Sarah Ferguson se plantea mudarse a la costa de Portugal: la villa de lujo de su hija Eugenia en la que podría empezar una nueva vida

Tras la retirada de los títulos a Andrés de Inglaterra, la duquesa tendrá que abandonar Royal Lodge y valora salir del Reino Unido e instalarse en una mansión de su hija Eugenia

Guardar
Sarah Ferguson, en montaje de
Sarah Ferguson, en montaje de Infobae.

Sarah Ferguson, exduquesa de York, se prepara para iniciar una nueva etapa fuera del Reino Unido. Tras su salida forzosa de Royal Lodge en Windsor, la exmujer de Andrés de Inglaterra se plantea trasladarse a Portugal, donde podría instalarse en una mansión situada en una exclusiva zona en la que tendría vecinas como Madonna, Scarlett Johansson o Nicole Kidman.

Según ha adelantado el Daily Mail, ‘Fergie’ tiene previsto mudarse en enero de 2026 a una villa de lujo en la costa portuguesa, propiedad de su hija Eugenia y su yerno, Jack Brooksbank. Según han señalado al citado medio fuentes próximas a la familia, el destino será el exclusivo CostaTerra Golf and Ocean Club, en Comporta, a unos 90 minutos al sur de Lisboa.

El traslado de Ferguson a Portugal responde a la reorganización de las residencias reales impuesta por el rey Carlos III. La decisión del monarca ha supuesto la salida tanto de Ferguson como de su exmarido, el príncipe Andrés, de Royal Lodge. Aunque ambos han compartido esa vivienda desde 2008, pese a su divorcio en 1996, la situación ha cambiado: mientras Andrés será reubicado en una propiedad de la finca de Sandringham tras perder sus títulos, Ferguson deberá buscar su propio alojamiento.

Sarah Ferguson y Andrés de
Sarah Ferguson y Andrés de Inglaterra, en una imagen de archivo. (REUTERS/Toby Melville)

Este cambio representa para Ferguson la oportunidad de dejar atrás años marcados por la polémica y el escrutinio mediático, especialmente tras sus vínculos con Jeffrey Epstein. Fuentes cercanas a la exduquesa han señalado que su prioridad ahora es “enfocarse en su bienestar emocional”, y que cuenta con el apoyo de su círculo más íntimo, incluida su hermana Jane, que ha viajado desde Australia para acompañarla en este proceso.

Su nueva casa en Portugal

La villa a la que se trasladará Ferguson pertenece a la princesa Eugenia y Jack Brooksbank, quienes, según ha detallado Daily Mail, han preparado una “gran suite” para que la exduquesa se instale cómodamente. El inmueble se encuentra en el CostaTerra Golf and Ocean Club, un complejo residencial de lujo que, se ha convertido en el refugio de numerosas celebridades internacionales.

El resort, que se autodefine como una “comunidad de lujo”, cuenta con un centro de bienestar, instalaciones ecuestres, un campo de golf de 18 hoyos, una aldea comunitaria y más de 100 residencias familiares. Daily Mail ha subrayado que la zona, conocida como los “Hamptons de Europa”, ofrece playas vírgenes y un ambiente exclusivo, aunque parte de la población local ha mostrado su malestar por el desarrollo de la zona para extranjeros adinerados, lo que ha elevado los precios y dificultado el acceso a la vivienda para los residentes portugueses.

Quién es quién en la casa real británica: del rey Carlos, el más tardío de la historia, al polémico príncipe Andrés.

Un vecino del complejo ha afirmado al citado medio: “El rumor aquí es que Fergie llegará en algún momento de enero”. Otro residente ha añadido: “Nadie sabe cuánto tiempo se quedará, pero si es una mudanza a largo plazo, puedo garantizar que encajará bien en la vida social”.

La mudanza de Ferguson se produce en un contexto de cambios profundos en la familia real británica. El rey Carlos III ha impulsado la salida de Andrés de Royal Lodge, una decisión que ha sido recibida con alivio por parte de los príncipes de Gales, quienes recientemente se han instalado en su “hogar definitivo” en Windsor. El futuro de Andrés, sin embargo, sigue siendo incierto: aunque se prevé su traslado a Sandringham, varias fuentes han apuntado que el monarca mantendrá cierto apoyo económico y logístico para su hermano, con el objetivo de evitar mayores escándalos.

La reorganización de las residencias reales ha supuesto el cierre de una etapa para Ferguson, marcada tanto por recuerdos familiares como por controversias públicas que han puesto en peligro la imagen de la Corona y que siguen afectando seriamente a la institución con cada nuevo dato revelado.