El patrimonio millonario de Joaquín Sabina: un refugio bohemio en La Latina, una propiedad en Cádiz y tres sociedades

El artista jiennense es uno de los grandes nombres de la discografía española

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El cantante Joaquín Sabina durante
El cantante Joaquín Sabina durante una actuación en la Maestranza de Sevilla, a 1 de septiembre de 2023, en Sevilla, (Andalucía, España). (Francisco J. Olmo / Europa Press).

A los 76 años, Joaquín Sabina es mucho más que una leyenda de la música española. Su voz ronca, sus letras cargadas de ironía y melancolía y su figura de poeta urbano forman parte del imaginario colectivo de varias generaciones. Pero detrás del sombrero y los versos también hay un hombre que, sin proponérselo, ha construido una sólida estructura económica. Su fortuna refleja el peso de una carrera de más de cinco décadas convertida en canciones, giras, derechos de autor y, también, sociedades mercantiles.

Sabina nunca ha presumido de ser hábil con los números. Él mismo lo reconoció con humor ante un juez: “Siempre he sido un inútil para las cuestiones administrativas, incluso para el dinero”. Aun así, sus cifras hablan de una gestión profesional de su legado, y es que, según la revista Lecturas, su patrimonio se estima en 6,7 millones de euros.

Sus empresas —Relatores S.L., Ultramarinos Finos S.L. y El Pan de mis Niñas S.L.— sirven para administrar derechos de autor, alquileres y otras actividades vinculadas a su carrera artística. Con propiedades en Madrid y Rota (Cádiz), el jienense ha sabido transformar su arte en una fuente estable de ingresos sin perder el espíritu bohemio que lo caracteriza.

A pesar del volumen de su patrimonio, Sabina vive con sobriedad. Su casa en el barrio madrileño de La Latina, su círculo reducido de amigos y las tertulias de bar siguen siendo sus lujos verdaderos. “Era tan pobre que no tenía más que dinero”, repite con ironía, consciente de que la riqueza, por sí sola, no compone canciones.

Imagen compartida de Joaquín Sabina
Imagen compartida de Joaquín Sabina por Jimena Coronado en redes sociales

Su refugio madrileño

Joaquín Sabina, el trovador de voz rota y metáforas eternas, ha pasado medio siglo escribiendo versos que forman parte de la memoria colectiva de España y Latinoamérica. Pero lejos de los escenarios, el jienense ha encontrado su propio rincón en pleno corazón de Madrid. Se trata de un dúplex de unos 300 metros cuadrados que funciona no solo como vivienda, sino como santuario creativo, donde la literatura, la música y la bohemia se mezclan en cada rincón.

Situada en un edificio histórico del barrio de La Latina, la residencia de Sabina rompe con las tendencias actuales de interiores despejados y tonos neutros. Allí todo rebosa exceso y vitalidad. Desde el recibidor, con muebles de madera tallada y alfombras de vivos colores, hasta el salón principal, presidido por una inmensa biblioteca mural, el dúplex refleja la personalidad ecléctica del artista.

Cientos de libros, discos, recuerdos de viajes y objetos cargados de historia conviven con cuadros, lámparas de neón y alguna que otra figura religiosa. Un sillón de cuero marrón aparece rodeado de esta atmósfera barroca que remite a la mezcla de contrastes tan característica en la obra del propio cantautor.

Leiva y Joaquín Sabina en
Leiva y Joaquín Sabina en su casa en Madrid (INSTAGRAM/jimecoro).

El hogar no es solo un espacio de descanso. Sabina lo ha convertido en un lugar de trabajo e inspiración. En una de las plantas se encuentra su estudio de grabación, equipado con instrumentos, micrófonos y paneles acústicos, donde da forma a nuevas canciones. Muy cerca, una mesa de billar aporta un toque lúdico y bohemio que recuerda a las interminables reuniones con amigos y colegas del mundo artístico.

El dúplex fue diseñado por un arquitecto al que llegó gracias a la recomendación de Joan Manuel Serrat, su inseparable compañero de giras. Ese consejo fue decisivo para dar con un profesional que supo trasladar al espacio la esencia vital y creativa de Sabina. El resultado es una vivienda que funciona como prolongación de su universo interior.

Leiva y Joaquín Sabina en
Leiva y Joaquín Sabina en su casa en Madrid (INSTAGRAM/jimecoro).

Una deuda millonaria

En 2023, el Tribunal Supremo resolvió que Sabina debía pagar 2,5 millones de euros a Hacienda por irregularidades fiscales detectadas entre 2008 y 2010. La sentencia se basó en la tributación de sus ingresos a través de sociedades, un sistema habitual en el sector artístico. El propio Sabina explicó entonces que nunca hubo intención de “ingeniería fiscal alguna”, sino la necesidad de gestionar de forma más práctica su actividad profesional.

La noticia lo colocó en el centro del huracán mediático, pero su respuesta fue tan serena como sus versos: asumió la deuda y siguió adelante. Para él, los tribunales no fueron escenario de tragedia, sino de aprendizaje. Continuó preparando su última gira, Hola y adiós, con la que se despedirá definitivamente de los escenarios este noviembre de 2025, tras recorrer más de una veintena de ciudades.