La pequeña comunidad alemana donde el alquiler no ha cambiado en 500 años y sigue costando un euro

150 personas disfrutan de un hogar con normas estrictas y un alquiler anual que representa una excepción en Europa

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Fuggerei, el complejo de vivienda
Fuggerei, el complejo de vivienda social más antiguo de todos los tiempos / Stefan Puchner/dpa

El elevado precio de la vivienda es una preocupación diaria que no afecta a un país en concreto, sino que es un problema a nivel mundial. Sin embargo, hay un lugar en el que sus residentes tienen un alquiler fijo anual que pagar y la cantidad es tan mínima, como sorprendente: un euro.

No es un pueblo como tal, sino un complejo de viviendas situado en la ciudad alemana de Augsburgo. Se le denomina Fuggerei y se trata de un complejo social de 150 residentes basado en la caridad cristiana, el más antiguo del mundo.

Su alquiler es anual y tan solo ha incrementado para su conversión de un florín renado de la época en la que se construyó (1521) a euro. La cifra es escasa, ya que es de un euro con dos céntimos, lo que le convierte en el precio más bajo de toda la historia y una anomalía en el panorama inmobiliario europeo. No ha variado en 500 años de historia y pretende ser así durante mucho tiempo, gracias a su proyecto de vivienda social.

Así es Fuggerei

Fuggerei es un proyecto de viviendas sociales que se fundó en 1521 por Jakob Fugger, un comerciante considerado como uno de los hombres más ricos de todos los tiempos por algunos autores. Según explica La Vanguardia, era miembro de una familia poderosa dedicada al comercio y la banca. Abandonó su condición de monje del monasterio franciscano de Herrieden cuando algunas desgracias familiares le obligaron a hacerse cargo de los negocios paternos.

Fue entonces cuando multiplicó su herencia explotando recursos naturales y ampliando su tarea comercial. Fue prestamista de casas reales, del papado y de los Habsburgo. Su formación religiosa y el contacto con las clases menos favorecidas le movió a crear este proyecto. La construcción de este complejo de 142 apartamentos fue concebida para dar asilo a los ciudadanos católicos necesitados de la ciudad de Augsburgo (Alemania) lugar en el que se encuentra situada.

Una anomalía en el panorama inmobiliario europeo que surgió como un proyecto social y cinco siglos después, la fundación sigue conservando la visión de su fundador y el alquiler anual de sus inquilinos es de 1,02€.

150 residentes son los afortunados que se benefician de un sistema totalmente alejado del mercado inmobiliario a cambio de un apartamento de alrededor de 60 metros cuadrados con tres habitaciones.

Cómo está construido Fuggerei

Este complejo de viviendas no escatimó en recursos, está formado por una serie de calles rodeadas por una muralla. En un primer momento, se construyeron 67 casas, una iglesia y un edificio central para la administración del recinto.

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Todos estos apartamentos tienen una fachada de ladrillo rojo y tejados de pizarra a dos aguas. Cada edificio tiene varias plantas y forman una imagen que se parecen a los beaterios flamencos.

Condiciones de acceso a Fuggerei

Sin embargo, vivir en Fuggerei no es para todo el mundo, ya que hay un sistema de normas que los inquilinos deben cumplir estrictamente a la vez que tienen un compromiso social, moral y cívico.

Entre las normas que se deben llevar a cabo está la de rezar tres oraciones cristianas diarias por la prosperidad de la familia Fugger, la de su fundador. De esta manera pretenden mantener un vínculo con la persona que hizo posible este proyecto hace 500 años. Además, deben realizar servicios para el bien común, siendo así una microcomunidad solidaria. Las tareas pueden ir desde mantener el jardín hasta hacer un servicio de vigilancia nocturna.

Esta serie de requisitos no son los únicos, hay otro que puede parecer más estricto y sorprendente: hay toque de queda. Sí, las puertas del recinto de viviendas tienen una hora de cierre, las diez de la noche, y si algún residente quiere entrar pasado ese horario será multado. El importe es pequeño, 0,50 céntimos o un euro si se llega después de la medianoche, equivalente al alquiler anual. Se debería abonar al guardia de seguridad que custodia la puerta.

Fuggerei no es un lugar común, como tampoco lo es su alquiler. No todo el mundo puede acceder a él, aunque sí visitarlo como turista.