Marc Márquez revive su última victoria en ‘El Hormiguero’: “Sentí una explosión de emociones que no había sentido nunca”

Apenas semanas después de asegurarse su noveno título mundial, Marc Márquez ha visitado el plató de El Hormiguero para repasar cómo vivió una temporada marcada por la consagración, el esfuerzo y una lesión inesperada que le obligó a parar antes de tiempo. El piloto, un veterano en celebraciones pero también en superaciones, compartió anécdotas, reflexiones y la experiencia de competir - y convivir - con su propio hermano en la máxima categoría del motociclismo.

Marc Márquez encara la entrevista después de un año de altibajos, con el séptimo campeonato de MotoGP en el bolsillo y una lesión reciente aún presente. “Fue una lesión injusta, por el momento de celebración que estaba viviendo, pero a la vez por ver el lado positivo, llegó en el mejor momento de la temporada que podía llegar porque estaba ya todo cerrado. No me hubiera gustado proclamarme campeón desde el sofá de mi casa”, explicó el piloto sobre la caída en Indonesia, poco después de proclamarse campeón y que le llevó a pasar por quirófano una vez más: “De conocimientos de anatomía de hombro y de brazo no me ganas ni tú. Intentamos durante cinco días no operar, pero ya llegó un momento en el que la fractura no era estable y tuvimos que operar sí o sí.”

La recuperación, admitió, le ha puesto a prueba, sobre todo en lo mental: “Es más duro mentalmente que físicamente. Las dos primeras semanas tienes dolor, pero son tranquilas, luego ya te vas encontrando mejor, pero la fractura no está consolidada, por lo que te tienes que controlar muchísimo para que todo vuelva a su lugar y no adelantarte.”

Sobre el momento en el que se alzó campeón este año, Marc lo recuerda como una descarga irrefrenable de sensaciones: “Yo sentí una explosión de emociones que no había sentido nunca. Me derrumbé y no recuerdo prácticamente nada. En los otros títulos yo ganaba y estaba deseando que llegara la próxima carrera para ganarlos a todos. Esta vez ha sido diferente, no quería volver a subirme a una moto cuando gané, pero me sentía en paz, creo que es fruto de todo el sufrimiento que hemos tenido estos últimos años.”

El campeón también repasó los motivos de su cambio de equipo y las dudas personales surgidas en el proceso: “Para sacarme esas dudas decidí dejar Honda e irme a la moto que estaba ganando. Quería saber si yo seguía siendo competitivo o ya se me había pasado el arroz. Tomé esa decisión de forma egoísta, para demostrarme a mí mismo que sí podía seguir. La presión era grande, pero para mí no intentarlo era el fracaso.”

El vínculo con su hermano Álex, ahora rival en pista, fue clave esta temporada. “Mi hermano es y será siempre mi hermano, evidentemente el respeto es diferente al de los otros. Este año nos ha unido más que nunca. Nos queremos bien, yo ya sabía que este año me lo iba a poner difícil y que iba a tener que pelear con él. En pista no puedes estar cohibido, vas al límite. Nosotros hicimos un pacto, sabiendo que íbamos a tener que competir, pero dejándonos muy claro que, pasase lo que pasase, fuera de la pista, somos hermanos.”

Y mientras los focos siguen pendientes de sus logros deportivos, Márquez también deja espacio para pensar en el futuro fuera de los circuitos: “En un futuro me encantaría crear una familia. Creo que la vida es larga, todo tiene su momento y hay que priorizar. Somos todavía muy jóvenes. Yo, cuando hago una cosa, me vuelco al 100%, y ahora estoy muy centrado en mi trabajo, pero todo llegará a su debido momento.”