Un médico es despedido por “lamer cerveza” del escote de una compañera de trabajo: “Estamos comprometidos con la erradicación del acoso”

El especialista debe estar un año alejado de su puesto de trabajo por la agresión y otros antecedentes similares

Guardar
Médico investigado por abuso sexual-
Médico investigado por abuso sexual- crédito Jesús Aviles/Infobae y Procuraduría General de la Nación

Un médico británico ha sido suspendido de su ejercicio profesional durante un año tras protagonizar un episodio de acoso sexual durante una fiesta de Navidad de su hospital. El especialista, identificado como Mark Johnson, fue acusado de verter cerveza sobre el escote de una compañera más joven para luego lamerla y tocarle los pechos, un comportamiento que el tribunal médico calificó como “inaceptable” y con “motivación sexual evidente”.

El caso, que salió a la luz esta semana tras un fallo del Medical Practitioners Tribunal Service(MPTS), ha causado indignación en el Reino Unido y ha reabierto el debate sobre el acoso en el ámbito sanitario. Según el informe del organismo, los hechos ocurrieron en diciembre de 2022 durante una celebración navideña en la que participaron varios profesionales del Hospital West Suffolk, donde el Dr. Johnson trabajaba desde 2013 como consultor.

La comisión disciplinaria concluyó que las acciones del médico constituyeron acoso sexual y atentaron contra la confianza que la sociedad deposita en los profesionales de la salud. Sin embargo, el panel decidió no retirarle definitivamente la licencia, argumentando que “su comportamiento no fue persistente ni formó un patrón agresivo” y que “existen indicios de capacidad de rehabilitación”. La suspensión se mantendrá vigente durante 12 meses, periodo en el que el médico no podrá ejercer.

El comportamiento fuera del trabajo

Durante la audiencia, se conocieron más detalles sobre el comportamiento del Dr. Johnson durante la celebración de 2022 en Navidad. Testigos relataron que el médico “movió su mano por la espalda de una compañera, le sopló humo de un cigarrillo electrónico en la cara y la besó sin su consentimiento”. Poco después, derramó parte de su bebida sobre el escote de la misma mujer y, entre risas, lamió la cerveza directamente de su piel, según recogió la BBC.

¿Qué falla en la lucha contra la violencia de género? De la prevención y protección a las víctimas al abordaje de la masculinidad.

No era la primera vez que el profesional mostraba una actitud inapropiada hacia sus compañeras. Entre noviembre de 2018 y noviembre de 2019, Johnson habría enviado mensajes despectivos y sexualmente explícitos a otra chica del hospital, más joven, en los que hacía comentarios sobre el tamaño de sus pechos y sobre posturas sexuales. El representante del General Medical Council (GMC) pidió la expulsión definitiva del médico, alegando que sus acciones eran “gravemente incompatibles con la ética profesional”.

Pese a ello, el tribunal optó por una sanción temporal, considerando que el acusado había mostrado “cierto reconocimiento de su comportamiento” y que no existía un patrón prolongado de acoso.

Reacción institucional y compromiso contra el acoso

Tras conocerse el fallo, el West Suffolk NHS Foundation Trust emitió un comunicado en el que condenó los hechos y reafirmó su política de tolerancia cero frente a la violencia y el acoso sexual. “Estamos comprometidos con la erradicación de toda forma de conducta inapropiada en el lugar de trabajo, promoviendo una cultura basada en la transparencia y el respeto”, declaró el director médico del hospital, Dr. Richard Goodwin.

Acoso sexual, hostigamiento sexual laboral
Acoso sexual, hostigamiento sexual laboral - Perú - 14 de octubre (Estrategia Medios)

Johnson dejó su puesto en el hospital en 2023, tras la apertura de un expediente disciplinario interno. Aunque podrá solicitar la restitución de su licencia una vez concluido el periodo de suspensión, el caso ha dañado gravemente su reputación y ha puesto de relieve la necesidad de reforzar los mecanismos de prevención del acoso dentro del sistema sanitario británico.

El incidente, ampliamente difundido por la prensa del Reino Unido, se ha convertido en un nuevo ejemplo de cómo las instituciones de sanidad enfrentan el reto de garantizar entornos laborales seguros, libres de abusos y de comportamientos que vulneren la dignidad de sus profesionales.