El papel de EEUU en la decisión de la ONU sobre el Sáhara Occidental: Trump se puso del lado de Marruecos en 2020 y ahora ha impulsado la votación

Todo comenzó con los Acuerdos de Abraham, donde intercambiaron los reconocimientos del Sáhara marroquí e Israel

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Posición de EEUU en el
Posición de EEUU en el Sáhara Occidental (Montaje Infobae España)

La celebración de Marruecos por recibir el apoyo de la ONU a su autonomía sobre el Sáhara Occidental no se entiende sin la figura de Donald Trump. Para comprender cómo se ha llegado a este punto es clave retroceder a la primera legislatura del republicano. Los intereses comerciales han forzado la espantada de los aliados del Frente Polisario, pero las razones por las que se ha llegado a este punto se extienden hasta la situación de Oriente Medio.

Naciones Unidas ha aceptado el plan marroquí como base de unas negociaciones para encontrar una solución “justa y duradera”. El grupo que lidera la liberación saharaui ha asegurado que no se sentará a conversar sobre ningún acuerdo que implique el dominio de Marruecos del Sáhara Occidental. Sin embargo, con el panorama internacional al otro lado de la mesa, el escenario es muy complejo para los nativos del desierto.

El enviado de la ONU para el Sáhara Occidental plantea una "partición" del territorio.

Cambio de postura de Trump

En 2020, la situación cambió por completo. Donald Trump, a través de un mensaje en X, dio la vuelta al orden del norte de África. El presidente estadounidense afirmó que “la propuesta de autonomía seria y creíble de Marruecos es la única base para una solución justa y perdurable para la paz y prosperidad duradera”. De esta manera, anunciaba el cambio de postura de EEUU y su alianza con Marruecos.

Este reconocimiento no fue un regalo del líder republicano. El origen de este proceso está en los Acuerdos de Abraham, con los que EEUU contactó con diversos países árabes para proponerles el reconocimiento del Estado de Israel. Si en aquel momento parecía muy complicado, ahora resulta casi contradictorio. Sin embargo, todos, o, por lo menos, varios de ellos, tenían un precio. Trump solo tenía que encontrarlo y el de Marruecos era fácil de descubrir.

De esta manera, junto a la confirmación de la nueva postura de EEUU, el ahora presidente también comunicó que sus “dos grandes amigos Israel y el reino de Marruecos han acordado relaciones diplomáticas plenas, un enorme avance por la paz en Medio Oriente”. Además, Trump defendió la legitimidad y lógica del precio pagado, señalando que “Marruecos reconoció a Estados Unidos en 1777. Es, por tanto, apropiado que nosotros reconozcamos su soberanía sobre el Sahara Occidental”.

El acuerdo que en aquel diciembre del año del COVID-19 parecía un antes y un después iba a tener que esperar para ver sus primeros efectos. Donald Trump confirmó su posicionamiento junto a Marruecos cuando solo le quedaban dos meses en la Casa Blanca. En enero de 2021, llegó Biden como nuevo inquilino, y los objetivos marroquíes quedaron desplazados a un segundo plano. El ejecutivo demócrata no volvió a la idea anterior y reiteró el apoyo que alcanzó Trump, pero no puso en marcha el proceso.

Firma de Acuerdos de Abraham
Firma de Acuerdos de Abraham con Emiratos Árabes (REUTERS/Tom Brenner/File Photo)

El papel de EEUU en el Sáhara Occidental

Este 2025, Trump ha vuelto al poder y, con él, algunas de sus ideas. En otros puntos calientes del mundo, el presidente ha cambiado su visión ante escenarios totalmente diferentes. Sin embargo, en el caso de Marruecos, ha conservado su posición y ahora, llegando a final de año, ha acelerado el plan.

El contexto, hasta estas últimas semanas, no había muchas alteraciones desde que firmó aquella declaración, siendo el cambio más llamativo el de España. En 2022, Pedro Sánchez envió una carta aceptando la propuesta marroquí como la más efectiva, dejando a un lado la posición histórica española de defensa de los saharauis y su derecho de autodeterminación.

Volviendo a EEUU, el gobierno norteamericano ha basado la aplicación del proyecto en dos pasos. Por un lado, ha impulsado la reciente aprobación de la ONU y, por otro, ha enviado un intermediario, Steven Witkoff, para mediar entre el país de Mohamed VI y Argelia. De esta manera, ha conseguido volcar la balanza al lado marroquí sin que lo frenen los hasta ahora aliados del Frente Polisario (China y Rusia se abstuvieron y Argelia no se presentó a la votación).

Witkoff, aunque no tenía un cargo determinado en el gobierno estadounidense, ha estado al frente de muchas de las negociaciones y encuentros en Oriente Medio y el norte de África. También estuvo presente en los Acuerdos de Abraham, de manera que se ha posicionado en esta región como diplomático. Ahora, tras participar en impulsar la autonomía marroquí del Sáhara Occidental, afrontará otras diferencias de la región.