Adiós a las grandes cantidades en efectivo: la ley europea que limitará este pago

El objetivo es reducir el margen de maniobra de los delincuentes que utilizan el efectivo para mover grandes sumas de dinero de origen ilícito

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La Unión Europea se prepara
La Unión Europea se prepara para implantar una nueva normativa que pondrá un tope a los pagos en efectivo. (Canva)

Quien esté acostumbrado a llevar fajos de billetes en efectivo, tendrá que dejar de hacerlo. La Unión Europea se prepara para implantar una nueva normativa que pondrá un tope a los pagos en efectivo de 10.000 euros en transacciones entre particulares y empresas. La medida, que entrará en vigor en 2027, busca reforzar la lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo, dos de los principales focos de preocupación económica y de seguridad dentro del bloque comunitario.

Según detalla el digital francés Le Journal De L’Economie, el objetivo es reducir el margen de maniobra de los delincuentes de cuello blanco que utilizan el efectivo para mover grandes sumas de dinero de origen ilícito. En palabras del eurodiputado neerlandés Paul Tang, ponente del texto legislativo en el Parlamento Europeo, “uno de nuestros principales objetivos ha sido garantizar que los delincuentes ya no puedan blanquear su dinero mediante la adquisición de coches de lujo, yates y jets privados”.

Un paso más hacia la economía sin efectivo

El efectivo sigue siendo un medio de pago que predomina en Europa, aunque cada vez menos. Según los últimos datos del Banco Central Europeo, casi la mitad de las transacciones en la zona euro todavía se realizan con billetes y monedas. Sin embargo, el auge de las tarjetas bancarias y los sistemas de pago por móvil, como Apple Pay o Bizum, está cambiando los hábitos de consumo y empujando hacia una digitalización acelerada de los pagos.

La nueva normativa, que se aplicará de forma uniforme en los Estados miembros, podría ser un punto de inflexión en esa transición. Los expertos anticipan que servirá para reforzar la transparencia en las operaciones financieras y facilitar el rastreo de movimientos sospechosos. Además, contribuirá a la creación de un mercado financiero más homogéneo dentro de la Unión, ya que hasta ahora las restricciones al pago en efectivo variaban considerablemente de un país a otro.

El auge de las tarjetas
El auge de las tarjetas bancarias y los sistemas de pago por móvil, como Apple Pay o Bizum, está cambiando los hábitos de consumo y empujando hacia una digitalización acelerada de los pagos. (Europa Press)

Diferencias entre países: España ya cumple con la norma

El impacto de la medida no será igual en todos los países. En España, el límite actual para pagos en efectivo a profesionales es de 1.000 euros desde la reforma de la Ley General Tributaria. En Francia también está impuesto el límite de 1.000 euros, mientras que en Italia el techo asciende a 2.000 euros, aunque el Gobierno estudia reducirlo de nuevo.

Para estos países, la nueva regulación no supondrá un cambio drástico en el día a día de consumidores y empresas. Donde sí marcará una diferencia será en países del norte y centro de Europa, como Alemania, los Países Bajos o Luxemburgo, que hasta ahora no imponían límites a las transacciones en efectivo. En estos territorios, la norma exigirá un ajuste cultural y financiero importante, ya que el uso del efectivo sigue siendo común incluso en operaciones de gran valor.

Qué pagos se verán afectados

El límite de 10.000 euros afectará exclusivamente a las transacciones entre particulares y empresas, es decir, cuando un ciudadano pague a un profesional o compañía. Se incluyen operaciones como la compra de vehículos de alta gama, obras de arte o servicios de gran coste, como reformas integrales o adquisición de joyas.

Cuando se va a cobrar una herencia, se puede recibir de muchas maneras, incluso en efectivo. Sin embargo, para poder recibir el pago de una herencia en metálico hay que cumplir ciertos requisitos

Las transacciones privadas entre particulares, en cambio, quedarán fuera del ámbito de la norma. Será perfectamente legal, por ejemplo, vender un coche de segunda mano entre dos ciudadanos y recibir el pago en efectivo, siempre que no intervenga una empresa o profesional en la operación.

Inquietud ante la llegada del euro digital

La nueva medida ha generado debate en toda Europa. Sus defensores la consideran un instrumento eficaz para combatir la economía sumergida y frenar el flujo de dinero procedente de actividades ilícitas. Pero también hay voces críticas que ven en esta limitación un paso más hacia la desaparición del dinero físico, lo que podría restringir la libertad de los ciudadanos para decidir cómo pagar.

Algunos sectores alertan, además, de que esta tendencia hacia la digitalización podría dejar atrás a ciertos colectivos, especialmente a las personas mayores o a quienes carecen de acceso a la banca digital. La idea de un euro digital promovido por el Banco Central Europeo despierta, asimismo, reticencias por cuestiones de privacidad y control.

Pese a las críticas, la Comisión Europea insiste en que el efectivo seguirá existiendo y seguirá siendo de curso legal. Sin embargo, su uso será cada vez más limitado y, en muchos casos, sustituido por medios de pago electrónicos más seguros y trazables.