Si tienes el hígado graso, esta es la dieta que debes seguir

El tipo de alimentación depende de si padecemos hígado graso alcohólico o no alcohólico

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Alimentos ricos en omega 3
Alimentos ricos en omega 3 (Freepik)

El hígado graso es ya una de las patologías más frecuentes, ya sea por un origen alcohólico o no alcohólico. Su progresión suele ser silenciosa, pero sus consecuencias pueden ser graves si no se actúa a tiempo. En este sentido, el estilo de vida juega un papel fundamental para frenar la enfermedad, especialmente los hábitos alimenticios.

Para saber qué tipo de alimentación se debe seguir, el primer paso es el de distinguir entre hígado graso alcohólico y no alcohólico, aclaran desde la Academia Española de Nutrición y Dietética. En el caso del hígado graso alcohólico, el mensaje es claro: es imprescindible eliminar el consumo de alcohol. Este factor es determinante y, sin su control, cualquier cambio dietético tendrá un efecto muy limitado. Además, la dieta debe ajustarse a las necesidades calóricas y proteicas específicas de cada paciente.

Para quienes padecen hígado graso no alcohólico, la finalidad de la dieta es doble: mejorar el estado general del paciente y evitar que la patología avance. En este contexto, los expertos de la Academia Española de Nutrición y Dietética subrayan la importancia de adoptar un patrón mediterráneo de alimentación, aumentar la ingesta de fibra y mantener un peso saludable. Todo ello se complementa con ejercicio físico regular, el control de la medicación prescrita por el médico y, en general, un estilo de vida activo.

Uno de los hallazgos más relevantes respecto al tratamiento del hígado graso es que la pérdida de peso gradual tiene un impacto directo en la reducción de la grasa hepática. Se estima que una pérdida del 7 % al 10 % del peso corporal a lo largo de un año puede mejorar notablemente la función del órgano. Para lograrlo, se recomienda una dieta hipocalórica, pero equilibrada, acompañada de técnicas de cocción saludables como el vapor, el hervido o el asado, evitando frituras y rebozados.

Los mejores alimentos para el hígado graso

Respecto a los alimentos aconsejados, la lista es amplia y se centra en productos frescos y poco procesados. Las frutas y hortalizas deben ocupar un lugar protagonista, con al menos cinco raciones diarias. Su contenido en fibra y antioxidantes contribuye a reducir la inflamación y mejorar la función hepática. También se aconseja el consumo regular de legumbres (entre tres y cuatro veces por semana) por ser una fuente excelente de proteínas vegetales y fibra.

Esta es la fruta más nutritiva del mundo: ayuda al sistema nervioso y tiene propiedades anticancerígenas.

Los cereales integrales, como arroz integral, pan de grano entero o copos de avena, deben incluirse de forma diaria, siempre ajustando las raciones al plan calórico individual. Por otro lado, se destacan los alimentos ricos en omega 3 y pobres en grasas saturadas. En este grupo se encuentran los pescados azules, que conviene consumir dos o tres veces por semana, así como frutos secos y semillas oleaginosas, aliados en la reducción del colesterol y la inflamación.

Entre las recomendaciones también figuran los lácteos fermentados, como el yogur natural y el kéfir, beneficiosos para la microbiota intestinal y, en consecuencia, para la salud metabólica. El aceite de oliva virgen extra debe ser la grasa principal de la dieta, gracias a sus propiedades cardioprotectoras y antiinflamatorias.

Por el contrario, conviene eliminar o reducir los productos ultraprocesados, los alimentos ricos en grasas animales, las bebidas azucaradas y la sal en exceso. Estos alimentos favorecen la inflamación, el sobrepeso y la acumulación de grasa en el órgano.