La isla mínima que puedes encontrar en Google Maps que consiste en un coche aparcado en medio de un lago: qué es realmente la ‘Volvo Island’

La idea surgió del propietario del coche, Scott Mann, cuando la zona de una mina a cielo abierto abandonada, fue inundada para crear un lago artificial

Guardar
Este lugar figura como “atracción
Este lugar figura como “atracción turística” en la aplicación de Google. (Composición fotográfica/Google Maps)

Suena absurdo, y lo es aún más cuando uno se fija bien en la imagen publicada en Google Maps por varios usuarios, de un coche aparcado en medio de un lago artificial. Se trata de la isla más pequeña indicada en el mapa, más conocida por los usuarios como ‘Volvo Island’.

El lugar se encuentra en Rutland Township, un pueblo del condado de La Salle (Illinois) con unos 3.600 habitantes. La localidad no destaca con otras atracciones turísticas y no era conocido en la zona. Pero el coche del fabricante sueco que lleva aparcado 13 años allí ha convertido el pequeño pueblo en una parada turística imprescindible.

Hoy, la pequeña isla es objeto de bromas virales en las redes sociales, pero su existencia también hace surgir preguntas y teorías sobre cómo acabó el coche en medio del lago, quién lo puso allí y cómo llegó a viralizarse su existencia.

El ‘Volvo Island’: un enigma viral

Como muestran las imágenes, se trata de una pequeña isla en un lago, lo suficientemente grande como para albergar un coche, en este caso un Volvo S80 plateado de 2001, un sedán de lujo. El coche, como se indica, lleva aparcado en la isla desde 2012.

Pero no llegó allí tras una inundación, ni fue abandonado: fue colocado allí a propósito, aunque la situación se descontroló un poco. La idea surgió del propietario del coche, Scott Mann, un hombre que vive en la cercana Ottawa y que posee un par de talleres mecánicos en la zona. La idea de la Isla Volvo se le ocurrió cuando la zona, donde se ubicaba una mina a cielo abierto abandonada, fue inundada para crear un lago artificial.

Cuando se creó el lago, existía una franja de tierra que conectaba los alrededores de la carretera Hiawata Pioneer TRL con el punto donde ahora se encuentra la isla. En esencia, era una península. A Scott se le ocurrió una idea brillante: aparcar su Volvo en la punta de la península y eliminar la conexión con tierra firme utilizando una excavadora. El plan inicial era organizar una especie de concurso en línea, donde los participantes tendrían que adivinar cómo había llegado el coche al islote recién formado.

Sin embargo, tras pensarlo mejor, decidió no organizar el concurso, porque alguien podría resultar gravemente herido. Incluso pensó que algún curioso podría intentar cruzar el lago artificial para llegar al coche. Se trataba de una acción arriesgada, teniendo en cuenta que la parte más profunda alcanza los 12 metros.

Una estrategia de marketing que funcionó

A pesar de todo, Scott decidió dejar su Volvo allí, ya que aún quería dar publicidad a sus empresas de una forma “alternativa”. Su plan fue un éxito y muy pronto el misterio de la isla más pequeña conquistó el espacio más influyente de este siglo: las redes sociales.

La historia del coche aparcado en la isla pronto tuvo gran repercusión mediática en Estados Unidos, sobre todo gracias a internet, que animó a muchos curiosos a visitar el lugar. Rápidamente, se convirtió en un sitio tan emblemático que ‘Volvo Island’ fue catalogada como “atracción turística” en Google Maps, tan solo tres años después de la audaz hazaña, Este año se cumple el décimo aniversario de la aparición de ‘Volvo Island’ en la aplicación Google Maps, en las coordenadas 41.35474, -88.79789, en el municipio de Rutland.

La isla se ha convertido en un meme tan popular que, actualmente, cuenta con 511 reseñas y una calificación de 4.9 sobre 5 estrellas. Muchas son irónicas: algunos afirman haber encontrado a Dios allí, mientras que otros enfatizan que es el lugar más seguro de Estados Unidos. Tampoco faltan recomendaciones para excursiones familiares y similares.

La isla europea paradisíaca que cobrará 3 euros a los turistas por hacer sus senderos.

Si Scott solo buscaba un poco de publicidad, trece años después se puede afirmar que lo ha conseguido, alcanzando una inesperada visibilidad mundial. Los habitantes de Gotemburgo probablemente también se lo agradecen.

Con el tiempo, el hombre consideró proteger el coche de alguna manera para impedir el acceso a la isla, nuevamente por temor a que alguien nadara de forma imprudente. Incluso pensó en colocar vallas publicitarias en la carrocería, pero finalmente lo descartó, porque modificar su S80 habría supuesto el riesgo de arruinar lo que ha hecho de la ‘Isla Volvo’ un icono durante todos estos años.