El mercado laboral cierra sus puertas a la generación Z: las ofertas de primeros empleos caen casi un 30% y uno de cada tres se arrepiente del sector elegido

La falta de oportunidades con poca experiencia, la inseguridad sobre sus capacidades y la falta de garantías de estabilidad empujan a los jóvenes a empleos no deseados sin expectativas de permanencia

Guardar
La incorporación al mundo laboral más tardía de los jóvenes, con una tasa de empleo entre los 16 y los 29 años 15 puntos porcentuales inferior a la de 2007, hará que los que se jubilen en 2065 y que solo hayan podido cotizar 30 años deban compensar sus menores cotizaciones demorando la jubilación hasta los 71 años si quieren mantener el nivel de vida previo.

España presenta uno de los niveles más altos de desalineación entre el empleo actual y las aspiraciones profesionales a nivel global dentro de la generación Z. Según un reciente estudio de Randstad, el 44% de los jóvenes españoles admite que su trabajo actual no coincide con la trayectoria deseada, y el 37% expresa ya arrepentimiento por el sector elegido. Esta signficativa proporción pone de manifiesto una desconexión significativa entre formación, expectativas y oportunidades reales en el mercado laboral local, que conducen a los nuevos trabajadores a puestos que no se ajustan con la proyección de futuro que tenían para su carrera profesional.

Este fenómeno se enmarca en un contexto de fuerte transformación en el mercado laboral. Entre enero de 2024 y julio de 2025, las ofertas para puestos de nivel inicial han descendido un 29% a nivel global, recortando las posibilidades de inserción en el mundo del trabajo de los recien graduados. En sectores con alta demanda juvenil, la disminución resulta incluso más marcada: las vacantes para perfiles ‘junior’ en tecnología han caído un 35%, mientras que en finanzas el descenso alcanza el 24%. Los empleos de entrada, antes accesibles a quienes pretendían construir una carrera desde cero, son ahora menos frecuentes, una realidad que condiciona los puestos a los que acceden aquellos con menos experiencia.

Las presiones económicas, la competencia creciente y la incertidumbre sobre el futuro profesional empujan a muchos jóvenes a aceptar trabajos alejados de sus verdaderos intereses. Del informe Claves laborales – Generación Z también se desprende que dos de cada tres trabajadores centennials en España aceptarían un puesto que no se alinee con sus valores personales si las condiciones salariales y los beneficios fueran atractivos, muestra de la necesidad percibida de priorizar otros factores por encima de la satisfacción personal para obtener un empleo fijo.

Jóvenes trabajadores se reúnen en
Jóvenes trabajadores se reúnen en una oficina.(Freepik)

A este escenario se suma la tendencia al “trabajo secundario”: solo el 45% de la generación Z española cuenta con un empleo a tiempo completo, mientras un porcentaje relevante aspira a combinar múltiples ocupaciones para asegurar ingresos y flexibilidad, aunque la falta de estabilidad y acceso a contratos indefinidos a tiempo completo también informa este viraje hacia carreras más informales.

De hecho, el sentimiento de inseguridad laboral es mucho más frecuente entre los jóvenes que en otras generaciones. El 41% de la generación Z en España considera no tener la formación o experiencia suficiente para ocupar el puesto profesional al que aspira. Además, el 40% identifica circunstancias personales, como la procedencia o la situación familiar, como un obstáculo en su desarrollo profesional. Estos datos reflejan una percepción extendida de barreras estructurales, que limitan la movilidad real y acentúan la frustración.

Más movilidad entre puestos y sectores

En términos de permanencia, los zoomers se perfilan como los trabajadores más móviles del mercado: la duración media de sus empleos durante los primeros cinco años de carrera es de 1,1 años, frente a los 1,8 años de los millennials o los 2,9 de los baby boomers. Solo un tercio de los jóvenes españoles prevé permanecer en su trabajo actual más de 12 meses, mientras que el 53% se declara en búsqueda activa de un nuevo empleo. La principal razón para abandonar un trabajo radica en la falta de progresión, seguida del salario, que sigue siendo un factor decisivo ante el aumento del coste de vida.

La migración hacia sectores como tecnología o salud para intentar encontrar mejores condiciones y más proyección profesional es una realidad cada vez más común. El 70% de los jóvenes que abandonan otras industrias se incorporan a puestos tecnológicos, pese a la caída en vacantes para talento junior.