Los sanitarios rechazan vacunarse contra la gripe: 6 de cada 10 todavía no se han puesto la inyección

Los sanitarios son cada vez más reticentes a ponerse la vacuna, pero conocen sus beneficios y la recomiendan

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Un hombre recibe la vacuna
Un hombre recibe la vacuna contra la gripe en el día en el que se inicia la segunda fase de la campaña de vacunación, en el Centro de Salud Pozuelo de Alarcón, a 8 de noviembre de 2021, en Pozuelo de Alarcón, Madrid, (España). (Alberto Ortega - Europa Press)

La vacunación de la gripe en España sigue siendo todo un reto: la enfermedad que cada invierno satura los servicios sanitarios del país puede evitarse con una simple inyección anual, especialmente destinada a los grupos de riesgo. Pero mientras la cobertura vacunal contra otros patógenos se sitúa por encima del 80%, en la gripe los datos rondan el 60% la población objetivo. Los sanitarios, que deberían servir como ejemplo para muchos, son de los que menos siguen sus propias indicaciones: según los datos del Ministerio de Sanidad, menos del 40% se puso la dosis correspondiente en 2024, lejos del objetivo del 75% marcado por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS).

La cobertura entre los trabajadores la sanidad española cambia en cada comunidad autónoma. Extremadura es la región en la que más se vacunan: el año pasado, lo hizo el 75,% del total. A más de 20 puntos de distancia, le siguen Galicia (53,73%) y Asturias (53,57%). En otras regiones, como Cataluña, la cobertura entre sanitarios ronda el 25%, mientras que la ciudad autónoma de Melilla se queda por debajo, en el 23,85%.

¿Por qué no se vacunan los sanitarios?

Vacuna de la gripe. (Europa
Vacuna de la gripe. (Europa Press)

Las razones para el rechazo de la vacuna de la gripe entre el personal sanitario son variadas. Una encuesta realizada en el año 2022 a 11.108 trabajadores españoles mostró que quienes no se inoculaban cada año argumentaban que tenían una buena salud (23,6%) y que nunca se habían vacunado antes (46,5%). Un 17,5% mostraba preocupación ante los efectos secundarios de la inyección.

La negativa a la vacuna de la gripe no se replica de forma equitativa entre todos los trabajadores. El estudio evidencia que el personal joven es menos propenso a recibir la inyección, pues presentaba menor percepción del riesgo y de su papel trasmisor de la enfermedad. Tampoco la consideran importante los farmacéuticos, de los que el 55% nunca se había vacunado.

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La cobertura era también menor en los centros hospitalarios que en los centros de salud: el 13,1% de los trabajadores de hospitales no creían que la vacuna les fuese a proteger, un porcentaje que se reducía al 6,3% en la atención primaria. Los sanitarios de la atención hospitalaria también mostraban una mayor preocupación por los efectos secundarios (22,7% frente al 15,8%).

Pese a ello, la gran parte de los sanitarios son conocedores de los beneficios de la vacunación, que consideran como “una importante medida en la prevención de la gripe y sus complicaciones”. Incluso un 42,4% considera que debería ser obligatoria para todos los trabajadores de la salud.

Las organizaciones médicas piden compromiso

Las bajas cifras de vacunación entre sanitarios preocupan a las organizaciones científicas, que han pedido un esfuerzo a los trabajadores para parar esta epidemia anual. Desde la Asociación Española de Vacunología, piden que los sanitarios sean el ejemplo para el resto de la población de riesgo. “La evidencia científica muestra que la mayor influencia a la hora de vacunarse por parte de la población es que se lo haya recomendado su profesional sanitario. Las vacunas son una herramienta fundamental para la prevención de casos graves, hospitalizaciones y fallecimientos a causa de las infecciones respiratorias. Forman parte de los estilos de vida saludable que queremos impulsar como hacer ejercicio, comer sano o dormir bien», ha expuesto el doctor Jaime Pérez, presidente de la AEV, en una nota de prensa.

La Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC) se ha expresado de forma similar. “No podemos permitirnos como profesionales ser un vector de transmisión en entornos donde hay personas vulnerables. Nuestra responsabilidad es protegernos para proteger a pacientes, familiares y compañeros de trabajo”, ha remarcado Ana Pilar Javierre Miranda, médica de familia y coordinadora del Grupo de Prevención de Enfermedades Infecciosas del Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud (PAPPS) de la semFYC. “Como sanitarios, debemos ser responsables y protegernos para proteger”, afirma Javierre.