Una familia alemana abandona España desilusionada y regresa a su país: “La realidad fue muy diferente”

Las dificultades para encontrar vivienda y los bajos sueldos obligaron a la familia a regresar a Alemania antes de tiempo

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Una familia alemana abandona España
Una familia alemana abandona España desilusionad. (Getty Images)

Lo que comenzó como un sueño bajo el sol del Mediterráneo terminó siendo una experiencia amarga para una familia alemana. Jennifer Itinga Fontan (39 años) y Lukas Reinike (40 años) dejaron su ciudad natal, Remscheid, para mudarse a Denia (Alicante) junto a sus hijos Elián (4 años) y Noel (6). Como muchos otros europeos, buscaban una vida más tranquila, segura y con mejor clima.

“Queríamos ofrecer a nuestros hijos un entorno más amable y tener nosotros una mayor calidad de vida”, explicó Jennifer al diario alemán Remscheider General-Anzeiger (RGA). Sin embargo, apenas un año después, la familia ha hecho las maletas de vuelta. “La realidad fue muy diferente”, reconocieron.

Uno de los principales obstáculos que enfrentaron fue la dificultad para acceder a una vivienda estable. “No encontrábamos una casa asequible. Los propietarios preferían alquilar a turistas o solo por cortas estancias”, contó la mujer.

El auge del alquiler vacacional en la provincia de Alicante agravó su situación, obligándolos a residir durante meses en alojamientos temporales sin la estabilidad que buscaban para su familia.

A las complicaciones para encontrar un hogar se sumaron los altos costes de vida y los bajos salarios en comparación con Alemania. “No puedo trabajar dos o tres veces allí para llegar a fin de mes”, afirmó Jennifer. Durante su estancia, trabajó veinte horas semanales en la administración de una residencia de ancianos, con un sueldo similar al de un “minijob” de baja remuneración en su país.

Por su parte, Lukas mantuvo un empleo remoto como asesor de clientes para la firma de moda Breuninger, pero los ingresos de ambos resultaron insuficientes para cubrir los gastos cotidianos.

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El choque cultural: “Allí falta estructura”

El proceso de adaptación tampoco resultó sencillo para los adultos. “Estamos acostumbrados a la estructura de aquí (Alemania), y allí (España) falta eso”, señaló Lukas.

El ritmo mediterráneo, los horarios distintos y una percepción de informalidad administrativa terminaron por agotar la paciencia de la pareja. Además, Lukas expresó su desconfianza hacia quienes, según él, “se hacían pasar por supuestos ayudantes, benefactores y simpatizantes, pero en realidad solo buscaban dinero”.

Los niños, los más adaptados

En contraste con la frustración de los padres, sus hijos Elián y Noel se integraron con rapidez. En pocos meses hablaban español con soltura, habían hecho amigos y disfrutaban del ambiente escolar en la costa levantina, según confesaron los propios padres.

“Emigrar es más fácil que volver”

El regreso a Alemania se produjo en agosto, y la familia intenta ahora recuperar la estabilidad en su país de origen. “Emigrar es más fácil que volver”, reconoció Lukas, quien continúa trabajando para la misma empresa desde Remscheid.

Por su parte, Jennifer ha retomado su antiguo empleo en un supermercado, mientras buscan una vivienda permanente en un mercado inmobiliario que también presenta dificultades.

“Aquí no todo es malo”

A pesar de los desafíos, la experiencia en España les ha permitido reevaluar su vida anterior. “Antes me molestaba la lluvia, pero no, aquí no todo es malo”, reflexionó Lukas Reinike.

Tras su paso por Denia, la familia asegura haber ganado perspectiva. Aunque su sueño mediterráneo terminó en desencanto, reconocen que el año vivido les dejó una lección valiosa: emigrar no siempre garantiza una vida mejor, pero sí enseña a valorar lo que se deja atrás.