Un arquitecto construye la casa de sus sueños en 57 m² y una sorpresa en su interior: “Es parecido a acampar”

La vivienda superaba el coeficiente legar de edificabilidad y no se podía reformar

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Un arquitecto construye la casa
Un arquitecto construye la casa de sus sueños en 57 m². (Imagen:/Youtube: @nevertoosmall)

En el corazón del distrito de Suginami (Japón), entre las estaciones de Kami-Shakujii y Nishi-Ogikubo, se encuentra la Open Sky House, una vivienda de dos plantas que rompe con los códigos arquitectónicos tradicionales.

Un barrio residencial “muy tranquilo, pero a la vez muy cerca de Kichijoji, uno de los centros neurálgicos de la ciudad. Es un equilibrio perfecto entre la vida urbana y la calma”, ha descrito Nobufumi Takahashi, conocido artísticamente como Zajirogh, a Newsweek.

El arquitecto partió de una necesidad estrictamente práctica. Tras comprar una vivienda de segunda mano, descubrió que superaba el coeficiente legal de edificabilidad y no podía reformarla. “No tuve más remedio que demoler el edificio y construir una nueva casa, pero los problemas distaban mucho de haber terminado”, ha recordado.

El terreno, de 76 m², solo permitía levantar una vivienda de unos 60 m², insuficiente para una familia de cinco. La solución fue tan atrevida como brillante: “Poner parte del interior fuera de la casa”, ya que los espacios sin techo no computan como superficie habitable.

La casa sin techo de
La casa sin techo de Takahashi. (Imagen/YouTube: @nevertoosmall)

La vida bajo el cielo: arquitectura que respira

La distribución es sencilla. Cocina y baño y la planta baja, dormitorios en la parte superior y en el centro, un salón que actúa como corazón del hogar, pero que se puede confundir con un solarium, dado que carece de techo.

“El tejado es uno de los elementos más simbólicos de la arquitectura, pero al eliminarlo, pensé que podría reintroducir la naturaleza en la ciudad. Debido a las restricciones legales del terreno, el salón resultante se convirtió en un espacio único, sin precedentes”, ha explicado Zajirogh.

Para los días de lluvia, la familia utiliza una lona móvil similar a la capota de un coche descapotable. “Cuando hace sol abrimos todo y cuando llueve utilizamos la lona”, ha detallado. Sin duda, la adaptación climática es parte de la experiencia.

“En verano, el aire fresco se queda abajo y resulta fácil mantener una temperatura agradable”, ha señalado Takahashi. “En invierno, como el calor se escapa hacia arriba, usamos estufas de gas y suelo radiante. Es un estilo de vida parecido a acampar, solo que en plena ciudad. Siempre están pendientes del viento, de la luz y de la temperatura”.

Pese a lo que podía parecer, la casa resulta sorprendentemente cómoda: “Hay mucha luz y la naturaleza se siente muy cerca. Cuando llueve, el sonido de las gotas es fuerte pero reconfortante. Curiosamente, los espacios cerrados son más estables térmicamente porque la zona abierta actúa como amortiguador”.

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La casa sin techo de Takahashi. (Imagen/YouTube: @nevertoosmall)

Ingenio náutico para soportar las fuertes tormentas

Al principio, la lona funcionaba bien. No obstante, con la llegada de las fuertes lluvias, el arquitecto se dio cuenta de que la lona acumulaba tanta agua que “llegaba a llenar una bañera”. La solución fue recurrir a herrajes y cabos de yate para facilitar su tensión y drenaje.

Vivir aquí es como estar en un barco. Cada rincón tiene un doble uso, nada está colocado al azar. Incluso utilizo equipo náutico para manejar la lona del techo, ajustando cuerdas como si se tratara de velas. Mirar al cielo e interpretar el viento marca el ritmo de cada día”, ha admitido Takahashi.

La casa, equipada con televisor, piano y mobiliario exterior, se ha convertido en una atracción entre los amigos de sus hijos. “Se quedan asombrados cuando vienen aquí. Dicen ‘¡Guau!’, y empiezan a jugar al pilla-pilla”, ha contado Takahashi.

En total, el coste de la construcción ascendió a 30 millones de yenes (unos 241.790 euros), sin incluir el terreno.