El gran mito de la cuota de los autónomos: la mayoría paga menos de lo que debería y pone en riesgo su futura pensión

El hecho de que muchos autónomos coticen por debajo de sus ingresos cada mes se traduce en pensiones más bajas y una menor protección ante enfermedad o cese de actividad

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Un fontanero. (Freepik)
Un fontanero. (Freepik)

España cuenta actualmente con más de tres millones de trabajadores autónomos. Este colectivo, muy importante para el tejido económico del país, lleva semanas en el centro del debate político y social. El motivo ha sido el sistema de cotización que regula cuánto pagan mensualmente a la Seguridad Social, que el Gobierno pretende modificar de cara al año que viene.

Sin embargo, tras presentar una primera propuesta, el Ejecutivo decidió dar marcha atrás por la polémica que suscitaron las nuevas cuotas para 2026, que no gustaron ni a los socios de Gobierno ni a la oposición. Esta reforma planteaba pagos desde 217,37 euros para quienes declaren rendimientos inferiores a 670 euros al mes, hasta 796,24 euros para los que superen los 6.000.

A finales de octubre, el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones rectificó y propuso congelar los pagos para los autónomos con ingresos más bajos, mientras que los tramos superiores se incrementarán de manera más suave, entre el 1% y el 2,5% a partir de 2026. En cuanto a las nuevas cuotas para 2027 y 2028, que se incrementarían de manera progresiva en base a los ingresos, el Gobierno todavía no se ha pronunciado.

Hasta la implantación del nuevo sistema en 2023, que introdujo la obligación de cotizar según los ingresos netos reales, los autónomos podían mantener bases de cotización inferiores a sus ingresos efectivos. Ahora, si se cotiza por debajo de los ingresos, se reflejará en la Declaración de la Renta de ese ejercicio fiscal. Pero la libertad de poder cotizar la base mínima, en la práctica, se ha convertido en un arma de doble filo.

El secretario de Estado de la Seguridad Social y Pensiones, Borja Suárez, ha señalado que el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ha planteado en la mesa de negociación sobre autónomos una nueva propuesta que contempla congelar las cuotas de los autónomos de menores ingresos (de 670 a 1.166,7 euros al mes) y subir el resto entre 2,91 y 14,75 euros mensuales para 2026. (Europa Press)

Una mayoría que cotiza por debajo de lo que gana

El discurso recurrente de que los autónomos pagan demasiado no resiste el análisis de los datos. Según cifras del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, los trabajadores por cuenta propia suponen el 14,61% de la fuerza laboral, pero apenas aportan el 7,16% de la recaudación total por cotizaciones. De los más de 132.000 millones ingresados en los nueve primeros meses de 2025 por cuotas sociales, 9.464 millones preceden de regímenes especiales como el de autónomos.

A septiembre de este año, estaban afiliados al sistema público 3.431.231 trabajadores por cuenta propia, apenas un 1,1% más que un año antes. Lo preocupante es cómo cotizan, porque más del 61% de ellos, unos 2,1 millones de personas, pagan una cuota equivalente a un máximo de 1,5 veces la base mínima, y solo un 2% lo hace por tres veces o más. Esto quiere decir que la gran mayoría de los autónomos paga menos de lo que debería en proporción a sus ingresos.

El resultado es un sistema en el que muchos contribuyen por debajo de su capacidad económica, con consecuencias que no siempre se reflejan a corto plazo, pero que son muy importantes para situaciones puntuales y para el futuro del trabajador.

Cotizar poco hoy, cobrar menos mañana

El principal riesgo de cotizar por debajo de los ingresos reales no es inmediato, sino diferido, y los datos lo reflejan. Y es que las prestaciones por enfermedad y las pensiones de jubilación se calculan directamente a partir de la base de cotización.

Desde la plataforma SumUp simulan una situación real: un autónomo que cotiza por la base mínima y cae enfermo percibirá, por contingencias comunes, el 60% de su base reguladora durante los primeros 21 días y el 75% a partir del día 22. En la práctica, esto equivale a unos 609 euros al mes. Si la baja es por accidente laboral o enfermedad profesional, la prestación se eleva al 75%, unos 708 euros mensuales. Durante el primer mes, además, deberá seguir pagando la cuota de autónomo (unos 289 euros), aunque desde el segundo mes queda exento.

Un trabajador autónomo hace las
Un trabajador autónomo hace las cuentas de su negocio. (Freepik)

La situación es aún más crítica en el terreno de las pensiones. Según los últimos datos de la Seguridad Social, la pensión media de jubilación en régimen general asciende a 1.666 euros mensuales, mientras que la de los autónomos está en 1.010 euros. Es decir, una diferencia de más de 600 euros al mes.

La explicación está en el historial de cotización, ya que muchos han aportado durante años lo mínimo permitido y solo incrementan su base cuando se acercan a la edad de retiro. El informe anual de 2023 del Ministerio de Trabajo y Economía Social indicó que casi nueve de cada diez autónomos (86,6%) elegían cotizar por la base mínima. Eso, sumado a que desde 2022 la pensión se calcula en función de los últimos 25 años cotizados, resulta en que los ajustes de última hora tienen un efecto limitado.

Así, como demuestra la estadística, el gran mito de la cuota de los autónomos no es que paguen demasiado, a pesar de que en muchos casos pueda ser así, sino que la mayoría paga menos de lo que debería. Y eso tiene un precio que solo se percibe al final de la vida laboral, cuando ya es demasiado tarde.