Najwa Nimri vuelve a visitar ‘La Revuelta’ habiendo perdido 12 millones de euros desde la última vez: “Tengo armas, una 9mm Parabellum, un subfusil, granadas que no explotan y una navaja”

La actriz considera que el documental de la berrea fue “historia” de la televisión y se lamenta por haber perdido “todo el dinero”: “Estoy a cero de verdad, pero no puedo entrar en detalles”

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Najwa Nimri visita ‘La Revuelta’
Najwa Nimri visita ‘La Revuelta’ porque en ‘El Hormiguero’ está “vetada” (@larevuelta_tve)

Najwa Nimri ha vuelto a dejar momentos memorables en su segunda visita a La Revuelta. La intérprete de Respira (Netflix) de Abre los ojos, La casa de papel, Los amantes del círculo polar, Lucía y el sexo, También la lluvia, Vis a Vis o La virgen roja, entre una larga lista de títulos. La conversación con David Broncano ha traído confesiones sobre economía, recuerdos personales inusuales, cuestiones existenciales y, como siempre, algunas respuestas inesperadas.

Najwa tiene una “9 milímetros” y “granadas que no explotan”

En plena charla, Nimri trajo de vuelta la anécdota del documental sobre la berrea del ciervo, emitido cuando la entrevista prevista con el piloto Jorge Martín no pudo celebrarse. “Aquello sí que fue historia. Mi hijo me preguntaba de qué me reía y yo le decía: tú no lo entiendes, pero esto es muy gracioso”, relató la actriz al recordar aquel momento en La Revuelta. No faltó la complicidad entre invitada y presentador, con bromas sobre el look de Broncano en el Festival de Televisión de Vitoria - que describe como “una mezcla de Bola de Dragón, Juego de Tronos y Locomía, muy heavy” - o comentarios sobre temas serios, como el papel del esfuerzo en el éxito: “La lucha de clases es una realidad obvia, yo tengo esperanza”, explicó Najwa, antes de añadir que “el algoritmo siempre sale por la tangente” y que en el fondo “siempre habrá alguien que acaba rompiendo la madre porque no tiene nada y tiene muchas más ganas y mucha más necesidad”.

La Revuelta es un programa de entrevistas y humor presentado por David Broncano en La 1 de RTVE. Emitido en directo desde el Teatro Príncipe Gran Vía, combina improvisación, actualidad y entrevistas sorpresa. Cuenta con colaboradores como Jorge Ponce y Grison, y busca atraer a una audiencia joven en la franja de access prime time.

En medio de todo, la actriz compartió una lista singular de “objetos personales” que guarda en su casa: “Tengo armas, una 9 milímetros parabellum, un subfusil, un rifle, granadas que no explotan y una navaja”, especificó, puntualizando después que la pistola es de mentira. La revelación fue el preludio de una anécdota de la pandemia: “La Policía me paró cuando iba al gimnasio por la ladera de un monte. Les dije que era actriz, la de La Casa de Papel. Y me dijeron: Ni idea. No te conozco”, describió con naturalidad.

De 12,5 millones de euros a “menos no sé cuánto” en un año: “Me meto en líos gordos”

En el terreno de lo personal, la entrevista abordó desde asuntos económicos hasta cuestiones más íntimas. “He perdido todo el dinero, estoy a cero de verdad, pero no puedo entrar en detalles. Es que ya me meto en líos gordos. Estoy a menos no sé cuánto en dinero”, confesó Najwa, que recordó con humor la cifra que dio el año anterior: “Doce millones y medio de euros”. “Estamos ahí, estamos en ello”, bromeó. Al hablar de relaciones, la sinceridad fue la tónica: “Está fuera y a cero también. Cuando estamos a full, todo el rato todo, pero ahora llevo un mes que nada de nada. Luzco que todo va bien porque tengo muchos amigos”. “Me preocupa más lo de los ceros que los polvos”, remató.

El encuentro también incluyó momentos de reflexión sobre la muerte y el deseo de una despedida poco convencional. Najwa desglosó su idea de ser enterrada en un lugar desde el que “entrar en conexión directa con todo lo que baja de las estrellas, como una pirámide”, para que su alma “vaya directa al cielo y pase a ser información al vacío de una manera mágica. Algo metafísico”. Recordó además una escena familiar con la apertura del ataúd en el funeral del marido de su madre para comprobar, ante la duda, la presencia del fallecido.