Rafael Pampillón, economista, sobre el euro digital: “Los bancos tendrán menos capacidad de conceder crédito, lo que afectará al crecimiento económico y al empleo”

Con esta propuesta el Banco Central Europeo busca adaptar el dinero a la era digital y garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso a un medio de pago seguro, flexible y universalmente aceptado

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El euro digital permitirá a los ciudadanos mantener depósitos directamente en el BCE (Adobe Stock)

La propuesta del euro digital propuesto por el Banco Central Europeo (BCE), con el objetivo de adaptar el dinero a la era digital y garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso a un medio de pago seguro, flexible y universalmente aceptado, podría tener efectos secundarios relevantes sobre el sistema financiero europeo al alterar el equilibrio entre la banca comercial y la autoridad monetaria.

Según el director del Área de Economía y de Análisis Económico del IE Business School y catedrático de la Universidad CEU San Pablo, Rafael Pampillón, permitir a los ciudadanos ya las empresas mantener depósitos directamente en el BCE en forma de equivalente electrónico al efectivo podría reducir la capacidad de las entidades financieras para conceder crédito. “Si parte de los depósitos bancarios se traslada al Banco Central Europeo, los bancos tendrán menos capacidad de financiar a empresas y familias, lo que afectaría al crecimiento económico y al empleo”, subrayó el experto durante la webinar de la Asociación Española de Directivos (AED).

El Banco Central Europeo explicó que esta iniciativa busca modernizar los medios de pagos y reforzar el papel internacional de la moneda comunitaria, además de abaratar las transacciones fronterizas, pero por el momento es difícil reflejar cuál será el impacto sobre la economía real. Según Pampillón, las grandes empresas ya operan con pagos inmediatos a escala global a través de la banca comercial, por lo que “el beneficio práctico del euro digital no está claro” y, según el experto, podría generar más tensión que eficiencia si no se acompaña de una adaptación regulatoria adecuada.

“El futuro de Europa no está en el euro digital”

Además, el economista advirtió de que una fuga de liquidez hacia el BCE podría obligar al propio banco central a sostener de manera más activa la financiación de la economía, lo que llevaría a implementar políticas monetarias más acomodaticias para el sector bancario. También destacó que el debate sobre el euro digital no solo es monetario, sino que tiene implicaciones en términos de competitividad, privacidad y soberanía económica.

El edificio permitirá conocer su acervo artístico, archivos, biblioteca histórica y obras de Goya, mezclando cultura, historia económica y tradiciones artesanales con su función financiera.

“El futuro de Europa no está en el euro digital, sino en una mayor unidad política, fiscal y financiera que nos permita ser unos Estados Unidos de Europa”, explicó Pampillón en referencia al verdadero desafío europeo. Según su análisis internacional, el continente europeo pierde peso frente a Estados Unidos y China en sectores claves como la banca, la energía, defensa, tecnología o innovación industrial, por lo que urge reforzar la inversión en investigación y desarrollo en ámbitos estratégicos como la inteligencia artificial, el vehículo eléctrico o los semiconductores.

Principales funciones del euro digital

Entre las principales funciones del nuevo euro digital explicadas por el BCE destacan los pagos condicionales, los pagos por hitos y los pagos por consumo real. Los primeros permite que el dinero solo se transfiera cuando se cumplen ciertas condiciones, como la recepción satisfactoria de un producto comprado en línea, lo que reduce el riesgo de fraude y las reclamaciones en las compras digitales.

Los pagos por hito se aplican en situaciones como el alquiler de un vehículo, donde le desembolso se calcula automáticamente según el tiempo de uso, asegurando que el usuario solo pague por lo que realmente consume. Además, el euro digital abre la puerta a modelos de suscripción más flexibles, en los que los usuarios de plataformas de streaming o servicios similares abonen únicamente por el contenido consumido o el tiempo de uso, en lugar de cuotas fijas.