La transformación del zoo de Barcelona para ser en un centro de conservación: especies que desaparecen y otras que llegan, como la lagartija de las Pitiusas

Jaume Collboni ha detallado cómo serán las tres nuevas zonas del parque, con el horizonte 2030, para que las nuevas generaciones “pasen de ser espectadoras a agentes por el cambio”

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El alcalde Jaume Collboni explica
El alcalde Jaume Collboni explica el proyecto para el Zoo de Barcelona (Ayuntamiento de Barcelona)

El Zoo de Barcelona ha iniciado el proceso para convertirse en un nuevo espacio de referencia para la preservación de la biodiversidad del planeta y pieza central del proyecto Ciutadella del Conocimiento. El plan ha sido anunciado este lunes, 27 de octubre, por el alcalde Jaume Collboni, quien habría detallado el proceso de reconversión del recinto -situado en el Parc de la Ciutadella-, resaltando su papel como motor de divulgación e investigación científica.

En palabras de Collboni, la reforma alcanza la “recta final” de un proceso debatido durante años. Estas actuaciones culminarán un cambio de filosofía que dejará atrás el modelo tradicional de exhibición animal y fomentará la protección de especies y hábitats amenazados. De este modo, se podrán apreciar, concretamente, la creación de tres áreas que modificarán el sector norte: Bioscope, Aislados y Descubrimos el Mediterráneo.

Una visión de cómo podría
Una visión de cómo podría ser Bioscope por dentro (Ayuntamiento de Barcelona)

Se evitará la clausura del parque durante la remodelación

La iniciativa del Ayuntamiento de Barcelona pretende que los visitantes conozcan en profundidad tanto las especies más vulnerables como el liderazgo del Zoo de Barcelona en iniciativas de investigación y conservación junto a los principales centros científicos del país. Y es que, el Zoo, con 13 hectáreas, es el equipamiento más extenso del polo Ciutadella del Conocimiento, un nodo de divulgación e innovación único en Europa; que tiene su horizonte en 2030. Con ello, se busca que “las nuevas generaciones pasen de ser espectadoras a agentes por el cambio, con experiencias de aprendizaje, disfrute y sensibilización”, según apuntan desde la institución.

Durante los próximos cuatro años de obras, el Zoo no cerrará sus puertas: los animales de las áreas renovadas serán trasladados a la reserva sur del parque, construida sobre el antiguo Aquarama. Algunos, incluidos los elefantes y los guanacos, dejarán de formar parte de la colección permanente, siguiendo una estrategia aprobada en 2019 que busca “reducir el número de especies del parque y centrar esfuerzos en fauna autóctona y amenazada”.

La transformación física del recinto también contempla un nuevo acceso por la calle Wellington, previsto para 2027, que facilitará la integración del Zoo de Barcelona en la Ciutadella del Conocimiento, enlazando los barrios del Born y la Ribera con la Vila Olímpica y dotando de mayor visibilidad institucional y social al parque. De esta manera, los accesos y el paseo previsto permitirán “hacer el zoo más poroso” e integrarlo mejor en su entorno, con la aspiración de que el muro perimetral del parque acabe por diluirse, tal y como remarcó Collboni en su presentación.

Una visión de cómo será
Una visión de cómo será la zona de Descubramos el Mediterráneo y el espacio Aïllats (Ayuntamiento de Barcelona)

Para qué servirá cada una de las zonas nuevas

Dentro de las tres nuevas zonas, la que mayor inversión va a necesitar es la del Bloscope, definido por el alcalde como “la alegría de la corona” del futuro parque. Se trata de un centro de conocimiento que ofrecerá “un viaje interactivo al origen y evolución de las especies”, combinando experiencias digitales y presencia de organismos vivos, con el objetivo de comprender y actuar por la biodiversidad. El Bioscope albergará un edificio de 3.000 metros cuadrados junto a una zona exterior de 7.200 metros cuadrados, emplazado en la confluencia de Wellington y Pujades, donde hoy se encuentran las jaulas del jaguar y el leopardo de Sri Lanka. Su construcción requiere un presupuesto de 18 millones de euros financiado por Barcelona de Servicios Municipales (BSM), y se concretará tras un concurso internacional de arquitectura. El Ayuntamiento prevé su apertura en 2030.

Por debajo de este espacio se desarrollará Descubrimos el Mediterráneo, una nueva área que permitirá adentrarse en la exuberante biodiversidad de los hábitats mediterráneos y examinar los problemas asociados a la degradación ecológica y la pérdida de especies en la región. Este espacio acercará los proyectos de preservación activa que el Zoo mantiene, siguiendo el modelo de la Sabana del Sahel con elefantes y jirafas. El consistorio subrayó que la zona busca concienciar sobre “los problemas ambientales y de pérdida de biodiversidad”.

Por último, la zona Aislados (Aïllats) se propone como una experiencia “inmersiva e interactiva” centrada en la singularidad de los ecosistemas insulares, definidos como “auténticos laboratorios naturales de la evolución”. Los visitantes podrán observar, así, animales como las tortugas de las Galápagos y conocer los programas para la conservación y reintroducción de especies amenazadas, como el ferreret (sapillo balear) y la lagartija de las Pitiusas, en una acción pionera de colaboración científica.