
El bidé fue durante décadas un habitual en los baños españoles. Hubo una época en la que gran parte de los hogares lo consideraban imprescindible y muchas viviendas de nueva construcción lo incluían entre los elementos básicos. El paso del tiempo y los nuevos hábitos de vida han relegado al bidé a un segundo plano, de modo que en las construcciones más recientes ya resulta difícil encontrarlo y para muchos jóvenes se ha convertido en un auténtico desconocido. El progresivo abandono del bidé podría tener que ver también con la falta de espacio en las casas actuales.
La función con la que nació nunca admitió dudas: permitir el lavado de las partes íntimas después de usar el inodoro. Sin embargo, la tecnología y las tendencias en interiorismo han impulsado alternativas más compactas y funcionales. Una de las más extendidas es la ducha higiénica, muy habitual en Japón y cada vez más común en viviendas de España. Este dispositivo, formado por un tubo flexible y un cabezal cromado, cumple el mismo cometido y libera espacio en el baño. El sistema es sencillo: el pulverizador se conecta a la toma de agua del inodoro o del lavabo y, al pulsar un botón, proporciona una limpieza íntima rápida y eficaz.

Su aceptación se explica por sus ventajas: no necesita desagüe propio, no acumula cal ni bacterias y puede integrarse en cualquier estilo de baño gracias a su diseño discreto. Instalarlo solo lleva unos minutos y muchos modelos ni siquiera requieren modificar el pavimento ni los azulejos. Además, su uso reduce el consumo de papel higiénico, con un impacto positivo sobre el medioambiente. En algunos modelos, el pulverizador va integrado en el inodoro.
Pese a todo, dejar atrás el bidé no implica renunciar al confort ni a la limpieza. Para quien quiera una solución todo en uno, el inodoro japonés es una buena alternativa: incorpora una boquilla que lanzan un chorro de agua al accionar un botón, muy similar al funcionamiento clásico del bidé, pero integrado en la tapa del inodoro. Los modelos recientes ofrecen ajustes de temperatura, presión y orientación del agua e, incluso, cuentan con opciones como sistemas de secado o iluminación para facilitar el uso nocturno. Eso si: este tipo de inodoros requiere toma eléctrica para las prestaciones adicionales.
Quienes buscan opciones más económicas y fáciles de instalar encuentran en las tapas del tipo japonés una alternativa muy práctica. Se colocan sobre el inodoro convencional y aportan las funciones de lavado mediante boquillas retráctiles. Existen modelos automáticos y también mecánicos, que funcionan únicamente con la presión del agua y prescinden de electricidad. Resultan sencillos de limpiar y permiten elegir entre diferentes posiciones y presiones del chorro.
La ducha higiénica, o bidé de mano, se postula como la aliada perfecta para baños pequeños. Este accesorio se instala junto al inodoro y se conecta a la cisterna o directamente a la tubería. Funciona como un pulverizador manual, útil tanto para la higiene íntima diaria como para la limpieza del propio inodoro o de otras zonas del baño. De este modo, las alternativas modernas reinventan la higiene doméstica y se abren camino en los hogares.
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