Los sistemas de calefacción más rentables para este invierno: cuál elegir según tu tipo de vivienda

Desde el suelo radiante y las bombas de calor hasta las calderas de condensación o los sistemas de biomasa, hay varias opciones y cada una ofrece distintas ventajas

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Los sistemas de calefacción más
Los sistemas de calefacción más rentables para este invierno: cuál elegir según tu tipo de vivienda. (Canva)

La época de frío está a la vuelta de la esquina, y, con el inminente descenso de las temperaturas, muchos hogares empiezan a plantearse cómo calentar su vivienda sin disparar la factura de la luz. La elección de un sistema de calefacción adecuado se ha convertido en una decisión importante tanto para el bolsillo como para el medioambiente. Elegir tecnologías más eficientes y sostenibles puede suponer un gran ahorro en el consumo energético y una reducción de emisiones contaminantes.

Los sistemas de calefacción más rentables hoy en día, según el portal especializado Calor y Frío, combinan eficiencia, sostenibilidad y capacidad de adaptación a distintos tipos de vivienda. Desde el suelo radiante y las bombas de calor hasta las calderas de condensación o los sistemas de biomasa, hay varias opciones y cada una ofrece distintas ventajas según el tamaño del hogar, el clima y el presupuesto disponible.

Qué hace eficiente a un sistema de calefacción

Un sistema de calefacción eficiente es aquel que logra el máximo rendimiento con el menor consumo posible. En la práctica, esto es producir más energía útil a partir de menos recursos, minimizar las emisiones de CO₂ y mantener unos costes operativos sostenibles en el tiempo. Las tecnologías que mejor cumplen con estos criterios son las que aprovechan fuentes renovables o emplean sistemas de baja temperatura que optimizan la distribución del calor.

En este sentido, el suelo radiante y las bombas de calor son las alternativas más avanzadas. Su capacidad para aprovechar la energía del aire, del agua o del subsuelo permite reducir el gasto energético hasta un 40% frente a los sistemas tradicionales, lo que los convierte en una de las opciones preferidas por quienes buscan confort sin despilfarrar energía.

Suelo radiante: confort invisible y ahorro real

El suelo radiante, que también puede funcionar para refrescar en verano, se ha popularizado en Europa gracias a su eficiencia y confort. Este sistema distribuye el calor de forma homogénea desde el suelo, lo que evita las pérdidas térmicas y permite mantener una temperatura constante con menos energía. Además, opera a temperaturas más bajas que los radiadores convencionales, lo que se traduce en un menor consumo y una factura más ligera.

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Eso sí, la inversión inicial puede ser elevada, pero su durabilidad y bajo mantenimiento lo convierten en una de las soluciones más rentables a medio y largo plazo, especialmente en viviendas de nueva construcción o rehabilitadas energéticamente.

Bombas de calor: versatilidad y eficiencia renovable

Las bombas de calor son otro de los grandes protagonistas del mercado actual. Su funcionamiento se basa en extraer el calor del aire (aerotermia), del agua (hidrotermia) o del suelo (geotermia), aprovechando fuentes naturales para calentar el hogar. Con rendimientos que superan el 300%, ya que generan tres veces más energía térmica de la que consumen, son consideradas una tecnología renovable y sostenible.

Foto: Christin Klose/dpa
Foto: Christin Klose/dpa

Además, ofrecen la ventaja de cubrir todas las necesidades de climatización de una vivienda: calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria. Combinadas con paneles solares fotovoltaicos, pueden llegar incluso a funcionar con un consumo energético neto nulo. El principal obstáculo sigue siendo el coste inicial de instalación, aunque este se compensa rápidamente con el ahorro en la factura eléctrica y las posibles ayudas públicas para energías renovables.

Calderas de condensación: la opción más extendida

Las calderas de gas de condensación continúan siendo el sistema más habitual en los hogares españoles. Son capaces de aprovechar el calor del vapor de agua generado durante la combustión del gas, lo que incrementa su rendimiento hasta un 98%. Aunque dependen de un combustible fósil, su eficiencia es notablemente superior a la de las calderas convencionales, y sus emisiones de CO₂ y NOx son mucho menores.

Su instalación es adecuada para pisos o viviendas ya conectadas a la red de gas natural. Sin embargo, su rentabilidad está sujeta a la volatilidad de los precios del gas, lo que hace que cada vez más consumidores se planteen alternativas renovables.

Una mujer pone la calefacción
Una mujer pone la calefacción a 22 grados en invierno (Canva)

Biomasa: energía natural para hogares sostenibles

Los sistemas de biomasa emplean pellets, huesos de aceituna o leña, y son una alternativa renovable con alta eficiencia y bajos costes operativos. Su combustión es neutra en carbono, ya que el CO₂ que liberan equivale al que absorbieron durante su crecimiento. Las calderas y estufas de biomasa pueden adaptarse tanto a radiadores como a sistemas de suelo radiante, lo que las hace muy versátiles.

Eso sí, requieren una salida de humos y un mantenimiento regular para garantizar su buen funcionamiento. Son especialmente recomendables en viviendas unifamiliares o rurales, donde el acceso a combustible natural es más sencillo y económico.

Qué sistema conviene según el tipo de vivienda

  • Pisos en ciudad: las calderas de condensación o las bombas de calor aire-aire son opciones prácticas y eficientes, con instalación relativamente sencilla.
  • Viviendas unifamiliares: el suelo radiante combinado con bomba de calor o biomasa ofrece el mayor ahorro.
  • Casas rurales: las calderas de biomasa son la opción más rentable si se dispone de espacio y acceso a combustible local.