El rey Juan Carlos niega tener hijos fuera de su matrimonio y no reconoce a su supuesta hija Alejandra: “¡Me atribuyen incluso ilegítimos!"

El padre de Felipe VI ha sido objeto de estudio para algunos de los especialistas en Casa Real de nuestro país, como el periodista David Fernández, de ‘Infobae España’, que afirma que el rey emérito tiene una supuesta hija secreta llamada Alejandra

Guardar
María Gabriela de Saboya, Corinna
María Gabriela de Saboya, Corinna Larsen, Sandra Mozarowsky y Juan Carlos I (INFOBAE).

Que el rey emérito no ha sido fiel a la reina Sofía en su matrimonio no es sorpresa para nadie. Tanto es así, que el propio padre de Felipe VI lo ha reconocido en sus memorias: Reconciliación, que verán la luz este 5 de noviembre en Francia. Juan Carlos I narra en ellas desde su infancia en Portugal, con su correspondiente formación bajo la tutela de Franco, hasta su retiro “obligado” en Abu Dabi; no obstante, no olvida en sus capítulos alguno de los episodios más turbulentos de su vida, como su relación con Corinna Larsen.

Según afirma la agencia EFE, entre sus páginas el exrey habla con honestidad moderada de ciertos episodios sentimentales fuera de su matrimonio con doña Sofía. Reconoce que hubo “desvíos sentimentales”, pero subraya que ninguno de ellos comprometió lo que él considera su deber institucional. Aún así, se muestra tajante frente a algunas acusaciones: “La mayor parte de las relaciones extraconyugales que se me atribuyen son totalmente ficticias”.

Y, de hecho, va más allá: “¡Me atribuyen incluso hijos ilegítimos! Tuve que contratar a un abogado para defenderme de esas acusaciones. A la prensa le gusta hablar de manera fantasiosa”. Una frase con la que Juan Carlos I busca retar a los medios y a quienes han afirmado algunos de sus supuestos descendientes, como Pilar Eyre en Lecturas y el periodista de Infobae España, David Fernández, autor de King Corp. El imperio nunca contado de Juan Carlos I.

Según el emérito, durante muchos años la vida privada de la Corona gozaba de una especie de pacto tácito con la prensa española. Un silencio moderado basado en el respeto institucional. Sin embargo, a finales del siglo pasado ese pacto comenzó a resquebrajarse, y afirma que en ese momento “los rumores y especulaciones sobre mi vida privada comenzaron a emerger”.

Rey Juan Carlos y Corinna
Rey Juan Carlos y Corinna Larsen. (IMAGEN DE ARCHIVO).

Y ciertamente uno de los pasajes más dolorosos del libro gira alrededor del viaje que hizo en abril de 2012 a Botsuana. No solo por el escándalo sentimental que habría rodeado a esa estancia junto a Corinna Larsen, sino por un episodio concreto: su caída en el campamento, que derivó en una fractura de cadera y en una crisis de reputación. Aquella fractura devino en un símbolo de vulnerabilidad pública: el rey prefirió regresar a España de forma discreta —incluso con nombre falso— antes de admitir en los medios lo ocurrido. Sus primeras palabras al salir del hospital fueron de disculpa: “Lo siento. Me he equivocado y no volverá a ocurrir”.

Pero la crisis no terminó ahí. Meses después se conoció que había movido significativas cantidades de dinero hacia la alemana desde cuentas en Suiza —una transferencia de 65 millones de euros, según su versión— lo que precipitó una profunda sacudida interna y mediática. En sus memorias reconoce que ese hecho no solo dañó su reputación, sino que erosionó su capacidad para continuar con normalidad. Algo a lo que se refiere como una “crisis moral” que terminó convirtiéndose en un detonante de su abdicación. “Machó mi reputación ante los españoles… me convertí en una presa fácil… Jamás interfirió con mis preocupaciones como rey por mi país", escribe bajo las manos de la biógrafa Laurence Debray.

Varios hijos secretos

Después de admitir que tuvo un romance con Corinna Larsen, no es raro pensar que el resto de relaciones extramatrimoniales que se le atribuyen sean también ciertas; y, por tanto, alguno de sus supuestos hijos también. Él niega que esas historias sean verdaderas, aunque admite que existieron denuncias públicas, peticiones de filiación y solicitudes judiciales. Pero su posición es clara: muchas de ellas son simplemente fantasía mediática.

Aunque el marido de la reina Sofía no nombra nombres específicos en ese pasaje, sigue latente la sospecha en medios y en el debate público. La más reciente de estas historias procede del libro King Corp, firmado por José María Olmo y David Fernández, donde se revela la existencia de una supuesta hija secreta llamada Alejandra.

Juan Carlos I cuando era
Juan Carlos I cuando era príncipe junto a doña Sofía y sus hijos Elena, Felipe y Cristina en una foto tomada en 1969. (IMAGEN DE ARCHIVO)

Según la investigación, esta mujer habría nacido entre finales de los años 70 y principios de los 80, fruto de la relación entre Juan Carlos I y una aristócrata española muy conocida en los círculos sociales de la época. Alejandra, que hoy estaría casada y con un hijo, se habría dedicado al mundo de la moda y la comunicación. De acuerdo con las fuentes citadas por los autores, toda la familia real conocería su existencia, aunque el tema se mantuvo en silencio durante décadas para evitar un escándalo institucional. Ella, por su parte, nunca habría reclamado ningún tipo de reconocimiento ni derechos sucesorios.

Por otro lado, la periodista Pilar Eyre, especialista en Casa Real, ha señalado en distintas ocasiones que Alejandra no sería la única posible descendiente extramatrimonial del emérito. Entre los nombres que más resonaron en los medios figuran Albert Solà, ciudadano catalán que falleció en 2022 y que durante años sostuvo ser hijo del rey, e Ingrid Sartiau, una mujer belga que llegó a presentar una demanda de paternidad ante el Tribunal Supremo en 2015, aunque su caso fue finalmente desestimado. También se ha mencionado a María José de la Ruelle, quien en su día aseguró ser fruto de un romance entre el monarca y la princesa María Gabriela de Saboya, aunque aquel proceso nunca prosperó oficialmente. A pesar de la insistencia de estas personas, ninguna de las supuestas filiaciones ha sido jurídicamente reconocida.