Un español que trabaja en Copenhague, que ahorra la mitad del sueldo y se ha comprado un piso, afirma que quiere volver por el clima: “El invierno es gris y lluvioso”

El joven catalán se marchó en 2019 para cursar un máster y, seis años después, ha logrado estabilidad laboral y personal, aunque confiesa que sueña con regresar a casa

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Vivir en Dinamarca. (Freepik)
Vivir en Dinamarca. (Freepik)

Cada vez más jóvenes españoles deciden marcharse a otros países, por ejemplo a Dinamarca, atraídos por su calidad de vida, sus oportunidades laborales y un sistema educativo de prestigio. La capital de Dinamarca se ha convertido en uno de los destinos favoritos de ingenieros, investigadores y estudiantes que buscan mejores condiciones laborales y un equilibrio entre trabajo y bienestar.

Uno de ellos es David Sabaté, un ingeniero de materiales de 30 años nacido en Barcelona, que llegó a Dinamarca en 2019 y que, seis años después, sigue viviendo allí. “En 2018 me fui a Estocolmo para hacer el máster; en 2019 me moví a Copenhague para hacer el segundo curso y desde entonces sigo aquí”, cuenta en la radio catalana RAC1.

David Sabaté
David Sabaté

Su plan inicial era regresar a España una vez terminados los estudios, pero el destino le tenía otro camino preparado. “Tenía un trabajo de asistente de investigación en la universidad, fui a vivir con amigos y una cosa llevó a la otra”, explica en el medio catalán.

David había estudiado Ingeniería de Materiales en Barcelona y se especializó en polímeros. Tras acabar el máster, comenzó a trabajar en una empresa de micro y nano fabricación para productos médicos, y más tarde dio el salto a una empresa emergente del sector defensa, donde continúa hoy.

A pesar de llevar varios años viviendo en Dinamarca, confiesa que el idioma sigue siendo un reto. “Me sabe mal decirlo, pero no he aprendido demasiado danés”, admite entre risas. Su entorno laboral es completamente internacional y el inglés es suficiente para el día a día. “Aquí todo el mundo lo habla, y eso facilita mucho las cosas”, explica.

Sobre el carácter de los daneses, asegura que no son fríos, pero sí reservados. “No les incomoda el silencio. Integrarte en un grupo es más difícil si no hablas la lengua, pero he hecho amigos daneses en el trabajo y en los Castells”, comenta, en referencia al grupo de castellers en el que participa en Copenhague. También destaca la hospitalidad de los locales. “Si te ven perdido, siempre se acercan a ayudarte o a preguntarte si necesitas algo. Son educados y muy respetuosos”, añade.

Un estilo de vida que compensa

Aunque Dinamarca es conocida por su alto coste de vida, para David compensa. “Hay meses en los que puedo ahorrar un 50% de mi nómina sin privarme de nada, y con mi pareja nos hemos podido comprar un piso”, explica.

El joven ingeniero reconoce que el país ofrece una buena cultura laboral, con horarios razonables, vacaciones bien remuneradas y una clara separación entre trabajo y vida personal.

Vivir en Copenhage. (Freepik)
Vivir en Copenhage. (Freepik)

A pesar de todo, David confiesa que su intención es volver en un futuro a España, en concreto a Cataluña. “Sé que implicaría tener menos sueldo, pero me gustaría encontrar algo en casa”, afirma.

Sobre el clima, David lo tiene claro: “El invierno es gris y lluvioso; en verano, en cambio, tener 20–25 grados y vivir al lado del mar es un valor añadido”. Lo que más echa de menos, finaliza, es el dinamismo de su tierra. “En casa siempre hay algo que hacer”, concluye.