El pueblo medieval en el sur de Francia en el que vivió Molière y en el que puedes disfrutar de calles peatonales, quesos y vino

Entre viñedos y colinas de Occitania, Pézenas revela su espíritu medieval y creativo en calles peatonales, mansiones renacentistas y un ambiente marcado por la huella de Molière, el arte y los sabores tradicionales de la región

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Pézenas, Francia (Wikimedia Commons)
Pézenas, Francia (Wikimedia Commons)

En el sur de Francia, apartado de las rutas más transitadas y de los paisajes urbanos que dominan la región de Occitania, se encuentra Pézenas, una localidad que conserva la esencia de un pasado medieval y el sabor característico de la vida tranquila. Este municipio del departamento de Hérault emerge entre viñedos y colinas, rodeado por tierras bañadas por el sol, y ofrece un centro histórico donde las calles peatonales y las mansiones renacentistas conforman una invitación constante a pasear sin prisa. Vías como la rue de la Foire o la rue des Chevaliers descubren, paso tras paso, balcones de hierro forjado, patios ocultos y fachadas que remiten a siglos de historia.

Historia y arte en cada esquina

Pézenas alcanzó un lugar destacado en el mapa cultural francés en el siglo XVII, época en la que Jean-Baptiste Poquelin, el poeta y dramaturgo más conocido como Molière, vivía en la ciudad con su compañía itinerante. Jean-Baptiste nació en París, pero Mollière lo hizo en Pézenas: su carrera dio un enorme salto en 1650 al actuar ante el Príncipe de Conti - la tercera autoridad del Estado - durante una reunión de los Estados Generales de Languedoc en esta localidad. La compañía del dramaturgo, “L’Illustre Théâtre”, fue elegida para amenizar a las autoridades presentes, y desde entonces los habitantes de Pézenas recuerdan al artista por ello.

Aquella década que Mollière pasó en el lugar dejó una huella tangible: a lo largo del municipio se distribuyen placas conmemorativas en su honor y cada año se organiza un festival con representaciones de sus obras en diferentes calles y plazas. Esta tradición teatral ha propiciado un entorno propicio para el arte y la artesanía; de ahí que muchos joyeros, ebanistas y diseñadores hayan establecido aquí sus talleres y boutiques.

Pézenas, Francia (Jorge Franganillo, Flickr)
Pézenas, Francia (Jorge Franganillo, Flickr)

El casco antiguo de Pézenas impresiona por su conservación y su herencia arquitectónica. El Museo de Vulliod Saint-Germain, ubicado en un edificio del siglo XVII, alberga varios objetos relacionados con su estancia en el lugar, entre ellos, un curioso medallón al óleo en el que aparece representado como San Juan Bautista, sosteniendo un ejemplar de “Don Juan”. La sala más destacada, adquirida recientemente a través de fondos estatales, es el famoso sillón observatorio en el que solía sentarse durante sus visitas a su amigo Gély, el barbero, para observar a los personajes que luego plasmaría en sus obras. También se exhiben tapicerías, mobiliario, obras de arte y una cuidada colección de cerámica.

Entre las plazas, la Gambetta reúne puntos de interés como la Maison des Métiers d’Art, ubicada en la antigua casa consular. A poca distancia, el antiguo convento de las Ursulinas acoge el trabajo de decenas de artesanos contemporáneos. El Petit Théâtre Pézenas, datado en el siglo XIX, reabrió después de 50 años y ofrece una agenda que abarca desde obras clásicas hasta conciertos y espectáculos locales durante todo el año. También es destacable el antiguo Hôtel de Lacoste, que no es un hotel sino una mansión privada edificada a comienzos del siglo XVI por Etienne de Montagut, el señor de Lacoste, combina un espectacular vestíbulo abovedado y una escalera renacentista que hoy sirve de acceso a galerías de arte.

El Hotel d’Alfonce, construido entre 1590 y 1603 y declarado monumento histórico en 1944, es también conocido como “el antiguo teatro de Molière”: el dramaturgo actuó aquí con su compañía teatral entre 1650 y 1655. Junto al Hotel de Landes de Saint-Palais, ambos situados en el corazón urbano, completan la variedad de arquitectura palaciega abierta al público en diferentes formatos.

El Hôtel de Lacoste, Pézenas,
El Hôtel de Lacoste, Pézenas, Francia (Wikimedia Commons)

Quesos, vino y sabores en el mercado

La oferta gastronómica de Pézenas destaca tanto por la variedad como por la originalidad de sus sabores. El Petit Pâté de Pézenas tiene un lugar central en la tradición local. La historia de este pastel de cordero envuelto en una masa dorada se remonta a 1766 y se vincula a la llegada de Lord Clive, un hombre británico que viajó hasta Montpellier para curarse y estableció su residencia en las inmediaciones. Se dice que su cocinero, originario de la India, concibió este manjar, que hoy puede degustarse como entrante o postre debido a la mezcla de dulce y salado. La confitería Le Petit Pâté de Pézenas sigue elaborando la receta original y es una parada habitual para quienes buscan sabores característicos y propios del municipio.

En el ámbito de las bebidas y refrescos artesanales, Maison Aubert lleva vendiendo limonada desde 1876. La tradición se ha mantenido intacta a lo largo de varias generaciones y el local se ha convertido en uno de los símbolos del pequeño comercio local. Para el maridaje, Le Wet State permite disfrutar de los vinos de Languedoc, una denominación próxima a Pézenas, ideal para quienes desean brindar en una terraza al caer la tarde.

Las calles comerciales, como Foire, Triperie Vieille, Conti y Château, reúnen talleres artesanos, tiendas de decoración y moda y espacios como Le Nid, Zouzou La Sardine, Ceramik´Arts o La Maison du Savon de Marseille, donde la identidad local cobra forma en objetos y productos únicos. Asi, entre el rumor del viento, las buganvillas y el aroma mediterráneo, Pézenas muestra su carácter auténtico, una identidad moldeada por la herencia artística de Molière, el trabajo constante de los artesanos y la placidez de la vida en el sur de Francia.