“El vicedecanato de Prácticas no atiende a padres”: cómo un cartel en la universidad hizo salir a la luz un problema de la nueva generación

Una foto y tres simples frases recogidas en una publicación de X llevaron a padres y docentes a una batalla abierta en las redes sociales

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Su publicación ha provocado varias
Su publicación ha provocado varias reacciones y ha llamado la atención a los medios nacionales. (Composición fotográfica/Canva)

Todo empezó con un post de la red social X, publicado el 20 de octubre por Daniel Arias Aranda, catedrático de Organización de Empresas en la Universidad de Granada. Una foto de un cartel pegado a la puerta de su despacho que decía: “El vicedecanato de Prácticas no atiende a padres. Todo el alumnado matriculado en Prácticas es mayor de edad”.

Tres frases simples acompañaban la foto: “Cuando en la universidad es necesario poner este cartel es que algo está fallando. Querido alumno: Soluciona tus propios problemas y no mandes a mamá y papá. Recuerda, la mayoría de edad en España es a los 18 años”.

Le siguió una oleada de reacciones: comentarios de docentes que apoyaban la decisión de Arias Aranda, que se habían encontrado en situaciones parecidas. Una usuaria comenta: “Un profesor amigo mío le dijo a un alumno que le preguntó si le importaba que viniera su madre a la revisión de un examen: ‘Qué va. Si a ti no te importa que la atienda la mía…’”. Otros apunta que son los padres quienes pagan la matrícula universitaria y que, por tanto, quieren saber qué sucede en la institución.

Sea cual sea la respuesta, la publicación generó unas 80 mil visualizaciones y hubo un impacto importante en los medios nacionales de comunicación. “No son casos mayoritarios, pero tampoco infrecuentes. Que vengan los padres de universitarios a pedirnos explicaciones sobre la manera de dar las clases, los exámenes y las notas de sus hijos o las matrículas es una tendencia al alza”, explica el catedrático a El Periódico.

¿Cómo comenzó todo?

El docente se vio obligado a colgar el cartel después de tener varios encuentros con padres en la universidad que venían para hablar en nombre de los hijos, cuenta el catedrático al medio anteriormente mencionado.

Algunos lo hacían con gritos, otros aplicaban métodos más sutiles, llegando en un caso concreto a tratarse de una amenaza, cuando un padre dejó su tarjeta de inspector de Hacienda sobre el escritorio del profesor.

Pero el caso de Daniel no parece ser aislado. Marco Radaelli, profesor de Historia y Filosofía en un instituto de ciencias de Pavía, ha remitido una carta al periódico italiano Corriere della Sera sobre los requisitos con los que tiene que cumplir un docente en la actualidad: “Nadie le pide ya a un profesor que sea profesor. Hoy se quiere que un docente sea psicólogo, psiquiatra, psicoterapeuta, informático, ingeniero y pedagogo”.

La hiperpaternidad: un problema de este siglo

El problema, a pesar de ganar atención tan solo en las últimas semanas, ha ido creciendo desde hace años. “Nunca, como hasta ahora, hemos estado tan dedicados a nuestros hijos. El actual entorno, con una inmensa oferta educativa y de ocio para la infancia, te empuja a convertirte en una hipermadre. Hay presión social para ello. Todos somos un poco hiperpadres porque es algo que se contagia,” explica Eva Millet, una autora que se centra en el fenómeno de la hiperpaternidad, al medio anteriormente mencionado ya en 2022.

La comunidad universitaria se organiza para que la nueva ley de universidades eche a andar y tenga financiación.

La hiperpaternidad, según la psicóloga estadounidense Madeline Levine, es un estilo de comportamiento de los padres hacia los hijos que les lleva a ser exigentes y perfeccionistas, y, a la vez, tiende a la sobreprotección.

Según el docente que se vio obligado a colgar el cartel, las acciones de esos padres perjudican tanto a sus hijos, que se trata de una forma de “maltrato”: “Hay que apoyar y ayudar a los hijos siempre, pero esas familias les están haciendo un flaco favor. Les están sobreprotegiendo y convirtiendo en personas dependientes”.

Pamela Druckerman, periodista en The New York Times y autora de libros de crianza, anticipó ya en 2014 la aparición de este modelo y escribió en un artículo en el periódico anteriormente mencionado, lo siguiente: “No críes a tus hijos solo pensando en el futuro, críalos también pensando en el presente. Probablemente, tu hijo no entrará en una universidad de élite ni ganará una beca deportiva. A los 24 años, podría estar de vuelta en su habitación de la infancia, endeudado, tras una carrera universitaria mediocre. Edúcalo de tal manera que, si eso sucede, todo haya valido la pena.”