Estos son los errores que cometemos a la hora de guardar el aceite de oliva: así durará más tiempo

Expertos advierten que prácticas inadecuadas de conservación, como la exposición a luz, calor y humedad, pueden acelerar el deterioro del producto y reducir sus beneficios nutricionales

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Los mejores aceites de oliva
Los mejores aceites de oliva españoles en la cosecha 2024-2025 (Adobe Stock)

La conservación adecuada del aceite de oliva resulta esencial para mantener intactas sus propiedades organolépticas y nutricionales. Según explica un artículo de la compañía Mundo Aceite de Oliva, numerosos consumidores cometen errores habituales en el almacenamiento de este producto, lo que puede acelerar su deterioro y reducir su vida útil.

Uno de los aspectos más importantes para preservar la calidad del aceite de oliva es evitar su exposición a la luz, el calor y la humedad. La compañía ha subrayado que la luz solar directa y las fuentes de calor intenso, como estufas o radiadores, favorecen la oxidación y el enranciamiento del aceite. Por este motivo, se recomienda guardar el aceite en envases opacos y en lugares frescos y secos, lejos de zonas húmedas como el fregadero o la nevera. Además, la humedad ambiental puede propiciar la aparición de microorganismos y acelerar la degradación del producto.

El entorno ideal para el aceite de oliva

Las despensas oscuras o con iluminación indirecta constituyen el espacio más adecuado para almacenar el aceite de oliva. Mundo Aceite de Oliva aconseja que estos lugares estén bien ventilados y libres de olores intensos, ya que el aceite puede absorber fácilmente aromas extraños, lo que afectaría tanto a su sabor como a su valor nutricional. Mantener el envase cerrado herméticamente es fundamental para evitar la contaminación por olores y preservar la frescura del producto.

En cuanto a la refrigeración, la compañía ha advertido que guardar el aceite de oliva en la nevera no suele ser la mejor opción para el uso diario. El frío puede solidificar el aceite, dificultando su utilización y alterando su textura. Además, los cambios de temperatura derivados de sacar y volver a introducir el envase en la nevera pueden perjudicar la calidad del aceite. No obstante, si no se prevé utilizar el aceite durante un periodo prolongado o no se dispone de un lugar fresco, la refrigeración temporal puede ser una alternativa válida, siempre que el envase sea hermético y se permita que el aceite alcance la temperatura ambiente antes de su consumo.

La temperatura óptima de almacenamiento se sitúa entre los 14 y 18 grados centígrados, evitando tanto el calor excesivo como los cambios bruscos de temperatura, que aceleran la oxidación y afectan negativamente al sabor y la frescura del aceite.

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Envases, cantidades y tipos de aceite

El tipo de envase es otro factor determinante en la conservación del llamado oro líquido. Mundo Aceite de Oliva ha destacado que los envases oscuros, como el vidrio ámbar, la cerámica oscura o las latas metálicas, ofrecen una protección eficaz frente a la luz, ayudando a mantener los antioxidantes y a prevenir la oxidación. Se desaconseja el uso de envases de hierro u otros metales que puedan alterar el sabor y la calidad del aceite.

En relación con la cantidad de aceite a adquirir, la compañía recomienda comprarlo en cantidades moderadas y en envases pequeños, de modo que se consuma en un plazo razonable y se evite el almacenamiento prolongado. El aceite de oliva mantiene sus propiedades óptimas durante el primer año tras el envasado, aunque la mayoría de los aceites pueden conservarse hasta dos años si permanecen sin abrir y en condiciones adecuadas. Una vez abierto el envase, se aconseja consumir el aceite en un periodo breve y mantenerlo siempre bien cerrado.