al exceso de agua. Es aconsejable dejar secar el sustrato entre riegos para evitar encharcamientos, que pueden provocar el amarilleo de las hojas y comprometer la salud de la planta. Durante la primavera, se recomienda añadir una dosis mensual de abono líquido para plantas verdes, incluso si la planta se encuentra en un espacio poco iluminado. Además, no es necesario pulverizar agua sobre sus hojas, ya que no requiere humedad ambiental adicional.

En lo que respecta a las plagas, la zamioculca es especialmente resistente. Las infestaciones son poco frecuentes y, en caso de producirse, la cochinilla algodonosa es la principal amenaza. Si se detecta su presencia, debe aplicarse un insecticida específico de inmediato para evitar daños mayores.

La zamioculca y su papel en el feng shui

(Crédito: Freepik)
(Crédito: Freepik)

La relación de la zamioculca con el feng shui ha contribuido a reforzar su popularidad. En esta filosofía oriental, las plantas simbolizan la vida y la abundancia, y se asocian con el elemento madera, considerado esencial para equilibrar el “chi” o energía del hogar. Los troncos gruesos y desordenados de la zamioculca representan esa presencia de madera necesaria para fomentar la salud, la energía familiar y la creatividad.

La ubicación de las plantas es otro aspecto fundamental en el feng shui. Según esta corriente, deben situarse en el Este y el Noreste de la vivienda, zonas caracterizadas por una luz más suave. La zamioculca, gracias a su baja exigencia lumínica, se adapta perfectamente a estos espacios, aunque también prospera en ambientes más luminosos.

Por último, el feng shui otorga gran importancia al estado de salud de las plantas. Se considera que solo las plantas sanas aportan energía positiva, mientras que aquellas en mal estado pueden generar efectos adversos. En este sentido, la zamioculca destaca por su robustez y facilidad de mantenimiento, lo que reduce considerablemente el riesgo de que se deteriore y, por tanto, de que altere el equilibrio energético del hogar.