No hay comida suficiente en el monte de El Pardo para tanto ciervo y jabalí: Patrimonio Nacional prorroga el contrato de piensos, que incluye a los gatos callejeros del Palacio Real y Aranjuez

El Estado debe alimentar a los cérvidos, aves y gatos que hay en sus espacios naturales. La falta de alimento incrementa la mortalidad de algunas especies. En El Pardo, la población de venados y jabalíes quintuplica el número idóneo

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El monte de El Pardo.
El monte de El Pardo.

Patrimonio Nacional, dependiente del Ministerio de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, acaba de prorrogar el contrato para alimentar a las distintas especies animales que pueblan los espacios naturales más importantes bajo su gestión: el monte de El Pardo, los jardines del entorno del Palacio de Aranjuez y los jardines del Palacio Real. Patrimonio pagará 94.000 euros durante todo 2026 para alimentar a ciervos, jabalíes, patos, pavos e incluso las colonias de gatos callejeros que se mueven por los Jardines del Campo de Moro y en el Jardín de la Isla de Aranjuez.

Comprar pienso no es una novedad. Patrimonio Nacional lo empezó a hacer en la década de los años 90 para las especies llamadas “ornamentales” que había en los jardines que gestionaba, sobre todo aves. A partir del año 2004, para cumplir lo dispuesto en la ‘Ley 8/2003, de 24 de abril, de Sanidad Animal’, se inicia a suministrar alimentación suplementaria a las especies cinegéticas presentes en los montes, para incluir en ella tratamientos necesarios para prevenir o curar enfermedades y facilitar su captura.

Pero desde el año 2021 lo considera imprescindible. ¿Por qué? “Por las especiales circunstancias meteorológicas que se han presentado estos últimos años”, se justifican desde Patrimonio, y que han provocado “una marcada escasez de alimento en los espacios naturales, lo que conlleva un importante incremento de la mortalidad en el caso de los cérvidos debido a una debilitación progresiva de los animales que les hace más susceptibles de contraer enfermedades infectocontagiosas y a una rápida difusión de estas”. Menos comida, menos posibilidades de sobrevivir. Se refiere sobre todo al ámbito del monte del Pardo. Patrimonio aprobó en septiembre de este año la modificación del Plan de Protección Medioambiental de este ecosistema para “dar respuesta a la crisis climática y ecológica global”.

Gatos de la colonia de
Gatos de la colonia de Aranjuez alimentados por Patrimonio Nacional.

“Esto supone un grave problema tanto para la sanidad animal como para la salud pública, ya que algunas de estas enfermedades son zoonóticas”, es decir, se transmiten de animales a humanos. Esto, unido al incremento de las poblaciones de ungulados en el caso de El Pardo, “y la incapacidad por diversas circunstancias de llevar las mismas a un equilibrio con la sostenibilidad del medio, hace que no haya disponibilidad de alimento suficiente tanto cualitativa como cuantitativamente, y ha producido unos daños sobre la vegetación existente en el monte, debido a que se están aprovechando plantas y partes de las mismas que normalmente no son consumidas por las reses, provocando graves daños en la vegetación en algunos casos irreversibles”, argumenta Patrimonio.

143 toneladas en dos años

Patrimonio decidió agrupar en noviembre de 2023 el suministro de alimento en un único expediente que incluya la comida de todas las especies animales (ornamentales, cinegéticas y domésticas, excluidos los caballos) propiedad o gestionadas en todas sus delegaciones. Además, se incorporaron las colonias establecidas de gatos en los jardines del Campo del Moro y en el Jardín de la Isla en Aranjuez. Ahora se prorroga el contrato un año más. En los dos últimos años se han adquirido 143 toneladas de pienso para ciervos, corzos y gamos, que abundan en el monte de El Pardo, donde viven 215 especies de vertebrados. También 12 toneladas de pienso para jabalíes. Otras 17 toneladas han ido para alimentar patos, pavos reales y aves exóticas, y solo dos toneladas para los gatos callejeros.

Los jardines del Campo del
Los jardines del Campo del Moro.

El exceso de cérvidos y jabalíes en algunos de estos parajes, como en el Monte de El Pardo (en Madrid) y en el Bosque de Riofrío (en Segovia), hace que Patrimonio también tenga que encargar a empresas privadas otro contrato para controlar las poblaciones de jabalí, ciervo y gamo. El objetivo es capturar centenares de estos animales para evitar la transmisión de enfermedades contagiosas y parasitarias que pueden afectar al ser humano y a los animales domésticos, y evitar accidentes de tráfico provocados por el cruce en las carreteras en sus desplazamientos para conseguir alimento. Se trata de un contrato de aprovechamiento. Patrimonio del Estado no paga nada. La empresa adjudicataria, Adda Ops (especializada en el control de fauna), abona unos precios estipulados por cada animal capturado.

El Monte de El Pardo es un coto de caza. Su actual Plan de Aprovechamiento Cinegético recoge como especies sujetas a explotación el ciervo, el gamo y el jabalí, estando prevista la extracción de 3.500 ejemplares (1.800 gamos; 800 venados; y 900 de jabalíes). Las poblaciones adecuadas se cifran en 10-15 reses cada 100 hectáreas, es decir, entre 1.600-2.500 reses para todo el monte (repartidas al 50 % entre ciervo y gamo). El jabalí se debe eliminar del monte por la hibridación que presenta con el cerdo doméstico, por los problemas sanitarios, al tratarse del reservorio principal de tuberculosis, y también por la permeabilidad en el cerramiento del monte que hace que pueda entrar y salir sin problema. En función de lo anterior, “existe una población de ejemplares de caza mayor que quintuplica el número idóneo, que no se reduce suficientemente. ”Situación en estos momentos grave, por el desequilibrio entre la capacidad de alimentación del monte y el número de reses cinegéticas, que, de no corregirse rápidamente, llevaría ineludiblemente al monte a una situación irreversible en la regeneración natural, que ya se está poniendo de manifiesto en la muerte de viejas encinas".