Alberto Sanz, adiestrador canino: “No todos los perros son adecuados para nuestro cachorro”

A través un vídeo de TikTok, el experto revela que es muy importante seleccionar con que perros relacionas a tu cachorro en sus primeros meses de vida

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Cachorro de pastor alemán en
Cachorro de pastor alemán en el parque Freepik

El adiestrador canino Alberto Sanz ha lanzado una advertencia que está generando conversación entre los dueños de perros en redes sociales: no todos los perros son buenos compañeros de juego para un cachorro. En un vídeo compartido en TikTok, el especialista explica que una socialización mal gestionada puede provocar más perjuicios que beneficios, generando traumas o problemas de conducta a largo plazo. La idea de que todos los perros deben interactuar libremente desde temprana edad, asegura, es un error común que puede tener consecuencias en el comportamiento adulto del animal.

Sanz, con años de experiencia en adiestramiento y conducta canina, desmonta la creencia de que cuantas más interacciones tenga un cachorro, mejor se desarrollará su carácter. “No tiene nada de malo que nuestro cachorro juegue con otros perros”, reconoce el experto. “Pero lo que sí es malo es que juegue con perros que no le vienen bien”. Según explica, muchos propietarios no evalúan el temperamento, la energía o las posibles conductas problemáticas de los otros animales antes de permitir el contacto, algo que puede generar miedo, inseguridad o incluso agresividad en los perros más jóvenes.

El especialista señala que esta situación es especialmente común en parques y zonas habilitadas para mascotas, donde es habitual ver grupos numerosos de perros jugando sin supervisión ni criterio. “Lo veo muchas veces: llegamos con un cachorrito y lo metemos en un pipicán con siete perros, algunos con un exceso de energía enorme o con problemas de comportamiento”, advierte. “Eso, a nuestro cachorro, es lo que le viene mal”.

Por ello, insiste en que la socialización no debe confundirse con exposición indiscriminada, sino que debe ser un proceso guiado, tranquilo y adaptado a las necesidades del animal.

La calidad de las interacciones

Para Alberto Sanz, lo importante no es la cantidad de perros con los que interactúa un cachorro, sino la calidad de esas interacciones. “Es fundamental que el entorno sea positivo y seguro”, señala. Esto implica seleccionar cuidadosamente los compañeros de juego, optando por perros equilibrados, tranquilos y respetuosos. De esa manera, el cachorro podrá aprender comportamientos adecuados, ganar confianza y desarrollar una comunicación sana con sus semejantes.

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El adiestrador recomienda que los primeros encuentros sociales se realicen bajo supervisión, preferiblemente en lugares neutros y controlados, donde se puedan observar las reacciones del cachorro y detener la interacción si se muestra incómodo o asustado. Además, subraya la importancia de que los propietarios aprendan a leer el lenguaje corporal de su perro, ya que las señales de incomodidad o estrés suelen pasar desapercibidas para los dueños inexpertos.

Evitar traumas y conductas problemáticas

Una socialización inadecuada, advierte Sanz, puede dejar huellas difíciles de corregir. Los cachorros que viven experiencias negativas con otros perros —como juegos bruscos, persecuciones o agresiones— pueden desarrollar miedos o reacciones defensivas que se arrastran durante toda la vida. Estos problemas de conducta, en muchos casos, se manifiestan más adelante como ansiedad, agresividad o dificultad para relacionarse.

Mujer abrazando a su perro.
Mujer abrazando a su perro. (Freepik)

Por ello, el experto invita a los dueños a ser selectivos y pacientes. “Socializar no es meter al perro en cualquier grupo, sino enseñarle a convivir con calma, confianza y respeto”, resume. Un proceso que, bien llevado, garantiza que el cachorro crezca equilibrado y feliz. Porque, como concluye Sanz, “no todos los perros son adecuados para nuestro cachorro, y elegir bien sus primeras experiencias marcará la diferencia en su comportamiento futuro”.