Dos jóvenes mueren en un accidente de tráfico tras estrellarse contra un plátano: el conductor no tenía carné y el coche había sido comprado el día anterior

Tres días después del accidente que costó la vida a dos jóvenes de 20 años en Montesquieu, en el departamento francés de Tarn-et-Garonne, los investigadores han confirmado que el vehículo en el que viajaban se estrelló contra un plátano, no la fruta tropical, sino el árbol conocido científicamente como Platanus, común en los márgenes de las carreteras rurales francesas. La colisión, ocurrida el pasado domingo 2 de noviembre hacia el mediodía en la carretera de Laujol, fue tan violenta que ninguno de los ocupantes pudo sobrevivir, pese a los esfuerzos de los servicios de emergencia.

El siniestro, que ha causado una gran conmoción en Montesquieu y en las localidades natales de las víctimas —Parnac y Luzech, ambas en el departamento del Lot—, continúa siendo objeto de una investigación exhaustiva por parte de la Gendarmería. Los agentes tratan de esclarecer cómo una salida de vía aparentemente simple terminó en tragedia y qué factores influyeron en la pérdida de control. Uno de los elementos que más ha llamado la atención de los investigadores es que el conductor del coche no poseía el permiso de conducir.

Según confirmó el fiscal de la República de Montauban, Bruno Sauvage, el vehículo —una Peugeot 206— se salió de la calzada y se estrelló frontalmente contra un plátano de gran tamaño que crecía junto al borde de la carretera. Las autopsias, realizadas en el Instituto Médico-Legal de Toulouse–Purpan, determinaron que las muertes se produjeron por un “choque traumático causado por la colisión del vehículo contra el plátano”, descartando otras posibles causas.

Este tipo de árboles, muy comunes en el paisaje vial francés, ofrecen sombra y estabilidad a las cunetas, pero también suponen un grave peligro cuando los vehículos pierden el control, ya que sus troncos son gruesos y prácticamente irrompibles. En este caso, el plátano absorbió todo el impacto del coche, que quedó completamente destrozado.

Los equipos de emergencia de Castelsarrasin-Moissac y el servicio médico del SMUR de Moissac acudieron rápidamente tras la alerta, pero encontraron a los dos jóvenes en parada cardiorrespiratoria. A pesar de los intentos de reanimación, no pudieron salvarles la vida.

De acuerdo con la información publicada por La Dépêche du Midi, el joven que conducía el vehículo no tenía carné de conducir. El coche, una Peugeot 206, pertenecía a su amigo, quien viajaba en el asiento del copiloto y lo había comprado apenas un día antes del accidente. Según las primeras hipótesis, el propietario habría permitido a su amigo conducir pese a no estar autorizado para hacerlo.

Los investigadores tratan de reconstruir con exactitud las últimas horas de los dos jóvenes: de dónde venían, si habían dormido antes de volver a la carretera y cuánto tiempo transcurrió hasta que otro automovilista dio la voz de alarma al ver el vehículo siniestrado. Los resultados de las pruebas toxicológicas, todavía pendientes, determinarán si el conductor se encontraba en condiciones aptas para conducir tras una posible noche festiva.

Vecinos de Montesquieu aseguran haber escuchado un fuerte estruendo poco antes del mediodía, seguido de un silencio absoluto. El coche quedó incrustado en el tronco del árbol, lo que demuestra la violencia del impacto.

Los fallecidos, identificados como Dan Castanier, de Parnac, y Halil Aydin, de Luzech, eran amigos desde la infancia. Sus muertes han sumido en la tristeza a sus familias y a las pequeñas comunidades donde crecieron. Las autoridades entregaron los cuerpos a los familiares tras completarse las autopsias para permitir los funerales.

En el lugar del siniestro, vecinos y allegados han dejado flores y velas al pie del plátano, convertido ahora en símbolo del dolor y del recuerdo. Mientras tanto, los gendarmes continúan con la investigación para aclarar por completo las causas del accidente y determinar si hubo imprudencia o negligencia.